Todo comenzó un día de calor de verano en el año mil novecientos noventa y tres.
Integra a los pocos minutos de llegar a la mansión Hellsing corriendo por las calles teniendo cuidado de no ser vista, se limitó a encerrarse en su cuarto y sin tomarse la molestia de cambiarse el uniforme escolar se dejó caer en la cama de su cuarto. Se enrollo entre las sábanas pulcras y recién tendidas. Enterró su carita lastimada en la almohada y dejó que las lágrimas cayeran empapando todo.
-Soy...Soy una Hellsing. ¿¡Como pude dejar que esas tipas me humillaran así!? ¡Ahh!
A pesar de sus intentos por dejar de llorar, sentimientos de auto-odio y sus nervios que se encontraban tan destrozados...pudieron más que ella, que su fuerza de voluntad.
Integra se encontraba en una situación vergonzosa. Llevar el peso de una organización como es el caso de Hellsing conlleva a un gran estrés que la rubia no pudo manejar muy bien que digamos. Estando toda la noche con un enorme papeleo que parecía interminable, asegurarse de que las cosas marchen bien en la mansión y el dormir tan poco...Pues todas se mezclaron en su sistema causando una desastrosa sensación de revoltijo. Termino por salir corriendo al baño de niñas y...dejar lo que apenas pudo comer en el desayuno. Se sentía de lo peor.
Y como si fuera poco a pesar de las técnicas de defensa personal que le enseño su mayordomo Walter...unas chicas mayores que Integra del mismo colegio, la agarraron con la guardia por el suelo y entre todas comenzaron a dejar un banquete de perturbadoras marcas violetas y líneas final rojas en la cara así como cuerpo de Integra. También cabe añadir que los golpes fueron tan brutales que ni sus pobres lentes redondos soportaron el fatal desenlace del evento que comenzó con unas simples burlas de parte de niñas malcriadas.
Estaba tan humillada que no quería ni llamar con su poder psíquico a su sirviente, a aquel vampiro con siglos y siglos de vida que prometió protegerla de todo: Alucard.
Integra hirvio en ira y en llanto. Se sentía decepcionada de si misma.
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.Integra de la nada escucha algo extraño, un ruido perturbo el silencio del cuarto que se hallaba en penumbras a excepción de un leve brillo proveniente de una lámpara de la mesita de noche al lado de la cama. Lo único que se apreciaba y que rebotaba en las gruesas así como largas paredes de la habitación eran ciertos sollozos y quejidos de dolor de parte de ella.
Bueno... No le dio importancia. Ahora nada ni nadie en estos momentos era relevante.
Mando a todo el mundo al mismísimo infierno.
En eso Alucard se manifiesta en la habitación.
-¿Ama? Esto es extraño. No me aviso que ya estaba aquí en la mansión-Noto el vampiro mirándola desde donde estaba.
De repente abre los ojos un poco al notar un olor en el aire. Le reconoce a este casi al instante, pero decide ignorarlo solo un poco y asegurarse de que había pasado como para que su ama esté así.
Sonríe de forma maliciosa como siempre, ya quería llevar a cabo su juego favorito: molestar a la joven dama.
-¿Se puede saber porque Integra Fairbrook Wingates Hellsing esta escondida como nena asustada?-Pregunto Alucard apoyándose en sus brazos y acercando su rostro a la nuca de la adolescente.
-No tengo ganas ni de pelear contigo Alucard-Respondió Integra sin siquiera dignarse a verlo.
El dueño del nombre soltó una pequeña carcajada. Pensaba que su maestra le estaba jugando alguna clase de broma extraña o que simplemente estaba molesta por una tontería de niña. Si, seguramente estaba exagerando, así que tomó la almohada con la que ella se cubría la cara y empezó a jalarla con insistencia.
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El llamado del alma (Hellsing Ultimate)
Fanfiction❝Ellos eran dos almas heridas, que se encontraron porque el destino lo quería así. Integra era una niña humana que perdió su inocencia por culpa de un asesinato, la sangre derramada y lo cruel de este mundo, y Alucard... El sirviente vampirico de la...