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Bonnie y Bon estaban juntos en el parque, pasando la tarde perdiendo el tiempo intercambiando palabras y risas.
Era sábado y no llevaban sus guitarras con ellos, solo iban a hablar y reírse un rato.
Bonnie se quejaba de que su profesora de historia les había puesto un examen el mismo día que el de física. Bon lo miraba embelesado perdido en esa tierna expresión que tenía el de ojos rubí, con el ceño fruncido, sus gafotas en la punta de su fruncida nariz y haciendo de su boca un patito. Se enteraba a medias de lo que el mayor le contaba, algo de una profe y un examen y no se qué, no le importaba la verdad, solo sabía que le encantaba escuchar su voz.
Y es que si, a Bon le gustaba Bonnie. ¡Y tanto que le gustaba! Y moría de ganas de poder besarlo y abrazarlo. Fue gracias a él que se descubrió más a si mismo.
Pasó por un proceso innecesariamente difícil, ya que se negaba a gustar de Bonnie. No por ser Bonnie, que también porque el chico es algo raro (como se autodescribe), sino porque es un chico. Un hombre, como el. Con pene y esas cosas de chicos que tienen... Pues los chicos.
Negó durante semanas que pudiera gustarle un chico. Fueron dos personas que le hicieron entrar en razón.
Una de ellas Joy, su eterna mejor amiga. Ella se dio en cuenta en seguida de los sentimientos de su amigo y le animaba a que se declarara. También le dijo mil y una veces que ser gay o bisexual no era malo, algo que le ayudo mucho al peliazul.
La otra persona fue Bonnie, ya que una vez se le escapó decir que se empezaba a sentir atraído hacia los chicos. Bonnie no dijo nada y cuando le pregunto qué pensaba de el ahora que sabía que era gay, simplemente respondió:
"-¿Que más da si te gustan los chicos o las chicas? No dejaras de ser Bon, ¿O si? A demás no me importa, es tu vida."
Definitivamente Bonnie era una maravillosa persona y Bon no podia esperar a declararsele. ¿De echo, porque no hacerlo esa misma tarde?
- ¿Bon? ¿Sigues vivo? - levantó la voz el pelimorado, chasqueando los dedos enfrente de la cara de su acompañante, sacándole de su trance mientras se sonrojaba.
- ¿E-eh? Si, estoy vivo - tartamudeó.
- ¿Estás bien? Llevas un rato mirándome sin hacer ningún ruido, casi dabas miedo... - explicó.
- S-si si, estoy bien...
Se hizo el silencio, Bonnie levantó una ceja y sonrió de lado, no se lo creía:
- ¿Que pasa?
- ¡Nada!
- Ya, seguro... ¿Toddy otra vez?
- Ya te dije que todo está bien con ella.
- ¿Alguna clase?
- No, todo igual de mal.
- ¿Algún chico?
- E-eh... No.
- Oooh, ¿A Bon le gusta un chico?
- ¿Q-que? ¡N-no!
- ¿Q-que? ¡N-no! - le imitó buscando burlarse de él - así que si es un chico...
- ¡B-bonnie!
- Ya lo sé, no me vas a decir nada, ¿Verdad?
Bonnie apartó la mirada y se quitó las gafas para limpiarlas con su camiseta. Bon estaba rojo a más no poder. Si el mayor se giraba a verlo, ¿Podría figurarse que el chico que le gusta a Bon es él? Seguramente no.
Y es que a Bonnie se le dan fatal captar las indirectas, las medio odia de echo, y por mucho que el ojiverde se sonroje y tartamudee igual que hace Fox cuando está cerca de Ann, nunca se dará cuenta de sus sentimientos.
Y, tristemente, a Bonnie no le gusta Bon. Y no porque este sea un chico, porque el ojirubi es hetero, sino por el simple echo de que no le gusta Bon. Fox le planteó una vez si saldría con el, buscando ayudar al peliazul con su amiguito, pero Bonnie simplemente descartó la idea porque no se veía saliendo con él.
- De echo - dijo el moreno llamando la atención de su compañero, que regresó la mirada a el - si tengo algo que decirte...
- Vale. - respondió medio seco, como siempre, pero al analizar detenidamente a su compañero, quien estaba con la mirada fija en su regazo, donde estaban sus manos jugando entre ellas;
empezó a preocuparse - Dime, Bon.
- Yo... Hace tiempo que... Yo... - empezó a apretar su pantalón con las manos, la energía que tenía antes se esfumó junto con su determinación. Por alguna razón, tenía muchas ganas de llorar y salir corriendo, pero sus piernas no respondían y sus lágrimas no hacían más que acumularse, sin llegar a caer de sus ojos. - Es que...
