Parte única.

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Nos casamos jóvenes.
Cómo diría la gente de ahora, MUY JOVENES.
Cada uno tenía 20 años, nos habíamos criado juntos, nuestra historia de amor es básicamente la de los vecinos que se gustan. Se miran desde sus casas, van a la misma escuela.
El típico cliché.
Lo que no fue tan cliché fue nuestro matrimonio.
Cómo dije, nos casamos jóvenes, inexperto yo, inexperta ella.
No sabíamos lo que hacíamos.
En fin, nuestra noche de bodas...
No fue la mejor, ni la más memorable, mi mujer tenía... Complejos con su cuerpo.
Aunque para mí era la mujer más bonita del universo, ella se veía como una mierda( palabras de ella no mías).
No conocí a su familia,pero sabía que ellos tenían algo que ver, también el que la tratarán mal en la escuela.
Aunque fue de las más inteligentes,siempre había insultos con respecto a su físico. Su forma de hablar (tartamudeaba). Su falta de comunicación la hacía una rara.
Y muchas cosas más que ella impedía contarme y que yo acepte. Creía que llegado el momento lo haría, sabía que le costaba.
Mi vida en la escuela tampoco fue la mejor, aunque no me molestaban como a ella siempre estaba el tipo que se hacía el gracioso y venía a arruinar tu día.
Odiaba a esos tipos, tuve muchas quejas de los profesores por agarrarme a pelear. No es mi culpa, tenía que defenderme.
Mis calificaciones tampoco eran las mejores, me esforzaba pero no llegaba al 8.
Ella era más de los 10.
Volviendo a la noche de nuestra boda... Cuando estábamos a punto de hacerlo, ella temblaba, de un momento a otro salió corriendo, y se encerró en el baño.
Golpeé la puerta —¿Amor?— Su respuesta fue llanto— Se que esto es difícil para ti, si quieres... Si quieres no lo hacemos hoy, no tengo apuró, podemos... Podemos continuar en otro momento, sal del baño por favor. Déjame estar contigo—. Me sentía impotente, desorientado, triste.
Ella siguió llorando,me senté en el piso contra la puerta— To-todavía no comprendo que v-viste en mi, no soy merecedora de tu amor. No puedo serlo,y estar contigo me hace bien, pero no soy lo suficiente, lo siento en mi corazón—.
No sabía que se sentía así... Fue triste, mi amor, mi media naranja, la mujer de mis sueños.... No sé sentía merecedora de mi. Yo no era el mejor, ni el más guapo, ni el más rico. Pero ella igual se sentía así.¿Porque?
Para mí ella era como la galaxia,impredecible, misteriosa, pero a la vez fascinante de ver.
El día que descubrí que la amaba entendí porque quedé fascinado con su belleza, su cuerpo era uno de los más bonitos que había visto, su rostro parecía el de una muñeca. Más sus ojos fueron los que más me atrajeron, esa mirada de curiosidad hacía todo, pero también de tristeza, siempre escondía la tristeza con sonrisas, siempre era feliz a pesar de que los demás la insultaban. Siempre los perdono, más no a si misma.
Se que odiaba su cuerpo porque no permitió que tuviéramos un espejo en casa.
Se que esa noche debí haber hecho más, debí haberle dicho cuánto la amaba, que todo iba a estar bien y que siempre iba a estar para ella, que sería su apoyo.
Que no me dejara.
No duramos un día de casados, porque Jene se suicidó...
Me quedé dormido contra esa puerta mientras mi esposa del otro lado se quitaba la vida.
Mi amor no bastó.
Mi cariño tampoco.
Su decisión fue dejarme.
Se que me amaba, pero también se que había muchas cosas que la atormentaban y que ya no podía más...
Así que tomo la vía más rápida, como diría un estúpido. Pero no fue una vía rápida.
Fue un camino diferente al mío, ella decidió no sufrir más. Se rindió.
Por ello, siempre lucharé por ella. Cómo hubiera deseado que lo haga.
¿Fin?

JeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora