Santiago.
La voces de todos los que me hacían preguntas me perturbaban. Jhon no dejaba de interrogarme sobre todo lo sucedido.
Entonces me separe de todos y me fui al callejón donde estaba estacionado mi ferrari. Le echaría un vistazo por ultima vez. Blair me había metido en un gran lió, del cual no tenia culpa.
Blair se le fue la mano con este juego. Además de que mi peor enemigo, era también en parte cómplice y el de la gran idea de que Lara apostara conmigo.
Me acerque al ferrari. Muchos recuerdos, buenos vividos en el. Estaba sintiendo lo mismo que Lara con su moto.
Adentro estaba Lara cambiándose, noto de que estaba ahí y se volvio a subir la cremallera de su traje.
−Ahora eres también acosador.- dijo.
−Ya tienes lo que querías Lara. Ya basta de tu juego de palabras.- tenia la paciencia del tamaño de un grano de arroz en estos momentos.
−Disculpa, sensible.- hice una mueca.
−Sensible por que me quitaste algo importante? Pues si, soy sensible. Ya veo lo que sentiste con tu moto.- Ella me miro extrañada.
−Eres muy bueno fingiendo que no pasa nada. Ahora voltéate mientras me cambio.- Y yo por primera vez le hacia caso.
Yo esta vez no estaba fingiendo. No tenia culpa de nada.
−Cuando termine te mostrare algo. Y hablaremos de mi moto también.- dijo finalmente.
Se cambio en fracción de segundos. Me hizo una seña con la cabeza para que la siguiera.
−Levanta esa manta negra.- Yo tome la esquina de la manta.
No entendía nada de lo que estaba sucediendo. Pero como una piedra cayendo en mi cabeza, lo entendí todo de golpe.
La moto de Lara estaba desarmada, debajo del gran manto. Desde los cauchos, el volante. No había alguna manera de solucionar esto, al menos que alguien experto lo arreglara.
Respire varias veces o intentaba hacerlo. Esto era un impacto para mi.
Blair era una persona mala, me estaba demostrando que era peor de lo que pensaba.
Entendí entonces las rabietas de Lara hacia mi. Esto ocasionaría cualquier dolor y ganas de venganza a cualquiera.
−Ves mi dolor. Yo no entiendo que te hice a ti o a tus amigos para que me odien tanto. Pero no le deseo este mal a nadie. Siento que hasta son capaces de matar Santiago, si alguien se mete con ellos y eso...no esta bien para nada.- este discurso estaba tocando una pequeña parte de mi. Donde había todavía conciencia.
Camine rápido dejando a Lara sola. Busque a Tiago y a Eric y les pedí el favor de salir a festejar, aunque no tuviera nada, ni siquiera una razón para esto.
Necesitaba quitarme esta culpa que sentía.
−Tu no vas a ningún lado sin mi compañía.- Jhon me detuvo con una mano.
Ignore subo pero me siguió hasta el carro de Eric.
−Santiago subes a ese carro y te olvidas de mi, en serio.-
Quería gritarle que dejara el complejo de padre, pero al menos una palabra arruinaría mas la situación.
−No sabia que papi Jhon no te dejara salir ahora.- Era Ben de nuevo, sonriendo.
Ya me tenia cansado.
−Desaparece de una vez.- dije.
−Solo quería decirte que nos vemos, para la próxima. Cuidate.- y desapareció.
Le pegue a la puerta de acompañante del carro de Eric.
−Amigo calma. Mi carro cuesta mucho también.- dijo mi amigo rubio, mientras revisaba la puerta.
Suspire y mire a Jhon el cual note que estaba disperso entre sus pensamientos. Se quedo callado esperando algo.
−Jhon. Vamos a distraernos. Un rato todos juntos, solo te pido llevar la fiesta en paz solo por hoy.- dije lo mas calmado posible.
Jhon asintió. No me siguió pidiendo explicaciones sobre lo ocurrido hoy o gritándome por mis irresponsabilidades.
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Aléjate o déjate llevar
Novela JuvenilLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...