Capítulo X - El Hotel

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Una noche iluminada de brillantes y pequeñas estrellas, en el jardín de un pequeño Hotel, sentada en una banca, está Beatriz. Observando a su alrededor, cruzando sus brazos mientras se deleita del clima.

“Todos los días son Noviembre”.

- Buenas noches -dijo Tom sentándose a su lado.
- Oh, Tom. ¡Hola! -dijo saludándole de beso en la mejilla.
- Estoy bien, me costó llegar hasta acá pero te encontré. Vi la banca que me dijiste y vi a una chica muy bonita que se parecía a ti.
- Y te sentaste acá para convencerte.
- Eso es correcto.

Mientras conversaban acerca de la vida, se actualizaban, reían y se quedaban en silencio. Beatriz le confirmó que no volvería a la empresa, ni aunque le pagaran millones. Tom, le preguntó porqué se había marchado y solo supo decirle que necesitaba crecer un poco más.

Nadie sabe, excepto Fernando, que se fue porque estaba incómoda por Franz.

- Franz pregunta demasiado por ti. Cree que te fuiste por él.
- Osea, que le duele la conciencia. -echó a reír- Son bromas.
- Pensé que ustedes dos estaban saliendo.

Beatriz se le quedó viendo con media sonrisa.

- Bueno, quería verte porque necesito decirte algo -dijo Tom jugando con sus manos. Beatriz tomó una de ellas y la apretó fuertemente.
- Dilo.
- ¿Recuerdas que te dije y qué tal si me marchaba? -preguntó Tom mirándola de reojo.
- Si, lo recuerdo.
- Ese día se llegó antes de lo planeado. Y sé que nos arriésgamos poco.
- Ahh… – Beatriz suspiró y habló rápidamente- Era hora.

Se levantó de la banca, sacó la llave de su cuarto y se dirigió al hotel.

- Espera… ¿Así nada más?
- ¿Quieres una fiesta de despedida? -preguntó un poco molesta
- No es mi culpa que las cosas hayan cambiado de la noche a la mañana. Estas decisiones no las tomo yo, las toma la compañía donde trabajo. ¿Qué preferías, que no te contara? -preguntó serio- En serio, pérdoname. No quiero dejarte pero debo irme. A menos que te vayas conmigo -sonrió
- Claro que no me iré contigo. Mi mundo no se va a detener solo porque un hombre con el que estaba saliendo se va del país. Y tampoco quiero parecer que dependo de ti.
- No estoy diciendo nada de eso, solo que sería genial si te fueras conmigo.
- No. Gracias por tomarme en cuenta. La verdad que quería un riesgo, lo tuvo y se acabó, pronto.

Entró al Hotel y saludó a recepción. Subió las gradas a su cuarto, mientras que Tom iba tras ella.

- Tom, por algo las cosas nunca funcionaron en el pasado. Sabía que esto no iba a durar mucho, por eso te pregunté si querías arriesgarte conmigo porque ya sabía hacia dónde iba.
- ¿En serio? 
- Ya dejemos a un lado todo. Te deseo lo mejor.
- Pero… Beatriz.

Beatriz entró a su habitación y cerró su puerta. Quitó su blusa, su pantalón, su collar y aretes. Lavó y limpió su rostro del maquillaje. Se metió en la cama y quedó viendo a la ventana, la Luna… Los recuerdos, el amor…

El desamor.
Hasta quedarse dormida.

BeatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora