Capítulo VII - Sorpresas inesperadas

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Entonces, llegó Fernando. Hospedándose en los apartamentos que se encuentran a la par de la habitación donde están Franz y Beatriz.

Los tres están en un pequeño lobby, esperando a los dos nuevos integrantes del equipo, con quiénes van a estar trabajando desde la distancia.

- Ahí vienen -dijo Fernando poniéndose de pie- ¡Buenas tardes chicos! -dijo estrechando sus manos hacia ellos.
– Buenas tardes, Fernando- ¿Los nuevos compañeros? -preguntó una chica
– Si, claro. Franz y Beatriz, ellos son Olivia y Tom.

Los cuatro chicos se presentaron muy educadamente y pasaron a un cómodo bar dentro del hotel. Se sentaron en la mesa y Tom volvía a ver a Beatriz, muy seguido.
Sentándose los cinco en orden, en una mesa redonda. Fernando, Franz, Olivia, Beatriz y Tom.

Aunque Beatriz se sentía un poco incómoda con Olivia a la par de ella, puesto que se veía un poco más que elegante para la ocasión. Tom, comenzó a conversar con ella.
– ¿Te recuerdas de mi? -preguntó Tom a Beatriz.
– Supongo que si -respondió mientras bebía un mojito.
– Aún te recuerdo, desde la Universidad.
– Si, si, si… Supongo. -dijo Beatriz tomándose rápidamente su trago- Chicos, debo subir al apartamento.
– ¿A qué vas? -preguntó Fernando
– A descansar, ando muy cansada de tantas cosas. Lo siento, pero ha sido un gusto.

Beatriz se levantó rápidamente de la mesa, yéndose al apartamento. Al tomar el elevador y subir los 4 pisos, suspiró deseando estar ya en el apartamento. Salió y sacó la pequeña llave para entrar, escuchó unos pasos y era Tom.

- Fernando me envió para ver qué te pasaba, no es acoso -dijo Tom explicándose
– Descuida. Comprendo, él es muy protector conmigo. -dijo abriendo la puerta- ¿Quieres pasar?
– Por supuesto. Gracias

Beatriz le pidió un poco de tiempo a Tom, y se retiró a su habitación. Se cambió y se puso su pijama. Al salir, Tom estaba viendo su móvil recostado en el sofá.

- Hola, disculpa. ¿Cómo te va? -preguntó Beatriz sentándose a su lado.
– Pues fijate que bien, ahora soy consultor de mercadeo y diseño publicitario. ¿Y tu?
– Simplemente una Publicista del montón.
– Para que estés aquí conmigo, ya eres algo demasiado bueno.
– Trabajaremos con ustedes.
– Si. Es correcto. Y nos iremos hacia allá en dos semanas con ustedes.
– ¿Entonces porqué estamos acá?
– Gastos… Tu sabes. A veces es bueno unas “vacaciones”, ¿no?
– Eh, no entendí pero diré que sí.
– Descuida. ¿Te casaste?
– No. ¿Y tu?
– Si… La verdad no, intenté comprometerme pero ella me rechazó, así que por el momento no ando en busca de nada, desde hace 8 años y por eso estoy acá. -sonrió
– Es que uno solo hace mejor las cosas que con alguien. A mi me inspiraba pero ahora es como que mejor uno nada más.

Mientras se actualizaban el uno con el otro su vida, acontecimientos y carrera. Las horas pasaron volando. Se fueron a sentar a la terraza y la noche seguía su rumbo. Hasta que el sueño entró.

- Iré a mi cuarto, me encantó conversar contigo. -dijo Tom tocando el hombro de Beatriz- Me da gusto saber que trabajaré contigo.
– Claro, igual. Conversaremos mañana si gustas.
– Si, iremos por un café o chocolate. O lo que el clima pida. Buenas noches.
– Buenas noches.

Tom salió de la habitación y Beatriz moría del sueño. Al dejar la luz tenue de la lámpara de la sala, pensando que quizá aún no había llegado Franz. Se dirigió a la habitación y entonces descubrió algo que la dejó sorprendida.

- Pero… -dijo observando el suelo con la ropa.

Comenzó a molestarse, al ver que toda esa ropa estaba tirada sobre el suelo, comenzó a preguntarse a si misma quién estaba ahí. Sacó sus cosas, su almohada, su sábana y frazada, arregló todo en la sala, y se acostó en el sofá cama. Colocó sus audífonos y empezó a escuchar su música favorita hasta quedarse dormida.

BeatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora