Capítulo 22: Irreversibles consecuencias

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Schiltach, Alemania
20 de Septiembre del 2021
6:30 pm

Damian Deutsch

El tiempo, raíz provieniente del latín tempus cuya interpretación según los expertos se debe definir correctamente como aquella magnitud física para medir la duración o separación de acontecimientos. Trescientos sesenta y cinco días son doce meses, cada uno de ellos se organiza en cuatro semanas, las cuales es lo mismo que decir siete días donde son veinticuatro horas las que componen dicho período individual, el minuto se construye a partir de sesenta segundos otorgando vida a nuestra deteriorada existencia. Tal vez penséis que me enloquecí o lo estúpido que soy por hablar de algo que seguramente muchos de vosotros ya sabías pero alguna vez has detallado a profundidad que ¿Cada uno de ellos va en descenso? Comienza con una gran cantidad que lentamente se va reduciendo y si veis más allá de la realidad podéis interpretarlo como si te estuvieran diciendo que debes aprovecharlo al máximo o si no te quedarás estancado, no van a esperar a que decidas actuar. Lamentablemente vamos a envejecer de una forma u otra, lo importante es que cuando llegues a esa etapa de la naturaleza humana sonrías al saber que no desgastaste la juventud en cosas ilógicas como por ejemplo quedarte en casa y pretender ser un adolescente normal según lo que imparte la sociedad.

He escuchado como algunos desearían tener una máquina del tiempo para poder ir al pasado y eliminar los diferentes errores cometidos. La simple idea me parece una completa abominación, es tan grotesco, repulsivo pues las equivocaciones son herramientas claves de cualquier proceso de aprendizaje. Creen que por enmendar las acciones tendrán un mejor presente pero ¿Y si antes empeoran aún más la situación? La solución no es cambiar sino madurar, debemos entender que nada sucede por casualidad.

Algo simple puede esconder un tesoro increíble, las riquezas no saltan tan fácilmente, los detalles son relevantes para encontrar con éxito la conexión de los sucesos. La extranjera llegó, creyó que su vida era simple y mundana pero como siempre el destino nunca deja cabos sueltos, le reveló que su origen va más allá de lo cotidiano. Una princesa a la cual se le ha lavado la cabeza ¿Cuánto tiempo lleva encerrada en la torre de la ignorancia? Es momento de que comprenda que ningún príncipe vendrá a rescatarla ni despertarla, es hora que abra los ojos por si misma o el dragón la devorará sin ningún tipo de misericordia.

Diversas controversías y teorías han surgido por el último descubrimiento que desafortunadamente aún no tengo claro la explicación coherente para entender como la progenitora de mi pequeña es la misma mujer que dio inicio a nuestras raíces de la oscuridad. Theresa Thompson era hija única del panadero cuyo nivel económico la hizo víctima de humillaciones por parte de la élite de nuestro adorado pueblo. Siempre se escondía o huía intentando refugiarse de aquellos monstruos que sin importar las reglas mortales le arrojaban piedras con el objetivo de que algún día una de estas logrará golpearla con fuerza en la bóveda craneana para así abrir un hoyo el cual acabará para siempre con su horrible existencia. No sé quienes fueron pero de algo estoy seguro y es que son unos completos inútiles, debieron ser más inteligentes y utilizar otros métodos de tortura que claramente darían mayor eficacia.

En fin, aquella alma perturbada al ver que su Dios no acudía a las súplicas que ella emitía con Fe, decidió cambiarse de religión adoptando la mejor en mi opinión. El mal la acogió, le prometió protegerla hasta el último día en que respirará pero Theresa Thompson tenía que dar algo a cambio para que la deuda quedará saldada. Perdió su alma, ahora la controlaban las fuerzas demoníacas quienes tenían una misión específica que realizar. Un diario que escondiera cada hechizo maldito y por consiguiente cobrará vidas inocentes para alimentarlo según dicen los pueblerinos pues nadie sabe qué pasó en realidad. En el año 1996 muertes empezaron adornar las calles lúgubres y deterioradas de Schiltach, un asesino estaba suelto, varios nombres rondaban por las cabezas de los policías pero ninguno de ellos contempló a la hija del panadero como principal sospechosa dentro de la lista criminal.

MI SANGRE EN SUS MANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora