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(Dörfli, Suiza)

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(Dörfli, Suiza)



Lapsus



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—¿Qué tal estuvo?—preguntó el abuelito. Se encontraban desayunando tranquilamente en la casa del pueblo.

—La boda fue muy hermosa. Y la fiesta fue mucho mejor, bailé con un muchacho—contó Clara.

—Mira eso, lo conociste allí?—preguntó el viejo.

—Lo conocimos cuando fuimos a ver a mi abuelita—dijo la rubia—en la pequeña clase de baile que tuvimos.

—¿Y se portó bien contigo?—dijo el abuelo.

—Claro que si. Todo un caballero—dijo Clara un poco sonrojada.

—No quiero preguntar, pero qué hay de ti Heidi? Acaso algún muchacho se te acercó?—preguntó el viejo de forma directa. Heidi tardaba en responder, se encontraba en una especie de trance.

—¡Heidi!—Clara chasqueó los dedos de su mano en su cara, Heidi reaccionó.

—Disculpen. ¿Qué me decías, abuelito?—preguntó la pelinegra mientras tomaba de su vaso con leche.

—Preguntó si algún chico estuvo contigo...—dijo Clara suponiendo que el abuelo no quería repetir la pregunta.

—Bueno... no se si fue un acercamiento o que, pero en un momento salí afuera a tomar aire y hablé con... no sé su nombre—dijo Heidi tratando de recordar su nombre.

—¿Acaso Pedro no estaba contigo?—preguntó el abuelito algo serio. Heidi supo enseguida que tenía que cubrir a su amigo.

—¡No! Claro que si! Solo que lo dejé bailando con otra niña—dijo Heidi y el abuelo relajó su gesto.

—Está bien. No quiero saber nada acerca de ese ingrato con el que hablaste—dijo el viejo.

—Descuida, no hay nada que decir. Fue una conversación de hola y adiós—dijo Heidi.

Después de ese tenso desayuno Heidi y Clara tenían antojo de comer carne ahumada, el abuelito aceptó en cocinarles claro. Pero debían ir a conseguirla, entonces se dispusieron a caminar hacia lo que sería la carnicería del pueblo.

—Vaya noche, eh?—dijo Clara.

—Increíble—mintió Heidi quien a pesar que le había prometido a su mejor amiga no guardarse más amarguras decidió hacerlo ya que la felicidad de esta valía más que la de ella misma—¿Cómo estará Charlie...?

Clara la miró de reojo con una sonrisa—No puedo evitar sonreír cada vez que pienso en el.

—Estas completamente flechada, lo sabes verdad?—dijo Heidi.

Mountain | Heidi&PedroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora