—Algún día te arrepentirás de tomar este camino pequeña nube. Tú mereces algo mucho mejor que esto, y ellos merecen conocerte.
—No me arrepentiré, esta es la mejor forma de protegerlos a todos. Yo no tengo la fuerza para salvarte a ti, así que al menos protegeré a los demás.
—Aún así, si llega el día en que quieras acabar con esta farsa, no dudes en hacerlo. Nadie te culpará mi pequeña nube.
—Gracias mi cielo, pero no creo que llegue ese día, yo soy feliz con tenerlos a ustedes.
Mi cielo, Luce. Tú que descubriste mi naturaleza desde el primer día y me consolaste aún cuando yo no mostraba mi dolor, jamás olvidaré como acariciabas mis cabellos mientras yo abrazaba tu vientre, sintiendo la alegría de saber que esa pequeña que crecía dentro de tí sería mi ahijada.
Cuánto deseaba protegerlas y apoyarte con su crianza, de preparar juntos sus cumpleaños y que me permitieras estar en sus momentos importantes, llorando de la emoción mientras tú te ríes y me brindas un pañuelo.
¿Por qué nos dejaste Luce?
Ese día que recuperaste tu cuerpo para dar a luz a tu pequeña, pensé por un momento que al menos tú podrías recuperar tu vida.
Pero no fue así.
Tu luz se apagó frente a mis ojos, te fuiste con una sonrisa después de escuchar el llanto de tu hija, Aria.
Lloré al sentir como me arrebataban a uno de los míos, pero la tristeza cambió a irá cuando el pacificador del cielo se transportó al cuello de mi ahijada. Temí por ella, y me juré nunca dejarla sola.
—Siempre has estado para mi en lugar de mis padres, gracias a ti no me convertí en una verdadera "Aria". Pero yo no he podido hacer nada por ti.
—No digas tonterías. Me permitiste experimentar algo que me fue negado desde que recibí la maldición. Tú eres la hija de mi cielo, mi ahijada, pero criándote pude sentir la felicidad de ser padre a pesar de este cuerpo maldito.
—Siempre eres así, fuiste tú quien me enseñó a sonreír en los peores momentos. Perdóname por el echo de que te dejaré pronto al igual que mi madre, y por favor, vela por mi pequeña cuando yo no esté.
—No tienes ni que pedírmelo. Aunque no pueda criarla como hice contigo, me aseguraré de protegerla.
—Lo sé, pero quiero que vivas esta vez, que explores el mundo y vuelvas con tus compañeros aún si insistes en fingir frente a ellos. Solo no quiero que sigas limitando tu mundo a nosotras, por favor, se libre como la nube que eres.
Aria, mi pequeña hija.
Desde la muerte de tu madre te cuidé como si fueras mi propia vida, aunque fuera un bebé, hice lo posible junto a Odako para cuidar de tí. Jamás me arrepentiré de alejarme de los demás para criarte.
Me dijiste que yo te enseñé a sonreír en los peores momentos, pero fuiste tú quién me salvó cuando perdí a mi cielo estando maldito.
Siempre te mantuviste firme y aceptaste tu destino por el bien de aquellos que amabas, fuiste un cielo puro y cálido que velaba por su gente de cerca. Y aceptaste con amor a ese retoño que nació del pacificador que te arrebató tu futuro y el de tu madre.
Te vi nacer y te vi morir, pero saber que no te convertiste en una "Aria" me consoló mientras sostenía tu mano inerte junto a tu hija.
—Gracias a ti tuve el valor de afrontar mi misión. Acompañaste a mi madre y mi abuela en vida y muerte, pero por favor no te culpes si un día no puedes hacer lo mismo por mi. No hay necesidad de que sigas atado a nosotras, puedes ir con tus compañeros.
—No me iré. Eres tan mía como ellos, pero ellos no me necesitan. Por eso me quedaré contigo. Porque eres el cielo que me dejaron mi amiga y mi hija.
—Gracias, pero tu has sido la nube que ha envuelto el cielo para protegerlo por demasiado tiempo, así que por favor, si el día en que puedas ser libre llega, vive con una sonrisa recordándonos.
—No me gusta que digas eso, tu madre y tu abuela dijeron cosas parecidas antes de morir.
—No moriré, al menos no ahora, pero el día llegará en que nuestra amada nube tendrá que avanzar sin nosotras. Por favor, nunca olvides que el cielo siempre está presente aunque no se vea. Nosotras siempre estaremos contigo abuelo.
Uni, mi pequeña nieta a la que no pude ver crecer. Me culparé toda la vida porque no me percaté de que tu tiempo se acercaba a pesar de tus palabras.
Luché contra Byakuran junto a mis compañeros, cada uno por alguien especial que nos había devuelto la luz, pero yo perdí esa luz que tanto adoraba. Les fallé a las tres y eso nunca me lo perdonaré.
Aún las siento cerca cada vez que veo el cielo, pero nunca será lo mismo.
Luce. ¿Me dijiste que acabara con mi actuación frente a los otros para que no me apegara tanto a ustedes?
Aria. ¿Me obligaste a unirme a otra famiglia y a retomar el contacto con los otros para que no me quedara solo?
Uni. ¿Me liberaste de mi deber sabiendo que no lo podría cumplir y que sufriría por ello?
Mis tres cielos.
Las perdí a ustedes, pero no perderé a los demás.
Continuará...
YO: 907 palabras dedicadas a Skull y a las tres cielos Arcobaleno. Porque las tres fueron grandes y cálidas, y nuestra nube es más que un lacayo inútil.
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Lacayo
FanfictionSoy un lacayo. El Arcobaleno más débil y menospreciado. Nadie me toma en serio. Nadie me reconoce. Pero así está bien, ¿saben? Así puedo protegerlos mejor. Siempre seré vuestro lacayo. Porque ustedes son míos. *El universo y los personajes de Kateky...