❥ 𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝟮: 𝑦𝑜𝑢 𝑏𝑒𝑡𝑟𝑎𝑦𝑒𝑑 𝑚𝑒

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Estoy sufriendo mientras camino por estas frías calles de este loco pueblo que está al revés. Pensando en cada momento que tenía planeado pasar junto a ti, ¿pero ya no se va a poder, verdad? Porque arruinaste lo que teníamos.

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Sintió que su estómago se encogía, las lágrimas peleaban por querer salir. No entendía lo que estaba sucediendo, ¿acaso ellos dos tenían algo?

— Por favor, Ronnie. —suplicó el castaño. — Te extrañaría demasiado, pensé en ti cada noche desde que regresamos a Riverdale.

— Lo sé. —asintió Verónica, estaba de acuerdo con él en la parte de extrañar al otro — Pero... Archie.

— A la mierda Archie. —soltó ignorando el hecho de que era su mejor amigo. — Tú no lo quieres como yo a ti, ambos sabemos que debemos de estar juntos.

Era un hecho, Betty estaba llorando a mares, se cubrió la boca con las manos para evitar ser escuchada. Sentía que le estaban encajando miles de cuchillas en el corazón, ¿que acaso Jughead no la amaba a ella?

— ¿Qué hay de Betty? —recordó queriendo saber dónde quedaría su amiga, le preocupaba eso.

— ¿Betty? —preguntó confundido.. — ¿Qué tiene ella? No se va a enterar nunca de lo nuestro. —comentó burlón. De acuerdo, ese ya no era el Jughead que ella conocía, el tierno y delicado chico. Parecía otra persona, ¡Por Dios, la estaba engañando! — Sólo seremos nosotros dos contra el mundo. —avisó para tomarla de la barbilla y acercarla a su rostro para comenzar a besarla, al inicio, la morocha se resistió un poco al inicio pero cayó en los encantos del chico. Siguió con el beso volviéndolo en uno más apasionado, Jughead la empujó contra los casilleros sin parar de besarla.

La respiración de la rubia se volvió más pesada, estaba escuchando al que creía el amor de su vida besando a su supuesta mejor amiga. Lo peor de todo es que no hacía nada, sólo estaba congelada en ese lugar intentando apagar su llanto. Y como si la vida fuera en su contra, el tono de llamada de su celular comenzó a sonar.

Los chicos rápidamente se separaron del beso al oír la canción, la reconocían muy bien. Era el tono del celular de la rubia, ese que le encantaba demasiado, el castaño rápidamente llegó a dónde estaba ella, abriendo los ojos al verla ahí con sus ojos rojos y cristalizados, con lágrimas cayendo por sus mejillas.

— Betty. —soltó dándose cuenta de lo que había cometido, Verónica llegó con él abriendo la boca llena de sorpresa, y arrepentimiento.

— B, puedo explicarlo. —avanzó un poco hacia ella con tal de convencerla de que la escuchara, la rubia retrocedió sin parar de llorar.

— ¡Me traicionaste! —exclamó a la morocha furiosa, aún así las lágrimas seguían ahí. — ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡Tanto que confié en ti!

— Por favor, escúchame. —pidió intentando no llorar también.

Betty negó, estaba rota. Le dolía demasiado el pecho de solo saber que las mejores personas que tenía la habían engañado, estaba dólida.

— ¡Dos veces, Verónica! ¡¿Qué acaso no quieres que me enamore?!

— No es su culpa. —intervino Jughead serio. La morocha ya estaba llorando, no podía perder a su mejor amiga. — Sólo escúchala, Betty. —pidió manteniendo la compostura.

𝐎𝐮𝐫 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐈𝐬 𝐆𝐨𝐝 | 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora