_Recuerdos_
Los gritos de Shion resonaban por toda la casa de Géminis al igual que los grititos eufóricos de los pequeños peliazules que hacía poco habían llegado a poner su vida patas arriba. En sus 200 y pico de años jamás había lidiado con niños tan traviesos. Llego a pensar que él y Dohko eran unos angelitos comparados con esos dos escuincles cuando tenían su edad. Incluso la Guerra Santa se le hizo pan comido comparado con la batalla que ahora estaba enfrentando; Vestir a esos dos.
Si bien uno ya le ponía la remera (de brusca manera) e iba en busca del otro, cuando regresaba el primero ya estaba vestido solamente en sus calzoncitos con el estampado de un pajarito amarillo, Piolín se llamaba (o eso le comento la vendedora).
Maldijo la hora en que los gemelos lograron convencerle de adquirir esos calzones del demonio.
-¡Kanon! ¡Saga! ¡Quédense quietos! ¡O no iremos de paseo! -grito, exasperado, cogiéndolos a ambos de las manos y llevándolos a la cama.
Dohko, que estaba de brazos cruzados apoyado al marco de la puerta, se carcajeo, sumamente divertido por la situación de su mejor amigo.
Shion giro a verle con la peor mirada que tenía, ganándose más burlas.
-A mí no me mires así. -alzo los brazos por encima de su cabeza para luego posarlas en su nuca, Shion por instantes vio al joven de hace muchos años, y no al enano morado que tenía frente él -Que yo no tengo la culpa que estos chiquillos sean nudistas en potencia.
-No sé porque, Dohko, pero eso lo dudo... -murmuró al recordar a su amigo en sus épocas doradas -Si mal no recuerdo, jamás vestías camisa.
-Era joven, tenía que enseñar la carne para vender... ¿O no Saga? -miro al mayor de los dos infantes que detuvo su andar para mirarle con duda.
-Eh...
-¡Dohko! ¡Deja de molestar a Saga con preguntas estúpidas y ayúdame a vestirlos! -señalo a Kanon y Saga, que ahora estaban sobre la cama jugando a las peleas de almohadas.
-Tranquilo, tranquilo, eso haré... -con calma se acercó hasta la cama, mientras Shion ocupaba su lugar -Saga, Kanon... -ambos gemelos dejaron sus juegos y le miraron curiosos. Dohko les parecía la criatura más fea y graciosa de la tierra, también era muy amable y consentía todos sus caprichos -¿No quieren vestirse? -ambos negaron con sus cabecitas -¿Por qué? -cuestionó.
-Porque hace calor. -respondió Saga con simpleza.
-Porque no tengo ganas y me gusta presumir mi pajarito. -respondió Kanon con una sonrisa, mientras señalaba el dibujo animado. Saga ladeo la cabeza ante sus palabras y después de unos segundos de pensarlo, también dijo que le gustaba presumir a la curiosa ave.
-Bien, bien... -se llevó la mano al mentón, entrecerró los ojos y les analizo -Y tienes mucha razón en presumir a tu pajarito. -sonrió de lado, un escalofrió recorrió la espalda de Shion. Esa sonrisa no auguraba nada bueno -Pero, si no se visten, se los voy a agarrar. -señaló con descaro el dibujo animado.
Saga y Kanon abrieron los ojos de par en par, se miraron y luego volvieron a ver al Viejo Maestro. Y sin que los dos hombres ahí presentes imaginaran lo que iba a pasar; Kanon hecho a correr rumbo al pasillo mientras Saga se encerró en el baño.
-¡Dohko! -vocifero Shion, llevándose ambas manos a la cabeza.
-¿Qué? Yo me refería al pajarito que tienen estampado. -se encogió de hombros e hizo un gesto despreocupado con la mano -Algún día les gustara que les agarren el pajarito, si no lo sabre yo. -le guiño el ojo con gesto pícaro.
-¡Dohko! Entre más años tengas se ve que no cambias -gruño -Y claro que les gustara unas lindas chicas les agarren el pajarito, pero no un viejo decrepito que ya apesta a muerto.
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Recuerdos
FanfictionPara hombres como ellos, los recuerdos felices eran escasos. NO YAOI. HUMOR/CONFORT/FAMILY Advertencias; Personajes OoC (Fuera de su caracter original), doble sentido y probablemente errores ortograficos. Los personajes pertenecen a Masami Kurumada.