Trece

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Al llegar al aparcamiento Lukkade y Pen junto con Gulf y los guardaespaldas se repartieron en los dos coches.

-Nos vemos en la comida cielo..Tengo que irme ya, la reunión es a las once-dijo el hombre despidiéndose.

-Claro vete, no te preocupes amor, yo me encargaré de todo... No iré a la Fundación hasta mañana-dijo esta besándolo.

-Bien hijo, portate bien y no vuelvas a darnos un susto como este y ya hablaremos-dijo el cabeza de familia antes de subirse al coche junto a Singto.

Mientras, John llevó a casa a los demás.

-Cariño, estoy tan contenta de que estés bien-dijo esta abrazando a su hijo, el cual no había vuelto a decir una sola palabra desde que había salido del hospital.

El escolta de este entonces se giró en el asiento del copiloto donde iba sentado para mirar y sonreír a la parte de atrás donde estos estaban.

-Señora, deberíamos parar en una farmacia.... Hay que comprar los calmantes-dijo.

-Oh es cierto, Mew... Que atento eres.... Por favor John, para en cuanto visualices una.

Este asintió con una media sonrisa mirando a su protegido, el cual estaba serio y con los ojos muy tristes.

Tras unos minutos, el escolta de la mujer paró delante de una farmacia como le había ordenado esta, entonces se bajó y escoltó a la mujer hasta el interior de ésta.

-Gracias Mew-soltó de repente Gulf, sorprendiendo a su guardaespaldas, el cual se giró al escucharlo.

-No tienes que dármelas, pequeño...Nunca permitiría que te ocurriese nada malo-dijo sonriendo.

El chico entonces miró hacía la farmacia y rápidamente se soltó del agarre del cinturón para luego acercarse a la cara del escolta y darle un beso en los labios.

Tras unos minutos de estar besándose y sonriendo felices, se oyeron la voces de Lukkade y John, rápidamente el chico se separó y volvió a ponerse el cinto, mientras le guiñaba un ojo a Mew.

Tras reanudar la marcha, poco después llegaron a la casa y cuando iban a entrar en esta, la mujer recibió una llamada muy importante, por lo que debía irse urgentemente.

Esta hizo una seña al guardaespaldas de su hijo para hablar con él a solas antes de irse.

-¿Si?, dígame señora.

-Mew por favor, te encargo mucho a mi pequeño, no te separes de él porque puede volver a cometer otra estupidez de esas... Ya sé que te pedimos mucho pues son muchas horas pero es muy importante, te recompensaremos bien.

-No se preocupe señora, seré la sombra de Gulf y no lo dejaré solo.

-Gracias muchacho, eres un ángel- le dijo la mujer sonriendo, mientras le acariciaba la cara.

Cuando esta y su guardaespaldas se fueron, Mew entró a la casa donde Gulf estaba junto a Sara, Mía y May, las cuales le dieron la bienvenida.

...-Que bien que ya está aquí, niño....Las chicas y yo prepararemos una rica comida para celebrarlo -dijo muy sonriente la cocinera.

-Gracias Sara, la verdad es que me muero de hambre-dijo este mirando al guardaespaldas.

Finalmente las mujeres regresaron a la cocina y este subió a su habitación seguido de su guardaespaldas.

-Ahora será incluso peor ¿no?-preguntó el chico riéndose tras cerrar la puerta.

-¿Por qué peor?, ¿acaso no quiere que sea su sombra?-dijo Mew revisando el interior de la habitación y del baño.

12. Guardaespaldas - Mewgulf - Primera parte -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora