Stefano ha tratado de superar su enamoramiento cientos de veces, nunca llegando a lo físico, pero siempre separándose un poco de Blake. Sin embargo, sus intentos son todos un fracaso y termina volviendo al lado del azabache. El problema radica en que el azabache nunca se muestra afectado por su ausencia y eso es una daga en el corazón.
Sabe que Blake lo quiere, pero no sabe hasta qué punto. Solo puede asegurar que no se asemeja al amor que le tiene el rubio. Y estaba bien, lo había repetido al inicio de todo. En otro punto, se pregunta cómo es posible que se haya abierto tan pronto con Valentino. No estaba celoso, claro está, pero algunas veces podía sentirse aparte y le lastimaba. Stefano no siempre fue una buena persona y eso aplicaba con lo que sucedió años atrás. Por esa misma razón, al día siguiente se ganar su partido y ser la estrella de la noche, camina hacia la sala de visuales.
Porque él estaba tan ebrio la noche anterior, en la celebración y quien le rescató de una posible humillación fue ella. Al menos le debe disculpas sinceras, abrir nuevas etapas de su vida.
Hope y Blake eran como almas gemelas. Mejores amigos que tuvieron la dicha de conocerse desde el orfanato, el reencuentro estuvo en la secundaria. Blake había sido criado por un rico deportista, Hope por varios hogares de acogida que buscaban la beca gubernamental que se les obsequiaba por la obra de estadía. En el pasado, Stefano sintió tantos celos tan malos que terminó diciéndole a Blake que si le quería, debía dejar de hablarle a Hope. Fue un inmaduro, un niño mimado.
Y estaba así. Hope no tenía la culpa. Con el paso del tiempo, el remordimiento no apareció, pues Hope y Blake actuaban como si no les importara la separación que tuvieron. Y si no les importaba, significaba que no se necesitaban realmente.
Una solitaria miembro del club de críticas, que ama la poesía de Stefano y sufre depresión, en silencio. Hubo un año en el que discutía con Avery por todo, culpa de Avery realmente, no estaba acostumbrado a ver un estilo tan pobre y sus palabras llegaron a ser filosas. Nadie hacía nada, ninguno de los siete, aunque, Enzo trataba siempre de detener cualquier cosa, siendo el mismo de siempre. Poco después, las cosas simplemente cesaron y ella no intentó recuperar su relación con Blake, siendo culpa también de ella; había querido exponer los sentimientos de Blake hacia Stefano a todo SG. No fue algo maldoso, ella solo pensaba que sería bonito si ambos se sintieran libres de expresarse y entender que no les juzgaran... pero nada salió bien.
La amistad se quebró.
Stefano, al abrir la puerta, escucha el estrépito del otro lado de la puerta, acto seguido, algo asustado, observa y ve a Hope sobre el suelo, sus ojos cerrados.
—¡Hope! —antes de que piense en agacharse y ayudarle, Hope alza su mano y él se detiene—. Hope, lo lamento. Que pena. Déjame ayudarte.
—Está bien. Estaba intentado pegar algunas cosas detrás de la puerta —Murmura la chica, sus pequeña pecas no las puede ocultar el maquillaje, eso nota Stefano. Finalmente abre sus ojos y le sonríe, le sonríe aún cuando le ha dañado—, ¿Se te ofrece algo? Avery no está y no he escrito nada sobre tu poesía de hace meses. Así que, debes debes de estar tranquilo.
Scott arruga su nariz y luego sonríe.
—Quería darte las gracias por lo que hiciste por mí en la fiesta. Se me cae el rostro de vergüenza —Extiende su mano, ella la toma poco tiempo después—. Digo, con todo lo que te he hecho.
—Está bien, Sky se —se apresura en responder la fémina.
Stefano no sabe que Hope puede ver a través de sus sentimientos por Blake. De hecho, es una situación meramente complicada. Siempre está a la defensiva, temeroso de que ella encuentre su secreto, aún cuando ya convive con el mismo. No es alguien de hacer daño.
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Después del Arte
Teen Fiction¿Escuchaste sobre los siete preferidos de Saint Gerald? Todos hijos del arte. Hay alguien que hace bautiza sus nombre en más arte, ¿Escuchaste que nadie sabe su identidad? ¿Escuchaste que yo sí sé quién es? ** Advertencia: Para leer esta novela, pue...