- ¿Bon? - el pelimorado reposo su mano en el hombro de su menor, buscando tranquilizarle. Se dio cuenta de que estaba temblando y eso le daba mala espina. - No hace falta decírmelo si no quieres, ¿Caminamos un rato?
- ¡NO! - exclamó Bon en un intento de grito desesperado, intento porque su voz se había quedado en su garganta y las lágrimas porfin empezaban a salir, haciendo que apretase fuerte los ojos y ahogase algunos jadeos. No sabía porque estaba llorando si en teoría estaba
intentando sacarlo todo de el - Quiero decírtelo. Aquí y ahora - su voz no parecía suya y Bonnie no sabía qué hacer, no lo entendía.
- De acuerdo, te escucho - dijo mientras se acercaba y apretaba la mano en su hombro - adelante - esbozó una sonrisa, aunque el contrario no estaba viéndolo.
- Yo... - respiró hondo y pesado, parecía que en sus pulmones habian litros de agua. - Bonnie, desde que te conocí sentí que había una conexión especial entre nosotros, algo que entonces no sabía muy bien como describir... - rió un poco ante esa mentira - a quien engaño, si lo sabía, pero lo disfrace de admiración para autosatisfacerme, pero solo me causé dolor y rechazo a lo que soy - volvió a respirar hondo y sorbió por la nariz un par de veces - al principio me negué a creerlo, a creerme, no tenía planeado que mi vida tomara este rumbo, pero supongo que no tengo el control de ella, ¿No? - volvió a respirar, se estaba yiendo del tema - Bonnie... Eres una persona muy rara, ¿Sabes? Apareces sin hacer el más mínimo ruido, siempre estás sonriendo,
parece que absorbes el dolor y que nada te afecta, nunca te he visto llorar ni enfadarte y eres demasiado directo, además tu humor a veces es demasiado negro - su compañero soltó una pequeña carcajada y acarició a Bon con su mano, que había pasado a su espalda casi
abrazándolo. - pero... Eres alguien maravilloso. Me encanta como se te iluminan los ojos cuando hablas de lo que te gusta, o cuando no llegas a ver algo y achinas los ojos, o como arrugas la nariz como un conejito - Bon soltó más lágrimas mientras hablaba, esta vez eran ellas las que pesaban - o tu pícara sonrisita de lado que me encanta, o cuando a veces te pintas las uñas de negro y luego te quejas de que se te va el color...
Bonnie había dejado de acariciar la espalda de Bon, mas no apartó su mano. Estaba analizando la situación mientras el sol se ponía y las farolas empezaban a encenderse a su alrededor. No había nadie en el parque, solo ellos.
Y para Bonnie, muchas cosas empezaban a tener un sentido distinto. Siempre creyó que Bon era torpe, muy torpe e inseguro, y que siempre tartamudeaba y tenía las mejillas naturalmente sonrosadas. Creía que Bon era así, pero la verdad era:
- Bonnie...
- Bon.
- Me gustas... Me gustas muchísimo.
La pesada y dura respiración de Bon y su corazón desbocado, el viento moviendo las hojas de los árboles y los arbustos que se encontraban en el lugar, algunos perros ladrando, los coches que pasaban por allí cerca... A parte de eso, reinó el silencio.
Bon no tenía el valor de mirar a Bonnie, quien seguía con su mano en la espalda del peliazul y tenía la vista en un punto muerto entre el banco donde se encontraban y el suelo. Estaba pensando que hacer.
No se lo esperaba, nunca se lo habría imaginado, no podía creerselo, no sabía que podía causar sentimientos tan bonitos en alguien. Pero le dolía que no fuese recíproco. Ahora entendía muchas cosas y se culpaba de jugar con los sentimientos de Bon.
No sabia que hacer, no quería rechazarlo y hacerle daño, pero no tenía opción. Si decía que también gustaba de el se engañaría, y también engañaría a Bon y tarde o temprano, le haría daño. Haga lo que haga, diga lo que diga, lo dañará. Y si sigue en silencio pensando por más tiempo, también hiriria a su... Amigo. Y tenía miedo. Miedo de no poder dirigirle la palabra nunca más. No lo entendía, el amor, no lo entendía...
Con cuidado, Bonnie apartó la mano de su espalda y la acercó a las manos del pobre enamorado, tomándole las manos que estaban húmedas por culpa de sus saladas lágrimas, una de las cuales cayó en la uña del mayor. Le tomó las manos con las suyas, como si fuera a
darles calor, y frotó el dorsal de estas con sus pulgares, intentando que deje de temblar, pero con cada roce el peliturquesa se ponía cada vez más nervioso.
