Bajos instintos.

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Mis ojos se cerraron.
Un llameante calor comenzaba a inundar mi habitación, sus manos se posaban en mi cintura y lentamente se deslizaban hábiles por el resto de mi cuerpo. Mi corazón se agita ante la excitación, mis piernas se extienden esperando por la delicia de su sexo.
Su rostro permanece hundido en la oscuridad pero puedo sentir sus labios hábiles que comienzan a besarme el cuello.
-Noona, Saranghae... susurra.
Sus labios alcanzan los míos... puedo sentir su aliento a frutas.
¡No puede ser!.

(TURURUTURURU  TURURA) Suena la Alarma.

Sonó el despertador con la música poco agradable que me atormentaba todos los días, Mi corazón estaba agitado y una capa de sudor me cubría el cuerpo. "¿Qué diablos con estos sueños?" Pensé.

Me esperaba un día lleno de sentimientos y sorpresas, mi primer día como maestra en la universidad de artes.

Estaba nerviosa de saber que los jóvenes casi de mi edad no me tomarían muy en serio y no quería convertirme en la maestra que todos odian.

Me duché, Me puse algo casual, tomé mi café matutino y me puse en marcha.

Sonó la campana; Es la primera clase con el grupo de  primer año, gracias a Dios todos somos nuevos y todos estamos nerviosos.

Mis manos estaban sudando, temblando y frías mientras que mis 15 estudiantes lucían tranquilos.

-Buenos días.- dije en voz alta para el grupo.

-Muuuuy Buenos.- respondió un chico al que solo pude verle el cabello rosa sentado al fondo.

De pronto él y los 3 a su alrededor comenzaron a reírse.

¡Qué difícil! Apenas habían pasado 5 minutos y ya tengo un grupo de bullys

-De pie y al frente, los 3 del fondo. - Dije firme y con mala cara.

-Nombre- Dije señalando al primero.
Un chico alto Delgado, de piel bronceada, con el pelo en el estilo de moda de todos los chicos sobre la frente y de color rubio.

-Kim Minseok. Respondió.

-¿Edad?- añadí mirándolo fijo.
Me miró un poco temeroso y suavemente respondió.
-23.-
Todos en el salón comenzaron a reírse.
-¡Silencio!- advertí, y lo miré a los ojos, pasé con el segundo, un chico un poco más bajo que el primero con el cabello negro azulado y la piel Blanca  y porcelanizada.
-Nombre y edad.
-Park soo ha, 19 años.

Seguí con el tercero. El chico del cabello rosa, que me dejo desconcertada con el rostro más hermoso que había podido ver en mi vida.
Me miraba fijamente a los ojos con una mirada pícara de chico malo. A la vez tenia un rostro tierno y fino como el de un Ángel, no pude evitar detenerme un momento a admirar su belleza y preguntarme en silencio si era real.
Su cabello que evidentemente era largo, estaba envuelto en un chongo, dos mechones largos le en marcaban el rostro. Mi corazón se agitó.
Y con una voz un poco entrecortada  apenas se alcancé a decir:
-nombre y edad...

Tragué profundo mi saliva.

-Hwang Hyunjin, Aries, 19 años...-
Me miró de arriba abajo como si me estuviera viendo desnuda.
- ¿Qué hay de usted? Aún no nos ha dicho su nombre. ¿Debo decirle unni o noona?-
Y me guiñó el ojo al finalizar.

¡Que descaro de niño!

-Debe llamarme profesora señor Hwang. Siéntense, ya los conozco. Es suficiente.

Se sentaron de nuevo en sus lugares y procedí con mi introducción.

-Mi nombre es Kang Sun mi. Tengo 26 años y voy a inpartirles la clase de escultura.

Cuiden mucho de mí, por favor  si necesitan ayuda no duden en decírmelo.

Por favor preséntense todos con su nombre, edad y su color favorito. -

Tal como lo pedí se presentaron todos.

Una hora completa me sentí observada, aunque no podía ver bien su rostro debido a mi miopía aguda sabía que me estaba mirando.

¿Qué diablos me pasa? ¿Por qué me invade este sentimiento tan extraño?
Es solo un niño, y es mi alumno.

Al sonar la campana para el cambio de clase salieron todos del salon menos Hwang Hyujin, que se acercó a mi escritorio para importunar mis ya confundidos sentidos.

-Digame sr. Hwang, ¿en qué puedo servirle?

-Dijo que si necesitábamos algo podríamos acudir a usted.

-Mientras sus necesidades incluyan el aprendizaje de la escultura y su correcta ejecución estoy para servirle.-

Sonrió.

-Noona, ¿usted tiene novio?. -

El niño fue directo al grano. Sin eufemismos ni palabrerías para llegar al punto.
De inmediato sentí mis mejillas ardiendo

-Eso no es asunto suyo señor Hwang.-

-Eso es un "No" .-Soltó con una mirada suspicaz.

-No, no lo tengo. Aunque de cualquier manera eso a usted no le importa o si?-

-¿cómo sabe lo que me importa o no me importa?-

-sr. Hwang, es usted un Casanova; Pude notarlo desde el primer momento en que abrió la boca para saludar y déjeme decirle una cosa...-
-ya se... ya sé... si creo que usted va a ser mi nueva conquista estoy equivocado.- interrumpió.

-¿ah si?- . Dije sin pensar un segundo en lo que estaba haciendo.

"Quizá no",  Pensé para mí misma, tengo que admitir que llevo tiempo sin sexo y un adolescente con vitalidad, fuerza y las hormonas a tope no me vendría mal.

Sonreí, me mordí los labios y lo miré directo a los ojos.

-Este no es el lugar y tampoco el momento sr. Hwang. Y deje de importunarme si no quiere quedarse dos horas detenido en mi salón después de las clases.

-Sucede que tal vez sí quiero. Pero preferiría un lugar más íntimo.

-Se lo está ganando Sr.Hwang. - solté en ultimátum.

- ¿qué tal... en mi departamento? Dijo con una sonrisa traviesa que  empapó mis bragas.

-Bien Sr.Hwang está oficialmente castigado.-

-De acuerdo, la espero en el estacionamiento a las 4.-

Guiñó el ojo y soltó una sonrisa pícara que me derritió el corazón y salió del salón silbando con aires de un ganador.

¿Qué diablos estoy haciendo?, ¿En qué me he convertido?

Me apresuré para ir al baño y enjuagarme la cara, no había tenido un momento así de candente desde hace varios años.
¿En realidad estoy a punto de intimar con un adolescente que acabo de conocer?
¿Acaso no le temo a ir a la cárcel?
¿Acaso no temo ser despedida si este niño le cuenta a sus compinches la historia?

Bajos InstintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora