Capitulo 144

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Lara.

−No quiero ir al apartamento. Llévame a mi casa por favor.- Santiago no podía quedarse callado una hora. O tal vez por siempre... seria lo mejor para mi.

Hablaba y a veces titubeaba.

−Bueno, es que acaso crees que yo soy chofer tuya?.- estaba a punto de lanzarlo del carro.

−No. Pero sabes que es lo mejor. No quiero pelear mas con Jhon hoy.- Hablaba con los ojos cerrados.

−Esta bien.- me dio su teléfono para conseguir la dirección de su gran casa. Obviamente que el no podía ni siquiera con eso.

Su idea era lo mas inteligente en este momento. Aunque estuviera muy borracho para tener ese tipo de ideas.

Entramos en la gran urbanización rodeada de grandes casas. Santiago me señalo cual era la suya.

Al estacionar, el trato de bajarse solo. Pero no podía.

Otra vez lo tuve que ayudar.

−Yo no necesito tu ayuda...fenómeno.-

−Bueno.- lo solté y casi se cae.

Me reí cuando se dio cuenta que de verdad no podía solo.

−Toma, abre.- me dio su llave.

Entramos a la enorme casa, ya entendía a que se refería Jhon con que era muy grande solo para dos personas.

Se sostuvo de mi mientras subíamos las escaleras, para ir a su cuarto.

Entramos al cuarto de Santiago. Observe que eran paredes blancas y una cama grande, blanca también.

Era muy neutro todo al igual que su apartamento en la residencias.

Lo tire en la cama. Como si me estuviera deshaciendo de un muerto.

−Bueno, adios.- dije.

−Espera...La...ra.- Santiago subió su zapato, dándome a entender que lo desamarrara.

−Tu me viste cara de niñera a mi?.- Santiago no paraba de reir. No sabia que le causaba risa.

Le quite el zapato y después el otro.

−Todo esto... es culpa tuya.- Subió las manos para que le quitara la camisa.

−Yo no te pienso quitar la camisa estúpido.- dije.

−Te sientes intimidada por tanta fuerza y belleza?.- quería matarlo.

Respire profundo y lo ayude. Su grandes bíceps salieron al aire.

El muy idiota, así borracho...seguía viéndose bien.

−Tu me querías emborrachar a propósito. No conforme con quedarte con mi carro, me hiciste esto.

Me tomo y no me quería soltar la mano.

−CUAL ES TU PUTO PROBLEMA.-

−TU.- Dijo, el silencio se hizo.- TU eres mi puto problema.

−Ya me voy, estas loco.- necesitaba irme.

Pero aun me sostenía de la mano.

−No, vamos a dormir.- Me tomo por sorpresa y me agarro entre sus dos brazos y se tiro para atrás llevándome a la cama con el.

−Suéltame Santiago. Ya mismo.- esto solo me sucedía a mi por dármelas de buena samaritana.

−Callate...- Santiago metió su mano entre mi cuello acercándome a el... y me beso.

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora