Me desperté cuando los primeros rayos de sol empezaron a colarse por la ventana y la claridad me dio de lleno en los ojos. Intenté volver a dormir tapándome la cara con la almohada de Amelia, pero después de dar varias vueltas llegué a la conclusión de que era una misión imposible. Resignada tiré a un lado la almohada y me acomodé boca arriba mientras abría de a poco mis ojos, dejando que se acostumbraran por completo al sol de este verano madrileño que ya pegaba con fuerza.
Me levanté, fui hasta la cocina y puse a calentar el café que había dejado en la cafetera mi novia, chequee si mi novia le había dejado los platos llenos con agua y comida a Bella, y fui al baño para hacer mi rutina de higiene personal. Cuando terminé, volví a la cocina y llené mi taza, mitad café mitad leche, tomé dos tostadas y las puse en un plato, y después de colocar todo en una bandeja, llevé la misma a la sala de estar para dejarme caer en el sillón.
Empecé a desayunar, y la pequeña Bella empezó a llamar mi atención con un lloriqueo indicándome que quería venir a mi lado, con mi novia habíamos decidido que no la debíamos dejar subir a los sillones y/o cama, ya que cuando creciera iba a ser difícil acostumbrarla a que no debía hacerlo, pero me bastó mirar sus ojitos llorosos para romper la regla y alzarla para dejarla acostarse entre mis piernas.
- Este es un secreto entre nosotras, no se lo digas a mami ¿vale? – Le dije señalándola con mi dedo índice a modo de advertencia, el pequeño lengüetazo que dejó en el mismo selló el pacto.
Tomé mi celular y pasé a ponerme al día con mis redes, Twitter para ver si Luz ya estaba alterando al fandom, Instagram para ver si Lucía había subido nuevas fotos que me enamoraran un poquito más de ella, algunos corazones, comentarios y retweets, entré a agradecer los comentarios que dejaban en la historia que estaba escribiendo en Wattpad, y me mantenía silenciosa cuando me preguntaban cuándo iba a actualizar, para luego pasar a ver mis mensajes de What's Up.
Como siempre, tenía un mensaje de mi padre diciéndome el menú del día del Asturiano por si quería que me separaran un poco para Amelia y para mí, un mensaje de mi novia contándome cómo había empezado su día en el estudio, con alguna que otra foto de ella, de sus compañeros, y de ella con sus compañeros, y por último un mensaje de mi hermana diciéndome si me quería encontrar con ella para almorzar, no me lo dijo, pero con lo escueta que estuvo en su mensaje, no tenía dudas que nuevamente tenía problemas con Ignacio, así que le confirmé que a las dos de la tarde estaría en el resto que estaba cerca del estudio donde grababa Amelia, así cuando terminaba con mi hermana podía pasar a buscarla. Cuando mi María me dio el OK, le mandé un mensaje a mi novia para decirle que por la tarde la iba a ir a buscar, y que cuando pudiera me dijera a qué hora terminaba.
Cuando terminé de desayunar, limpié la cocina, acomodé la habitación y me fui a dar un baño, me envolví en mi toalla y fui hasta la habitación para empezar a sacar ropa y dejarla en la cama hasta decidir cuál atuendo me iba a poner. Era un día cálido de verano, por lo que un vestido liviano era la mejor opción, pero no sabía si mi novia querría ir a pasear un rato luego, por lo que quizás el vestido dejaba de parecer tan buena idea. ¿Un pantalón de jean?, no, demasiado abrigado para el día, y así fueron pasando prendas descartadas para terminar sobre mi cama. Cuando ya prácticamente no quedaba nada en mi ropero, me tiré frustrada sobre la cama tapándome la cara con las manos, fue en ese momento que noté que algunas lágrimas habían empezado a caer por mi rostro ¿Qué me pasaba? ¿Tan patética podía llegar a ser como para ponerme a llorar por no encontrar qué ponerme?
Limpié mi rostro y cerré los ojos, intentando hacer lo que me había dicho hace mucho tiempo en terapia, ir a mi lugar feliz. La novelita de las tardes con las imágenes de mi pareja de ficción favorita fueron las primeras que aparecieron ¿Tan vacía se sentía mi vida como para tener que recurrir a imágenes de personajes de ficción para sentirme un poquito mejor? Me levanté de un salto y fui hasta la cocina para tomar un vaso de agua e intentar bajar el nudo que tenía en la garganta, que se iba haciendo cada vez más grande.
ESTÁS LEYENDO
#LuimeliaDos
FanficTras una dolorosa ruptura, Luisita y Amelia deciden que, aunque su relación no sea perfecta, es justo dónde quieren estar. Seis capítulos. Seis autoras. Seis fans. Un nuevo punto de vista de esta imparable historia de amor. 6 semanas para reescrib...