Ojos cerrados, cuerpo tranquilo, alas relajadas, corazón muerto y alma perdida.
El viento fresco lo golpeaba con suavidad. Ya era mitad de otoño y las hojas caían con gracia serena, creando un ambiente de completa paz que le servía como un método de relajación; una paz que pocas veces sentía y que, cuando lo hacia, odiaba profundamente que lo sacaran de esa burbuja delicada. Justo como ahora mismo, cuando sus oídos captaron el golpeteo suave de alas haciendo su trabajo.
Un gruñido ronco hizo temblar y escapar a las pequeñas lagartijas e insectos que se encontraban en su hogar debajo del suelo y sobre este. El enorme intruso abría sus ojos oscuros.
—Arcángel, le he traído noticias alterantes del señor Jeon. —NamJoon, uno de sus vasallos, murmuraba con falsa seguridad.
En un juego de piedra, papel o tijeras, lamentablemente había perdido entre sus compañeros y como castigo le había tocado irrumpir en el momento de descanso de su señor.
—Desde hace un mes el señor Jeon no se ha reportado ante el ángel guardián asignado, sabemos que a veces suele desaparecer, pero cuando envié a Jae para que preguntara por él en su bar favorito, se nos informó que no había pisado el lugar desde hace tres semanas.
El entre cejo del arcángel se frunció y NamJoon tembló ante ese gesto.
—Los ángeles del norte anteriormente habían mandado amenazas al señor Jeon, acerca de que deje de pisar su territorio. Así que entre mis compañeros llegamos a la conclusión de que probablemente ellos son los causantes de su desaparición. —Finalizó inhalando profundamente con temor cuando las alas añil se agitaron con agresividad. Retrocedió unos metros.
—¿Rastros? —Preguntó el arcángel con voz dura, sus alas agitándose para elevarse. El viento lo golpeó aún más fuerte, empezó a alejarse en dirección contraria al ángel, quien lo seguía por detrás.
—La ultima vez fue visto con otro
vampiro desconocido, las cámaras del estacionamiento del bar lo captaron y ahora mismo están buscando el nombre y la dirección del sospechoso. —Respondió NamJoon, siguiendo al arcángel que parecía más molesto con cada segundo que transcurría.—Bien, dile a SeHun que prepare un equipo en caso de que sea difícil rastrearlo —ordenó con voz demandante—. Las relaciones con Kang están tensas, no necesito otro problema más.
Una orden más y quedó solo en los cielos con esa misma extraña sensación que su cuerpo no dejaba de sentir. Anhelo.
No era algo con lo que se sentía cómodo. Pero era inevitable, y lo odiaba con cada fibra de su ser. Su corazón anhelaba algo que ya no existía más.
No tenía debilidades, la ultima se había desvanecido hace años. Sin embargo, los rastros y cenizas que habían quedado, parecían adheridos a su piel.Y como cada una de las veces que ese sentimiento lo encontraba y se colaba en él sin permiso.
[...]
Mordiéndose las uñas, SeokJin siguió golpeando nerviosamente su pie con la rama de un árbol.
Como un brujo de más de doscientos años, se suponía que debía tener mucha más seguridad en sí mismo y menos miedo en su sistema, pero su propia personalidad se lo impedía.
Contando hasta tres, dejó salir el aire retenido en sus pulmones y se removió sobre la rama del enorme árbol, tratado de ver al interior de la hogareña cabaña en la que vivía aquel humano y su hijo, e internamente agradeció a su "yo del pasado" por haber hecho esos enormes ventanales que ahora mismo le permitían ver lo que había dentro del hogar.
Dos adultos en el interior, parecían discutir, y fuera de la cabaña había un niño que jugaba con dos cachorros de lobo. SeokJin sonrió. El niño creció bien. Pensó.
Su entrecejo se arrugó al detectar una presencia extra, su bosque agitando las hojas de los arboles con furor, la barra invisible de protección vibró por algunos segundos, pero después se relajó cuando detectó quién era.
—¡NamJoon, llegas tarde, tonto cabezón!
Y como era tan torpe, el recién llegado ángel guardián se tambaleó sobre una rama, casi cayendo y siendo salvado por sus propias alas, y haciendo uso de ellas, se acercó hasta el brujo SeokJin y dejó caer su cuerpo a lado suyo, acomodándose en la gruesa rama que parecía soportar ambos pesos.
—Lo siento, Jin. Pero mis compañeros me retuvieron para hacer un tonto juego de piedra, papel o tijeras, y me retrasé. —Se excusó, guardando su alas sobre su espalda y sacudiendo su cabello lleno de hojas secas, propias del otoño.
—Da igual, ya estás aquí... —resopló el brujo—. ¿Qué conseguiste?
Preguntó no poniendo mucha atención en realidad. Los ojos de SeokJin estaban en el pequeño crio de arcángel, mismo que miraba a los pájaros volando en el cielo, y en sus inocentes ojos, pudo ver la añoranza.
Y él sintió pena por el niño.
Mientras tanto, NamJoon se acercaba a su oído lentamente.
—Se han dado cuenta de que Jeon ha desaparecido —susurró como si fuese un secreto—, ya están rastreando a TaeHyung, —dijo con miedo—, ¿Qué debemos hacer, Jin?
SeokJin suspiró con cansancio.
—Si puedes, retrasa todo lo posible el rastreo, Nam, sabes que aún no es tiempo de que el humano de heridas cicatrizadas y el arcángel del alma rota, se rencuentren. ¡De lo contrario todo se echará a perder! ¿Entendido?
—Entendido, Jin —Asintió un tanto aturdido—. Realmente... ¿No hay otra forma de que el caos no empiece? —preguntó como sugerencia.
—Sabes que no... —murmuró—. El niño de alas poderosas tiene que usar una vez más ese don en su padre, y entonces tendrá que despedirse.
Un puchero adornó la cara de ambos.
—Es triste que la profecía demande que el humano tenga que morir para que la guerra no estalle. —NamJoon murmuró afligido.
[...]
Vpolar🐻❄️🌿
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El corazón del Arcángel | YoonMin (Finalizado)
Fiksi PenggemarPark JiMin fue embarazado y abandonado por un arcángel. Min YoonGi; ése era el nombre de aquel siniestro ser que amó con toda la fuerza de su corazón. Pronto se dió cuenta de que había parido al primogénito de uno de los Arcángeles más poderosos que...