Como se cura una herida?

621 56 16
                                    

Después de haber conocido a la pequeña, todos llegaron a la conclusión que lo mejor sería decirle la verdad al alfa, al final ellos decidirian si continuarían juntos o no, pero esa pequeño ser merecía estar junto a su padre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Después de haber conocido a la pequeña, todos llegaron a la conclusión que lo mejor sería decirle la verdad al alfa, al final ellos decidirian si continuarían juntos o no, pero esa pequeño ser merecía estar junto a su padre.

Viktor concentró todas sus energías, en buscar el camino fácil y rápido para darle la libertad al omega, Contrató los mejores abogados, para llevar el caso, aunque aveces quisiera salir corriendo a su lado, y hacerlo volver, era imposible, que el tuviera un hijo con su mejor amigo, cambiaba todo, aquellos besos, aquellas caricias que le dio, le hacían creer que aún lo amaba, pero ese amor debía desaparecer, por el bien de aquel niño.

Aún no regresaba a las frías montañas, continuaba cerca de la manada italiana agilizando los tramites pertinentes, la situación con Mila, estaba arreglada, aunque era una mujer excepcional y hermosa, no podía utilizarla como un camino fácil para olvidar, ella no lo merecía.

Dentro de las cláusulas del divorcio, el le cedería la propiedad donde vivían los Katsuki y unas acciones como compensación a su mal actuar cuando empezaban a conocerse, los documentos estaban al pie de la letra, así que podría regresar sin problemas, sin embargo, le fue notificada que la petición fue rechazada por el azabache, quien no aceptaba la sucesión de bienes.

Estaba desesperado, ansiaba volver a sus tierras, con su gente, tomó los documentos, y se dispuso a buscar al omega, el pidió el divorcio y no se iría de su casa hasta que ambos firmarán.

Una vez averiguada, la dirección, tomó un taxi para llegar a aquella casa, que se situaba dentro de una unidad lujosa, y exclusiva, parado en aquella puerta de cedro, se dispuso a tocar el timbre, escuchaba murmuchos en el interior, el aroma a comida, y el sonido de unos pasos cada vez más cerca para abrir la puerta, Giacometti estaba frente a él.

"Viktor, que haces aquí?" - dijo el alfa rubio.

"Necesito hablar con Yuuri, me urge que firme unos documentos"

"Pasa por favor hace frio, esta en la cocina, iré a llamarlo"- Viktor entro a aquella casa, el aroma de comida era tentador, sobre todo la ya conocida por el alfa, la tarta de frutos rojos que solía preparar para el. En su cara se dibujo una mueca de burla, maldecia su suerte, de pronto el llanto de un bebé le estrujo el corazón, bajo su mirada, no podía soportar seguir en esa casa.

"Yuuri viene en un momento, porfavor espera un poco"- dijo Giacometti

"No puedo esperar, tengo prisa, te dejaré los documentos, dile que necesito se comunique con mis abogados para que haga las especificaciones que el crea convenientes"

El peliplateado entregó los documentos al alfa, caminando a la salida, pero Yuuri apareció en la escena, el corazón de Viktor quería salir de su cuerpo, cuando lo vio, al que fue su omega y compañero, llevando un bultito recargado en su pecho, aunque estaba cubierto con una manta verde, podia intuir que se trataba de un bebé, comenzaba a llorar más y más fuerte, el azabache lo trataba de arrullar, pero nada parecía servir.

En la fría nieve, no pude seguir tus pasosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora