Prólogo

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-Jungkook-

El omega abrió lentamente sus ojos, los rayos de luz se filtraban por la pared de madera de su cuarto, mentiría si dijera que no sentía frío. Se hubiera quedado metido en su cama de no ser que ese día era su último día en casa.Su padre había decidido enviarlo a un internado, a una ciudad a unas 5 horas de ahí; no entendía muy bien por qué, pues en el colegio al que asistía, realmente le gustaba, incluso tenía amigos.

Se incorporó lentamente dando un gran bostezo, ese sería un día bastante cansado...

-Jungkookie, amor, baja a desayunar pronto, debes dejar todo en orden- la dulce voz de la omega sonaba distante, era su madre quien lo llamaba desde la cocina.

-Ya bajo mamá- Sentía una pequeña punzada en su corazón al saber que no volvería a verla ni escuchar sus regaños hasta dentro de un año.Se apresuró, y bajó las escaleras hasta llegar a la cocina, saludó a su madre depositando un cálido beso en su mejilla. Disfrutó del dulce olor de su cuello. Si bien es cierto ambos eran omegas, por lo tanto sus olores podían llegar a ser un tanto empalagantes, pero con su madre era lo contrario.-Te voy a extrañar mucho mamá- dijo intentando sonar tranquilo, cuando en realidad no estaba así.

-Yo a tí cariño, pero solo será un año, todo va a estar bien- dijo mientras servía la comida en los platos.

-Y papá? quisiera desayunar los tres juntos-

-Salió a supervisar la obra, probablememnte no regrese hasta la noche-dijo con un deje de tristeza en sus palabras.

-...Pero nisiquiera se despidió...- murmuró entristecido el pequeño azabache La relación con su padre, no era muy buena del todo, era hijo único, y no hace mucho se había presentado como omega, era un omega macho. Sabía perfectamente que su padre hubiese dado lo que fuera por que el se presentara como un Alfa. En su sociedad, los Omegas no contaban con tantos privilegios, y además los trataban como si fueran de un rango mucho menor a los alfas y betas.

 Gracias a Dios, su progenitor jamás había puesto un dedo encima de su madre, a pesar de tener una mentalidad machista, se podía rescatar el gran amor y respeto hacia la hermosa omega, por eso mismo esperaba que pronto lograra aceptar a su lobito.Ayudó su madre a poner la mesa y se sentaron juntos a comer.

-Mi lindo cachorrito... cuídate mucho por favor, no  sé que haría si te llega a pasar algo-El azabache se limitó a darle una mirada y una sonrisa llena de amor.

 Y así pasó el día, entre pequeñas conversaciones y apuros para tener todo listo.

A eso de la 5 media de la tarde, llegó la carroza en la cuál iba a ser transportado hasta su nueva morada. Dió un abrazo muy fuerte a su mamá y se disponía a subir, cuando a lo lejos, escuchó que alguien lo llamaba, miró hacia su derecha, encontrándose con una imagen que podía asegurar, era la más tierna de todas.El imponente Alfa, llegaba en un caballo, con un ramo de rosas blancas, lilas y azules.

-Jungkookie, mi Jungkookie, esperame un momento- Sentía como sus ojos empezaban a llenarse de agüita.

-P-pa-apá?- Apenas podía gesticular con claridad. Su lobito estaba más que feliz.

-Hijo, perdóname por haberte tratado de mala manera, fui un completo tonto. Eres lo más importante en mi vida y un tonto rango no cambiará mi cariño hacia tí. No volveré hacerte dudar de tu increíble ser, eres hermoso, y muy buena persona, eres mi lindo cachorrito- dijo el alfa, apenas y manteniendo su voz - toma, compré esto para tí, sé que son tus preferidas- le entregó el ramo de rosas y flores al omega- Espero puedas perdonar a tu tonto papá- dijo el alfa entre suaves risitas

-Yo jamás estuve enjado contigo papá, te amo mucho, y estoy muy feliz de que me quieras- y el omega se hechó a llorar en los brazos de su padre.

-Tranquilo cachorrito, ya llegará el tiempo para pasar juntos, ahora debes marcharte- La omega de cabello dorado se acerco para unise al abrazo.Jungkook tomó sus maletas y el ramo, y subió a la carroza, mientras por la ventana agitaba su mano como una última despedida antes de marcharse.Se puso cómodo en su asiento pues debía soportar 5 horas, daba gracias porque el viaje había sido en la noche y le sería mucho más fácil dormir. En unos minutos ya se encontraba con sus ojitos cerrados y cubierto con una manta.

El viento movía dulcemente las ebras de su cabello, y la luz de la luna se reflejaba en su pálido rostro, dejando toda su atención en sus abultaditos labios rojizos, una imagen digna de un retrato.

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Holaa, qué tal les parece? . Para aclarar, son solo tres años de diferencia que tendrán TH y JK, asi que no será para alarmarse.Si les va gustando, dejen una estrellita, para saber que va bien. 

Intentaré hacer actualizaciones cada día o día por medio.

 Y disculpen si hay faltas de ortografía, esta computadora es rara. xd

El ramo que el papá le dió a Kookie 🥺

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El ramo que el papá le dió a Kookie 🥺

 ❄Purple_sky_TK❄

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