Lara.
El inmaduro salió a la pista de baile y comenzó a bailar con muchas chicas hasta que pude ver que ni sabía en donde estaba o que estaba haciendo.
Jhon lo observó molesto y se acercó enseguida. Desde lejos se notaba la disputa.
La pelea entre primos continuaba.
Esta era mi noche y la verdad no me interesada nada.
Jhon salió molesto del sitio y Anastasia tras el.
Ya Santiago la había cavado de nuevo, el idiota siguió bailando en la pista como si nada.
Anastasia me llamo.
−Me voy Lara. Jhon está furioso.- y estaba terminando la noche.
−No me vas a dejar con este idiota sola?- dije.
−Por favor Lara, solo ese favor.- Ana me rogó.
Era difícil, ahora tenía que ser niñera del imbécil.
−Está bien.- suspiré. - que pasara con tu carro?
−Yo me iré en el y Jhon en el suyo. Solo no quiero que se vaya solo y además molesto.- entendía su preocupación.
−Nos vemos. Si mato a Santiago y lanzó su cuerpo por un barranco no te quejes después si me meten presa.- Anastasia si río al otro lado de la llamada.
Pero una parte era serio, si perdía la paciencia...lo mataría.
Así quedamos solos. Seguí tomando otros tragos más, pero ya era suficiente. Alguien de los dos tenia que estar sano.
Santiago se acercó a la mesa.
−Ya nos vamos, así que no salgas de nuevo a la pista.
Su vista estaba ida.
−Está bien madrecita.- el idiota de verdad estaba perdido.
En que problema me había metido ahora?
Salimos del sitio y Santiago iba detrás de mí como un perrito faldero. Gracias a la vida no puso peros para hacerme caso.
Sabía que yo era su única opción.
Abrió la puerta del carro y se recostó en el asiento de pasajeros. Encendí el carro y el solo cerro los ojos.
−Puedo manejar por última vez mi carro?
−Obvio que no, ni siquiera puedes con tu vida en este momento.-
Cerro los ojos de nuevo.
Yo apague el carro y salí para fumar un cigarro. Tenia que asimilar todo esto.
Me sentía cuidando un bebé.
Estaba recostada del capó cuando escuché que la puerta del Ferrari se abrió y Santiago Cayo al piso.
Esto era peor de lo que pensaba.
−Me tenían que dejar a mi con el muerto.- dije molesta.
−Inmaduro.- lo toque con el zapato y no reaccionaba.
Se levantó de la nada, como si no se fuera desmayado en el piso y camino al otro lado del carro.
Sacó una especie de llave y trato de abrir la puerta de Ferrari de conductor.−Esa no es la llave del carro Santiago.- le quite la llave, pero el se volvió a caer en el piso.
Le di otra vez con los pies.
El se despertó una vez mas, atolondradamente.
−Amigo, tu estas a unos minutos de un coma etílico.
−Yo estoy es... perfecto.- vacilo.
−Perfecto para que te mueras será.- dije.
Santiago olía a alcohol hasta en su ropa.
−Vamos, pon de tu parte inma, tu eres el que te la das de fuerte.- Yo no podia sola levantarlo.
−Claro, mira estos músculos.- toco sus hombros y no paraba de reír.
Esto era serio pero para el no lo era.
Por fin se monto en el carro.
−Para donde me llevaras?.- quedamos cara a cara mientras el estaba en el puesto del copiloto y yo le ponía el cinturón.
Me tomo de la mano y nos miramos.
Entonces me eructo en la cara.
−Que asco me das.- quería vomitar.
−Para donde me llevaras patito? Para un hotel?.- se rió.- Si haces eso seria violación, porque tu no me gusta.- dijo un Santiago borracho.
−Eres demasiado machorra para mi gusto.- sin dejar de hablar aun, ahora si quería dejarlo aquí solo.
−Termínate de callar o si no te dejare en mitad de la carretera y no tienes a mas nadie que te lleve.- le respondí.
Se recostó de mi hombro y lo empuje en seguida.
Esta noche no estaba terminando como me lo esperaba, para nada.
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Aléjate o déjate llevar
Teen FictionLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...