Sesshoumaru necesita ayuda en una materia escolar en la que Kikyou es bueno. ¿Pero la sesión de tutoría ayudará a resolver otro problema que ambos enfrentan actualmente: la falta de una fecha de graduación?
Treinta cabezas se inclinaron sobre sus respectivos escritorios, y apenas se habló una palabra entre los estudiantes mientras estaban sentados absortos en su trabajo de asiento. Era una clase de matemáticas, y su mundo estaba limitado por las firmes paredes de cuatro esquinas con enormes paneles de ventanas de vidrio a un lado, la única fuente de luz solar en la habitación.
Mientras trabajaban en las fórmulas complicadas y tramaban parábolas en una cuadrícula, su maestra caminó por la sala, distribuyendo los resultados de la prueba que tomaron el día anterior. Futotta-sensei siempre había estado a la altura de su nombre, porque era redondo sin importar el ángulo en que lo miraras. Pero probablemente era la mejor persona en la escuela con números, y a muchos estudiantes les gustaba porque era una persona bastante alegre.
Pero la persona en el extremo izquierdo de la fila más lejana pensó lo contrario. Futotta-sensei dejó sin palabras el cuestionario boca abajo sobre su escritorio y siguió con el siguiente alumno. Los ojos ambarinos miraron levemente el papel doblado antes de que dedos delgados abrieran con cautela el resultado.
Un número 4 rodeado con la tinta roja de verificación gritó desde la esquina superior derecha de la prueba. Sesshoumaru miró la marca con una mirada entumecida antes de meterla descuidadamente en su bolso, casi rasgando el papel en el proceso. Preguntándose un poco por qué estaba causando el ruido, una chica con una coleta baja y sentada un par de asientos frente a él miró hacia atrás con su visión periférica. Sus manos sostenían un cuestionario marcado con un 1.
Sonó el timbre de la escuela, señalando el final de la clase. De inmediato, el silencio de la habitación se rompió; Hubo un crujido instantáneo de papeles y un chirrido de sillas empujadas contra el suelo. Las voces juveniles comenzaron a resonar cuando finalmente fueron liberados de la clase de matemáticas.
"¡Vamos al café!"
"Necesito meter mi Chem ..."
"¡Genial! ¡Ahora somos cinco!"
A través del clamor de las voces de los adolescentes, la voz de Futotta-sensei reverberó, diciendo: "Los veré mañana, todos ustedes. ¡Podría darles un cuestionario, así que estudien sus lecciones esta noche!"
Después de un coro de respetuosas despedidas, los estudiantes salieron del aula, absortos en sus bromas y bromas infantiles. Futotta-sensei observó a los adolescentes con una sonrisa, divertida por su actitud alegre en la vida. Sin embargo, su sonrisa se atenuó cuando sus ojos se posaron en la última figura a punto de salir de la habitación.
"Espera, Sesshoumaru; me gustaría hablar contigo por un momento".
Sesshoumaru se detuvo en seco, pero no se dio la vuelta y regresó.
Futotta-sensei estaba acostumbrado a las formas bastante distantes de su alumno, y no tomó el gesto grosero personalmente. Por el contrario, dijo: "Ven aquí, hijo mío. Esto no llevará mucho tiempo".
"Maldito sea mi grado de matemáticas", dijo Sesshoumaru en su mente. Interiormente, no pudo evitar maldecir al maestro de esa miserable materia también. ¿Quién inventó esta cosa llamada aritmética, de todos modos? ¡Esgrima es mucho mejor! Pero deseando terminar el asunto lo más rápido posible, Sesshoumaru accedió y caminó hacia el frente de la mesa del maestro, que estaba al lado del pizarrón delantero.
"Estoy seguro de que le echó un buen vistazo a su cuestionario", dijo el profesor regordete no desagradable. "Parece que podrías necesitar algo de ayuda".