Bon también lo empezó a entender, Bonnie no le iba a corresponder. Sentía como su corazón se partía, aunque seguía bombeando con fuerza. Los pulmones le seguían pesando y sus manos temblaban. No podía evitar que sus lágrimas cayeran. No quería evitarlo. Quería llorar, quería salir corriendo, quería volver atrás y coserse la boca. Quería desaparecer. Apretaba sus ojos con demasiada fuerza. Le dolían los ojos. Le dolía el corazón. Le dolía las manos que eran acariciadas por... Él.
Bonnie apretó varias veces sus manos, intentando que le mirase. Por su cabeza pasó la idea de acercarse y girarle el rostro, pero no podía hacerle eso:
- Bon... Mírame. - le hablo suave.
- Lo siento...
- Bon...
- Lo siento mucho - apretó las manos, haciéndole daño al pelimorado con las uñas. Lloraba aún más, si eso era posible.
- Bon... Por favor, mírame...
- Lo siento...
- Bon, no té disculpes... No has hecho nada malo...
- Perdóname... No debí decírtelo...
- Me alegra que lo hayas dicho, Bon... Me alegra que lo hayas dicho...
- ¿De qué sirve decírtelo si... Si...
- Nunca nadie había sentido algo tan bonito por mi, y si lo hicieron, nadie me lo ha dicho...
Volvió el silencio por unos segundos:
- Lo siento yo... No sé qué decir... Me ha tomado por sorpresa y... Bon por favor, mírame...
- No puedo... - su voz se desvanecía, se la llevaba sus lágrimas.
- Yo... Se que pido algo que parece imposible pero... No quiero separarme de ti, ¿Entiendes? - hablaba muy lento, intentando decir las palabras correctas para hacerle el menor daño posible - eres... Eres alguien importante en mi vida y si te vas por mi culpa, me destrozaría... - Bon solo lloraba, empezó a dudar que le estuviera escuchando - Pero, se que es algo demasiado egoísta... Bon, no puedo hacer que esto no ha pasado porque... Ha pasado. No puedo pedirte
que olvides lo que sientes, porque no tengo ningún derecho a decirte nada... Pero Bon, por favor entiende que yo... No puedo corresponderte...
- Lo siento...
- No te disculpes Bon, por favor. Nunca te disculpes por sentir algo...
Silencio, otra vez. La noche se hacía cada vez más presente y empezaba a hacer frío. Estaban rodeados de luces amarillas y en el cielo, había un par de estrellas, estas estaban una junto a la otra. Pero ninguno de los dos prestaba atención a su alrededor:
- Bon... - no respondió - quieres... ¿Quieres que me vaya? Puedo llamar a Joy, si quieres...
- No...
- Vale...
- Quiero irme a casa...
- ¿Te acompaño?
- No...
- Pero si has dicho que...
- ¡DEJAME EN PAZ! - se levantó de golpe, sus piernas temblaban. Se abrazó a sí mismo, intentando calmarse. - no quiero...
- Bon...
- ¡QUE ME DEJES! - se giró a mirarlo, Bonnie tenía el ceño fruncido y sus ojos estaban rojos. - ¡ME HACES DAÑO, ENTIENDELO!
- Bon... Perdoname, pero entiéndeme, ¿Vale?... Además, seguro que...
- ¡CALLATE! - Le dolía, quería correr de allí, pero sus piernas estaban cansadas a pesar de haber estado sentado - Solo... Callate... - se abrazó más fuerte y dejó de mirarlo.
Bonnie no dijo nada. No sabía qué hacer. A el también le dolía, pero no podía ser egoísta. Le estaba haciendo daño y no podía hacer nada... Quería llamar a Joy y decirle que venga corriendo mientras el huía:
- ¿Quieres que me vaya? - sin respuesta - ¿Bon? - solo lloraba - Voy a llamar a Joy, ¿Vale? - no habló.
Bonnie sacó su teléfono del bolsillo y marcó a Joy, miraba atentamente a su acompañante, podía ver cómo se rompía poco a poco, todo por su culpa.
- ¿Hola? - preguntaron al otro lado de la linea
- Joy... - un hilo de voz fue lo que salió de su boca.
- ¿Bonnie? ¿Que te pasa?
- Que soy idota Joy, eso es lo que pasa...
🥀AMu
27•09•2020
2130 palabras
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failed love
FanfictionBonnie y Bon estaban juntos en el parque, pasando la tarde perdiendo el tiempo intercambiando palabras y risas. 🥀 one-shot 🥀 prepara pañuelos 🥀 unhappy ending 🥀 bxb?