Segunda Oportunidad

Llevaba una vida huyendo de mi ex pareja por violencia intrafamiliar, logre salvarme y salvar lo que más amo en el mundo, a mi hijo FaiHuang.

Huí de Jinzhou rumbo a Sichuan para que mi ex no me encontrara, quería que creyera que si me había logrado matar está vez en aquel incendio que él mismo provoco cuando me golpeó hasta que me hice el inconsciente y pensó que había logrado su fin... Acabar con mi vida y la de mi hijo, ya que me encontraba en el quinto mes de embarazo.

De eso ya habían pasado cuatro años, vivía en la provincia de MianYang en un campo enorme y era decorador de exteriores, mi hijo era mi fuerza y mi única razón de vivir y seguir adelante, y todo gracias a que conocí a un buen hombre, Haikuan es su nombre. Él era el encargado de un resort que se estaba restaurando y que muy pronto sería inaugurado en grande.

Haikuan me ayudo en el peor momento de mi vida, no tenía donde dormir, ni que comer y él apareció como enviado del cielo, me ofreció de todo, sin pedir nada a cambio.
Le conté mi vida y todo lo que había vivido, así que él mismo le pidió a su pareja que me ayudará a cambiar mi aspecto, después me ofrecieron trabajo y luego a los meses que llevaba viviendo con ellos me ofrecieron una casa en donde vivo actualmente junto a mi pequeño.

Haikuan y su pareja estaban vueltos locos con los últimos detalles del resort, la pareja de él era decorador de interiores, cada habitación, cada sala de estar, cada baño era decorado por él y Haikuan le ayudaba a supervisar a los trabajadores, yo era el encargado de los jardines, ya que mientras estuve en los últimos meses de embarazo y luego cuidando de mi bebé, ZhuoCheng me ayudo a cursar varios cursos online de "Diseño de exteriores" y fue un gran desafío que logré siendo el mejor.

Le debo tanto ha esta pareja que por no ser por ellos mi diseño no hubiera sido aprobado por el dueño del resort a quien ZhuoCheng con ayuda de Haikuan le enviaron por fax consiguiendo la aprobación inmediata y era que el dueño era amigo de infancia de Hai.
Me gustaba decorar los jardines, con muchos colores, muchos árboles, muchos caminos de piedras y este resort de temática natural debía ser el número uno del distrito de Sichuan y de toda China si fuera posible.

Mientras yo trabajaba mi hijo corría por los jardines, siempre con su sonrisa a flor de piel acompañándome o acompañando a tío Hai, como solía decirle a Haikuan. Teníamos dos semanas antes de la gran inauguración y tenía el setenta por ciento avanzado, pero había un sector que aún no terminaba, me dirigí con mis herramientas y mi carretilla y unos cuantos trabajadores a mi cargo cuando divise a una pequeña recogiendo flores pequeñas como para armar un ramito, al sentir mi presencia me sonrió y asintió con su cabecita en forma de saludo formal, yo hice lo mismo, estaba por hablarle cuando una voz llamó a la pequeña desde lejos.

—¡¡LienHua!!

—Ya voy papito, estoy recogiendo unas flores para mamá.

—Lien, me tenias preocupado —aquel hombre alzo la mirada en mi dirección y ambos quedamos mirándonos fijamente—. Hola, espero no te haya molestado esta traviesa —acarició el cabello de la pequeña niña.

—¿Eh? no, claro que no —le mostré mis herramientas—. Yo recién vengo llegando, debo terminar esta ala del jardín antes que llegue el dueño para la inauguración —le sonreí—. Dicen que le gustan las cosas bien hechas.

—¿Y a quien no? —sonrió sarcásticamente—. Espero lo logres a tiempo, suerte con eso.

—Gracias.

—Figthing —dijo la pequeña alzando sus brazos.

Luego de este breve encuentro me dedique acomodar las flores de loto en el estanque que había elegido para este lugar, sonreí ya que Lien significaba loto. Luego de dos horas y media pude sentirme satisfecho por el resultado obtenido.