Teffy y Hope

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Valentino observa un punto fijo del techo, donde se pregunta:

—¿Por qué hice eso?

La relación con Enzo fue tensa al inicio, pero no quita, que Enzo siempre llame su atención. De todas formas, Valentino se considera un alma libre. Si su cuerpo a pedido realizar un acto vergonzoso, lujurioso o de doble sentido, lo haría. Y es que Enzo no se ha quitado, no lo hizo y tampoco dijo nada, pero actuó de una forma tan increíble y tan cautivadora, que, por un momento, quería satisfacer algunos toques. Sin embargo, es apresurado y completamente innecesario bautizar sus sentimientos. Está seguro de que no es amor y es lo que importa.

Ese mismo día. Escucha a todos los chicos ebrios, menos Lessandro y Enzo. La habían pasado completamente juntos, bebiendo, riendo y hablando por algunos momentos. Valentino, poco podía creer que estuviera así. Se sentía como si hubiesen tenido una relación muy cercana en el pasado, era así, no de forma obvia. Además, Valentino siempre estaba ahí.

Enny duerme con el pintor.

*
Al día siguiente, faltando una semana para la entrada a primer año universitario, como ha sido costumbre en los últimos dos meses, Blake despierta a las doce de medio día, por una tormenta eléctrica y Stefano no está, porque ya no lo despierta, ya no le abraza, ya no está, ahora es Teffy y Hope. No Teffy y Blakey.

Y estaba bien... eso es lo que Blake quería, ¿Verdad? El problema es que lo extraña mucho. Pero se ha permitido pasar más tiempo con Scott, el rubio estaba más que feliz de que su Blake estuviera buscándolo. Ese día, despierta porque Valentino y Alessandro le preparan un desayuno, ambos compiten para ver quién hace mejor pasta. Un descendiente de Italiano, peleando pasta con un simple hombre. Blake suspira, enfadado, pero también feliz porque iba a comer.

Parecía que Alessandro y Valentino perdían el tiempo.

—Chef, mi platillo es spaghetti en salsa italiana con albóndigas de la receta de abuela, y orégano como decoración —Alessandro extiende el tenedor hacia el azabache, quien tiene que buscar las gafas primero para ponérselas y huele el cielo. Come, y asiente con seriedad, luego mueve la mano para que Valentino le dé comida.

—Spaghetti en salsa de queso con pollo desmechado —hace sonar su garganta y Blake come.

Para entonces, Alessandro y Valentino se quedan en la habitación de Blake. Donde esperan a que se duche para que los tres puedan hablar. Alessandro, confiando en Valentino y Blake dice que le ha costado el mundo entero el tratar de dejar las adicciones. Le explica sobre sus sensaciones.

—Pero cada vez que veo a Valentina. Solo puedo pensar en lo horrible que sería para ella tener un familiar drogadicto, ¿No imaginan?

Valentino no imagina, lo sabe. Padre y amigo, de todos lugares tuvo que sacarlos. El moreno juega con su cabello levemente rizado en la punta y asiente un poco, tratando de distraerse.

—Debe de ser algo que no te deja confiando en el mundo entero. Siempre he pensado que dejas de confiar en todos, porque tienes miedo de que te dejen —Blake murmura y pasa su mano por el cabello de Valentino, para desordenarlo y aprovechar el toque—. Yo, siendo tu amigo, espero estar a tu lado y conocer a tus hijos. No enterrarte.

Alessandro asiente, sintiéndose un poco culpable. Pensando e imaginando en diferentes escenarios que lo hacen una persona débil, horrible y totalmente mala.

—Estaba furioso contigo, Valentino. Papá y mamá lloraron mucho. Pero, para ser sincero, nunca habría podido lograrlo por mí mismo. Ya ves como caí en el maldito Angel Dust, y ni siquiera pude aprovecharlo.

—¿Cómo inició? —cuestiona Valentino y Alessandro busca una mascarilla facial en la habitación de su amigo, no deja de prestar atención a la conversación—. Me ha dado curiosidad.

Después del ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora