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Las cosas entre Mingyu y Seungkwan junto con los dioses estaba yendo bien. Lamentablemente no todos en el Olimpo eran igual de agradables, tuvieron que adaptarse a las incontables peleas entre los demás dioses, Apolo y Artemisa no eran queridos por Hera al ser producto de la infidelidad de Zeus. Llevaban pocos días ahí pero aprendieron bastante.

De vez en cuando podían ver lo que sus miembros y familias hacían a lado de sus cuerpos en el hospital, les dolía verlos llorar y estar tristes pero ya habían hecho un pacto con los dioses. Habían veces en los que sus miembros se quedaban en silencio, la mayoría de ellos llorando a lado de sus cuerpos, en esos momentos ambos querían ir donde ellos para abrazarlos y decirles que estaban ahí pero obviamente no podían. Seungkwan y Mingyu observaban desde la puerta del hospital, era de madrugada y sólo Dino y Jeonghan estaban ahí. Dino dormía a lado de Jeonghan mientras el otro parecía soñar despierto. Jeonghan se limpió unas lágrimas cuando vio a Jun acercarse y se sentarse a lado de Dino, empezó a acariciar el cabello del menor, Jeonghan volteó a verlo y no pudo contener las lágrimas. Jun sin decir nada sólo lo abrazó, Chan se despertó y cuando vio a Jeonghan llorando en los brazos de Jun decidió también abrazarlo.

Mingyu abrazó a Seungkwan por la espalda, Seungkwan había empezado a llorar casi sin notarlo. Se acercó a Jeonghan y se hincó frente a él. Tenía la cabeza agachada mientras Jun le daba palmadas en la espalda. Chan tenía los ojos llorosos pero no quería llorar, sólo se recargó en el pecho de Jun y se quedó ahí. Seungkwan intentó limpiar las lágrimas del mayor e intento abrazarlo. Mingyu se sentó a lado de Dino y Jun, abrazó a los dos al mismo tiempo. A pesar de que no sabían que estaban ahí pareció que los calmó. Dino se quedó dormido en cuestión de minutos, Jeonghan se aseguró que todo estuviera en orden y se quedó dormido. Jun estuvo despierto aproximadamente una hora hasta finalmente dormirse. Eran las seis de la mañana cuando Seungcheol, Vernon y Joshua llegaron para quedarse ahí un tiempo, sus compañeros estaban tan cansados que los que acababan de llegar tuvieron que llevarlos cargados al auto con el mánager para poder ir a casa. Vieron a los doctores examinar sus cuerpos como todos los días, una vez los doctores se fueron el silencio volvió a reinar en la habitación. Se quedaron así unos minutos hasta que Seungcheol habló.

—Soñé que estaban aquí... —Hizo una pequeña pausa, sus compañeros voltearon a verlo con duda. Mingyu y Seungkwan se quedaron sorprendidos. Seungcheol continúo a pesar de que había empezado a llorar—. Casi siempre se quedan en la puerta observando, cuando nos ven llorar suelen acercarse a abrazarnos... Se siente... Muy, ¿real? —eso último lo dijo con cierta duda, Mingyu escuchó eso y se acercó corriendo al mayor de todos. Seungkwan hizo lo mismo pero él corrió directo a abrazarlo. Mingyu siguió con el abrazo y pronto se unieron Vernon y Joshua.

—¡Estamos aquí, estamos aquí! —Todos estaban llorando, era doloroso ver que sus amigos estaban en ese estado. Tenían que acabar pronto con eso así que se fueron de ahí. Fueron directo a un entrenamiento de armas mortales.

Eso era incluso me difícil que el entrenamiento que tenían cuando eran trainees, ahora en lugar de haber Woozis persiguiéndote con su guitarra había unos dioses, guerreros y/o semidioses (o lo que sea que fueran) quienes los perseguían con la total idea de matarlos. Deseando que no los mataran, llegaron directo con Apolo y Artemisa. La única mujer le estaba dando su buena partida de madre a su hermano como parte del entrenamiento. Mingyu y Seungkwan pidieron que no les tocara con Artemisa porque sabían que si les tocaba con ella saldrían de ahí tiesos. Lamentablemente la vida es cruel, ahí estaban Seungkwan y Mingyu luchando porque una exhibicionista no los mate a madrazos. Esquivando los golpes y evitando verle las chichis a la morra que aún no entendía que ellos eran unos bebitos chiquitos (y gays, muy gays... Demasiado gays) y andar viendo bubis no era algo que les gustara.

Seungkwan aprovechó el hecho de sus un bebito chiquito y pasó debajo de Artemisa evitando uno de sus golpes. La chica falló su golpe y cayó a lado de Mingyu, todos se quedaron en silencio y sin moverse. Lentamente Mingyu acercó su pie y movió a Artemisa para asegurarse de que estuviera viva. La mujer aprovechó esto para tomarlo del pie y lo tiró sacando un gran gritó del más alto. Seungkwan vio esa escena de lejos y se emputó ya que nadie podía golpear a su chikistrikis aparte de él, con lo que había aprendido gracias a las patadas voladores que solía darle a Hoshi, salió corriendo y tumbó a Artemisa (quien se acababa de parar) de una patada mientras soltaba un poderosísimo grito de victoria.

—¡Nadie maltrata a mi pimpollo!

Seungkwan puso a Mingyu detrás de él mientras el más alto trataba de esconder su gran tamaño en el cuerpecito de Seungkwan. Artemisa se quedó tumbada un momento reflexionando sus decisiones de vida. Seungkwan se aseguró que el mayor estuviera bien y lo abrazó mientras le daba besitos en toda la carita de Mingyu. Volvió a ver a Artemisa que se levantaba medio chueca, Seungkwan tomó a Mingyu por la cintura y la amenazó con la mirada mientras Mingyu sonreía victorioso. Al final, la chica cambió su lugar con Apolo quien tardo aproximadamente diecisiete minutos en dejar de reír. Finalmente, empezó a seguir con la enseñanza de defensa personal (que se podía usar como defensa de cuchurrumines).

El MinKwan quedó en el suelo por el cansancio, Apolo estaba de pie dándoles la espalda. Ambos mortales se quedaron viendo a las nalgas de Apolo, por fin algo que les gustaba. Se quedaron sabroseando al Apolo un rato hasta que los cachó, les dio una mirada muy "7v7" y los otros dos se culearon y mejor se voltearon. Después de unos cuantos madrazos por fin pudieron irse a descansar sus almas... El que no entendió el chiste va y chinga a su madre, no le expliquen.

Crazy Gods (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora