Capítulo Dos

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"Table Dance, nunca antes se había sentido atraído a ese tipo de espectáculo de danza erótica, principalmente porque jamás se había fijado ni le habían llamado la atención los bailarines; sin embargo ahí se encontraba, en medio de una misión, con sus ojos cafés concentrados en los movimientos de quien es su compañero Comisario.

Su mirada se paseaba libremente por todo su cuerpo, sin dejar pasar detalles como el sudor que recorría su cuerpo, su respiración agitada por los movimientos, esas expresiones acorde a las sensaciones que provocaba en los demás, incentivando y llamando de forma silenciosa para que se acercaran los pecadores a probar de aquel elixir. 

Es capaz de ver como sus músculos se tensan en algunos momentos, siendo resaltados y mostrándolos con orgullo, al igual que sus tatuajes y cicatrices, las cuales cada una contaban historias de su vida, algunas terminaban victoriosas, otras no tanto.

Su mirada terminó descendiendo hasta llegar al borde de aquella ropa interior ajustada, su imaginación vuela por un segundo y sabe que sus mejillas se colorean por la vergüenza de tener pensamientos de ese estilo morboso. Por instinto cubre su boca con una de sus manos, intentando disimular un poco la vergüenza, mientras en su mente se pregunta, "¿Qué tan bien se escucharía tirar de ese elástico y luego soltarlo?

La simple idea de con sus manos recorrer su cuerpo e introducirlas a aquella ropa interior, apretando aquel trasero y permitiéndose disfrutar de los gemidos y jadeos del menor ante sus acciones, era una completa maravilla, un deseo pecaminoso que no le importaría hacer realidad a pesar de lo prohibido que era.

La atracción y encanto que derrochaba Rodríguez en su espectáculo tenia a todos hechizados, ahora mismo se encontraban a su merced, sentados en sus lugares mientras rezaban el poder tener alguna oportunidad con aquel ángel cuyos movimientos sugerentes y tentadores le hacían pensar al público que se trataba de un demonio.

Pero todos supieron que aquel angelito se reservaba para alguien más, pues al momento de extender su mano al Superintendente de la ciudad y notar que su mirada no se despegó en ningún momento de él, no hizo falta ser detective para notar que todo aquello era una invitación.

El ruso de mirada café decidió tomar de golpe su último trago, dejando el vaso de cristal sobre la barra. No apartó su mirada del acto, en absoluto, era la primera vez que lo veía bailar de esa forma; sin embargo se sintió tanto incomodo como molesto.

Una vez más, la atención de Greco Rodríguez  se la llevaba Jack Conway mientras él, queda como la sombra, solo conocido como el perrito que va a donde el Superintendente va.

Y siendo sinceros, no es que le moleste ser visto como un inferior, porque eso es lo que es, alguien de rango inferior, lo que realmente le molesta es que aquel castaño de barba y de ojos cafés tampoco note su existencia cuando el pelinegro hace acto de presencia.

Desea llamar la atención de Greco, ¿Pero cómo alguien como él podría hacerlo? El único tema que tiene para conversar es del trabajo, su poca experiencia en relaciones se lo dificulta y no sabría como poder expresar lo que siente cuando ni un miserable "Me gustas" sale de su boca. Es una persona bastante complicada y sinceramente no se cree suficiente como para poder a hacer al menor feliz.

Para cuando el acto acabó y Rodríguez fue a los vestidores, sus ojos cafés se fijaron en la figura del Superintendente, quien mantenía su mirada al frente mientras tomaba de su trago con total calma, calma que fingía, puesto que conoce lo suficiente a su superior y sabe que aquella forma fuerte de tomar el vaso de cristal no significa más que encontrarse ansioso.

Ambos habían tenido conexión y temía que por ello, su relación fuera a algo más allá que de jefe y subordinado.

Y Viktor no tiene nada en contra de Jack, pero si le hacía daño a Greco, no se lo va a perdonar.

Table Dance | GreKov [SpainRP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora