The Man In The Coffee Shop⤑{MYG×PJM}

estar.

Luego de ese día que le movió el piso, o mejor dicho, el universo, Min Yoon Gi pasó horas pensando en volver a practicar el piano de la manera en la que lo hacía antes.

Y es que su trastorno de pánico le había robado la energía, su tiempo, y valiosos momentos con quienes considera verdaderos amigos.

Hoseok y su buen amigo Namjoon, estaban más preocupados que nunca y le rogaban al mayor que busque ayuda, que vivir con miedo no era normal.

Fue así como luego de una sola terapia con un psicólogo recomendado, Min decidió no volver a pisar ese edificio nunca más.

Ese hombre no sabía siquiera cómo preguntarle respetuosamente que mierda le pasaba.

¿Quien era para opinar acerca de sus problemas?

Sin embargo, las tensas conversaciones con Namjoon le dejaban pensando respecto a recibir asistencia nuevamente.

“Estudiaron para eso Suga, si tan solo fueras unas sesiones más te darías cuenta de que saldrás de tu problema antes de lo que piensas”

¿Cuantas veces había escuchado lo mismo?

Joder, siempre era lo mismo, se sentía insuficiente, cada ataque lograba que por su mente pase el lastimarse a sí mismo.

Él sabía que no estaba bien, sabía que llevaba demasiado tiempo sintiéndose en una burbuja de la cual nadie lo podía sacar.

Pero aquella oscura noche deambulando por aquellas calles de Busán parecía ser la cura a todos sus males. Esa cafetería, ese café, ese barista.

Su vida se había reiniciado por completo, y ahora, debía comenzarla nuevamente, cueste lo que cueste.

Jimin también había sufrido mucho la pérdida de sus padres, y el negocio heredado era su distracción. Taehyung también le había ayudado demasiado, era esa persona que le recordaba los buenos tiempos, que tal vez debamos solo seguir respirando, por más que nos duela el alma.

Era lunes y por supuesto su rutina empezaba nuevamente, ponerse el uniforme, lavarse las manos, abrir la tienda y darle la bienvenida a los clientes con una sonrisa de oreja a oreja.

Como todos los días, tenía un descanso a las 12 del mediodía, para comer y un poco más. Siempre que podía, se tomaba un momento para revisar su teléfono, Jimin era un muchachito de muchos amigos.