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Alguien estaba tocando el timbre como un demente, ¿Acaso no había nadie en casa? baje las escaleras rápido y un poco adormecida, tendría que haber dejado que sigan tocando. Me frote un poco los ojos y me apresure para abrir la puerta.

—¡Hasta que al fin! — exclamo Wilhemina completamente enojada, me hice a un lado para que pasara y luego cerré. A fuera seguía lloviendo, creo que seguirá así por unos días más. — ¿Por qué no contestas? —pregunto refiriéndose a las llamadas y a los mensajes que deje sin leer.

—No he tenido tiempo, así como tu tampoco lo has tenido. —reproche molesta y camine hacia cocina seguida de sus pasos.

—Lamento mucho no haber llegado, tengo una explicación para eso. —encendí la cafetera y me giré para mirarla. Estaba hermosa y quería correr para subirme encima y besarla. Levante mi ceja en señal de que comience a hablar antes de que la asesine. —Estaba en la institución, la batería de mi celular había muerto y por las lluvias mi vehículo no quiso arrancar, me quede varada ahí y busque mil formas de avisarte, pero no había.

— Bien... ¿Qué hacías en la institución? —se quedo callada mirándome.

— Fui a verte, quería verte un momento, pero me encontré a la profesora Rabe ahí y me distrajo. —mentía, podía notar perfectamente que ella me estaba mintiendo, cuando lo hacia movía mucho los ojos, no podía mantenerme la miraba y sin embargo no dije nada, asentí. Ella sonrió en forma de victoria y le imite su acción.

Me tomo de las caderas para acercarme a su cuerpo y depositar un beso en mis labios, hundí mis manos en su cabello, extrañaba su aroma, sus labios, su tacto y todo en ella. Sus dedos comenzaron a jugar por debajo de mi suéter, la sensación de sus dedos acariciar mi piel me estaba volviendo un poco loca y cuando escuche el ruido de la cafetera llegar a su punto, me separe de ella.

—¿Qué pasa? —pregunto desconcertada

—El café. —comente riendo, me acerqué a buscar las tazas y se colocó detrás de mí para envolverme en un abrazo.

—Te he extraño demasiado Liv. —susurro escondiendo su cara en mi cuello, le di una leve caricia en el cabello y se separó de mí.

—Sabes el director Hozort me ha ofrecido dar las practicas en la preparatoria donde da clases su esposa

—¿Cuál es? —pregunto sirviéndose azúcar en la taza

— Aun no lo sé, me tienen que enviar un mail con la información y demás...

—Espero que sea una buena, suficiente con que tengas que estudiar ahí —se quejo y escondió su cara en la taza.

—A mi me gusta, el ambiente es muy amigable —sentí la mirada penetrante de Wilhemina en mi y no me atreví a levantar la vista.

Ignoro por completo lo que había dicho y se siguió quejando del lugar, Venable tenia algo personal con ese establecimiento al parecer y no le gustaba para nada que yo asista a sus instalaciones. Nos quedamos en la cocina tomando un café, ella me insistió mucho para que fuera a su hogar y pasemos la noche juntas, así que no me quedo de otra que aceptar, quería estar con ella después de todo. David había llegado así que aproveche para subir las escaleras, buscar mis pertenencias y demás, mi celular comenzó a sonar tenia una llamada de mi abogado. Sostuve con duda el móvil, pero finalmente atendí.

—¿Hola? —salude un poco desconcertada

—Hola Señorita Miller, ¿Cómo esta?

—Muy bien, ¿Usted? —guarde mi cepillo de dientes en el bolso

—Bien, llamaba para informarle que Nick Hopkins fue puesto a fianza y liberado este jueves por la mañana. —la correa de mi bolso se me zafo de las manos y provoco que todo lo que tenia adentro se cayera.

Más Allá De NosotrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora