¿Se puede amar a alguien quien tiene una opinión totalmente diferente a la tuya?
¿Por que exactamente el, y por que tenía que ser mi destinado un pro-Vida?
-Eren
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—— ya me voy tía—— dijo un joven, cabello largo lacio y castaño, piel tostada y de orbes verdes Esmeralda, alto y con una musculatura bien formada, saliendo de aquella cocina de tamaño promedio, las alacenas, la isla/desayunador que tenía el lavabo incluido, y las encimeras eran de una réplica de mármol blanco con contrasten de grises y negros así mismo la madera era café oscuro, se veía elegante a simple vista, el olor a comida se encontraba en aquella habitación
——— ¿A donde tan rápido Eren?, Tienes que desayunar, ya es la octava vez que sales de la casa sin desayunar, sabes que es malo, además no me levante a hacer desayuno para que no comieras —— le detuvo, aquella voz, una mujer alta, de apariencia atlética, similar a eren, aunque la forma de su nariz era distinta y sus ojos eran castaños vestía su uniforme del trabajo, una camisa amarilla, de manga larga junto a unos pantalones de vestir negros rectos
El nombrado se detuvo dio media vuelta y de mala gana accedió, prefería lidiar con su tía que con Levi, quien para su mala suerte era su tío, casado desde hacía cinco años con Hange y además, eran destinados, la relación de ellas debía admitir que era linda, aunque ciertas actitudes que levi había no le agradaban, tal como decirle que hacer o ser más brusco en su crianza
Claro, lo entendía, temía que le pasara lo mismo que a su prima; hacía cinco años que hange y levi , le habían adoptado legalmente, desde el incidente con sus padres biológicos, ella había decidido que el no pasara por lo mismo y decidió darle una vida más pacífica
El obedeció y desayuno, se sentó en el desayunador, donde espero su plato, ella había preparado waffles con una miel de fresa, debía admitir que se sentía como un niño cuando recibía aquellas comidas
—me debes treinta dólares y una cena en McDonalds—
Dijo una mujer castaña, de complexión esbelta y alta, unos ojos castaños expresivos con unas largas pestañas mientras se encontraba dentro de aquella patrulla color negro y vidrios polarizados, mientras ella tenía su asiento reclinado
A su lado se encontraba un hombre, de complexión delgada y musculosa, piel totalmente blanca y cabellos negros y ojos color grises
Quien mantenía una expresión seria mirando a la chica de su lado
—solo por que el imbécil de Eren inició una pelea en la protesta pasada y tú ganaste pero, no te voy a pagar nada—
—sí, sí como quieras...pero cuanto apuestas que se tarde esta vez en que haga algo?—
Pregunto la chica con una sonrisa oreja a oreja, mientras tomaba de su lado un vaso lleno café
—Tres horas...y tú?—
—le doy una media hora—
En ese instante eran las seis de la tarde, aunque aquella jornada vigilando apenas comenzaba, les esperaba una larga noche
