Han pasado aproximadamente quince años desde la coronación del Emperador "Jeon YoonGi". El bello omega de ahora treinta y tres años dio a luz a cuatro hijos, todos varones. Y actualmente se encontraba en estado de embarazo de un quinto.
Sin embargo...
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Finalmente y después de varios días tenía en frente suyo aquellos hermosos y azulados orbes, que en el pasado sólo reflejaban cariño, amor, ternura y bondad. Sin embargo, ahora algo había cambiado. Pues en aquella mirada ahora faltaba el característico brillo qué a hacía resplandecer cuál mar
Yoongi desconocía la razón, pero sabía qué su omega se hallaba triste pues aquella risueña y bella sonrisa que antes adornaba su rostro cada vez que lo veía ya no estaba. Sin embargo, no sabía qué hacer para devolvérsela
Pues con el pasar del tiempo y la pérdida de contacto y comunicación entre ambos parecían ahora ser únicamente dos conocidos, era triste para él, saber que aquél diferente y bondadoso omega del que en algún momento se enamoró ahora era infeliz y muy probablemente fuera su culpa pues habia tomado consciencia de que lo había descuidado gracias a las palabras de su madre
Después, de varios segundos de recriminar se la culpa, un fuerte llanto lo sacó de sus pensamientos y pudo enfocar su vista en el pequeño cachorro de su omega tenía en brazos
-Jimin -susurró intentando llamar su atención, pero aún así el nombrado no volteó a verlo -Tenemos que hablar -dijo el alfa acercándose lentamente hacia el rubio
Después de escuchar esas palabras el Omega finalmente lo observó y separó sus gruesos labios para comenzar a hablar
-Mi señor no lo ve ahí - hizo una leve reverencia y se disculpó -Pero si no es mucha molestia podría volver en otro momento estoy ocupado -habló con un tono seco, para después volver a mecer al bebé en sus brazos, hablándole con una tonalidad de voz ligera y bastante aguda
Aquel comportamiento molesto al alfa, pues no podía creer que el rubio llegaría a rechazarlo de tal manera. Ese era un golpe bajo a su orgullo
Así que con un tono más demandante volvió a hablar
-No, Necesitamos hablar ahora -ordenó
Y finalmente, después de varios segundos de silencio por parte del rubio, este había logrado calmar a su pequeño cachorro. El bebé ya no lloraba, en su lugar había caído en un profundo sueño gracias a las caricias de su padre
Es sí que, Jimin dejó un corto y suave beso sobre la frente de su pequeño hijo y lo depositó cuidadosamente dentro de su cuna para que pudiera descansar. Mientras él se disponía a hablar con su alfa
-¿Qué necesita? -pregunto secamente, mientras se giraba para encararlo
Aquella tonalidad no le agradaba al Alfa, sólo conseguía que se molestara aún más
A paso firme el pelinegro se acercó al rubio, posicionandose a unos escasos centímetros enfrente de él. Pero, el Omega no dio ni un paso atrás haciendo notar que no tenía miedo
-Necesitamos hablar de nosotros -dijo firme el alfa
-¿Nosotros? -preguntó el rubio, con notable molestia en la tonalidad de su voz -¿Usted cree que aún hay un nosotros? -me volvió a preguntar
