Capítulo IV - Un poco de playa

63 1 0
                                    

Este fin de semana, Beatriz asiste al primer evento con la compañía fuera de la ciudad. Con actividades de trabajo en equipo y para pasarla bien.

Ese fin de semana se fueron al rancho de Mariana, en la playa. A degustar comida, un par de tragos, diversión, baile y música. Fuera de trabajo de la ciudad.

- Buenas tardes, lamento venir a esta hora. Había un tráfico terrible. Pero, traje lo que necesitaban. -dijo Diego, uno del equipo de Fernando.
– Por fin. Descuida, ¿tienes hielo? -preguntó Fernando

Comenzaron casi todos a acercarse, mientras que Beatriz se fue a caminar un poco hacia la playa para relajarse y pensar un poco acerca de la vida.
Fernando sale corriendo con su vaso lleno de vodka y jugo de naranja. Se acerca rápidamente a Beatriz.

- ¡Hola! -decía Fernando mientras se acercaba a Beatriz
– ¡Eh, hola! -respondió Beatriz deteniéndose- ¿Qué tal está la fiesta allá?
– Interesante, ¿quieres un trago? -preguntó Fernando ofreciéndole de su vaso
– No, para nada. Estoy bien acá.
– Buena decisión. Ya casi empieza la locura, jugaremos un poco, ¿te apuntas?
– Podría si. -dijo Beatriz sonriendo

Entonces, comenzaron a acercarse Mariana, Elena, Diego, Franz, Javier, Lucía, Patricia y Lalo (uno del equipo de Fernando)
– ¡Chicos, acá estamos! -exclamó Fernando
– ¡Vamos a la playa! -gritó Mariana

Y entonces, todos entraron a la playa a bañarse. Incluyéndose Fernando, le dio su vaso de vodka a Beatriz. Mientras ella los veía desde lejos, disfrutando juntos.

Entonces, comenzó a preguntarse el porqué a veces se sentía tan bien con Franz pero últimamente se siente mejor sin él. Fernando, pasa más tiempo con ella pero en el buen sentido. A ella le encanta trabajar con él y solo espera que en algún momento de ese año pueda subir de puesto.

Se verá con el tiempo.

Beatriz se recostó sobre la arena, quedándose dormida y el vodka se le derramó. Durmió bajo el sol, el calor de la arena, el bronceado comenzó a salir levemente aunque no pintaba mucho, había usado bloqueador. Los demás comenzaron a salir de la playa, ya estaba anocheciendo. Beatriz estaba de lado, recostada sobre la arena.

Hasta que alguien llegó a ella y dijo:
– ¡Mi vodka! -exclamó riendo Fernando

Beatriz fue cargada hasta llevarla a una cómoda hamaca, mientras todos seguían deleitando de las bebidas, comida, conversaciones, diversiones. Beatriz estaba profundamente dormida.

Eran las once y media de la noche, cuando Beatriz despertó. Había mucha música en alto volumen, bailaban y no conversaban. Se escuchaba mucha conversación de borrachos, y eso le daba risa. Se levantó de la hamaca y se acercó a la terraza, uno de los chicos estaba recostado en el sofá cerca de donde estaba la hamaca.

En silencio, se marchó y Elena venía caminando. Se acercó a ella y la miró.

- ¿Porqué no haces interacción social con todos nosotros? -preguntó Elena acercándose a la terraza.
– Oh, la verdad creo que estaba un poco cansada -respondió Beatriz.

Beatriz nunca le hablaba a Elena porque percibía un poco de tensión entre ellas dos.
– No te creo… -suspiró

Se acercó Franz a la terraza. -¿Reunión de chicas? ¿Interrumpo? -preguntó Franz estirándose
– No, solo conversábamos un poco -dijo Beatriz bostezando.
– ¿Descansaste? O, ¿sigues aún con sueño? -preguntó riendo Franz- ¿Y tu, Elena?
– Poco… -respondió Beatriz
– ¿Cómo estás? Te pierdes -dijo Elena sonriéndole
– Con permiso… -dijo Beatriz.

Mientras Beatriz se iba caminando hacia el otro lado de la terraza, se encontró con un espejo. Se observó en él, vio cuán bronceada estaba. Su rostro tenue combinaba con su cabello desordenado, volvió a ver el espejo y al fondo estaba Elena con Franz. Sonreían como si no hubiera fin, como si realmente había una historia de amor.

BeatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora