Al día siguiente tengo decidido odiar a Cara Davis. Los motivos: ganarme un castigo después de clase, un sermón en casa y el próximo fin de semana en familia.
Bueno, eso último no es culpa de ella, pero ya que estamos...
Llego hasta mi casillero después de una clase con el odioso profesor Lee, meto el libro de geografía y el cuaderno y saco lo que necesito para literatura. Sonrío al pensar que es una de una de las pocas materias que gustan, (esa y artes plásticas), y no me molesta en absoluto leer los libros que nos mandan, al contrario, los disfruto tanto como elaborar un análisis.
Mis pensamientos sobre la última clase con el profesor Cavanagh (que consistió en terminar de leer Oliver Twist) se ven interrumpidos cuando oigo el portazo de un casillero. Lo escucho claramente ya que a esta hora los pasillos suelen estar casi desiertos.
Volteo a ver y ya me arrepiento de haberlo hecho: Cara Davis. Está intentando abrir su casillero y no puede, a pesar de que parece que lo está intentando con todas su fuerzas.
— Maldición. — gruñe por lo bajo.
¡Ja! El duende tiene caracter.
— ¿Necesitas ayuda?
Oh, no. No creo que sea conveniente que Austin la ayude. No teniendo en cuenta sus antecedentes delictivos con los chicos nuevos. Y sé que no le va importar la edad de Cara.
— Mi casillero se atoró.
¿Esta es tonta o que le pasa?
Viendo claras las intenciones de Austin me acerco y me paro detrás de la niña.
— ¿Se te perdió algo, Allen? — dice Austin al verme.
— El número de tu padre.
Austin me mira con desprecio ante mi respuesta, esta claro que le estropee los planes. Sin decir nada se aleja y se pierde entre el gentío que comienza a salir de las aulas.
— ¿Conoces a su papá?
Suelto una carcajada ante la pregunta de la niña.
— No. — le contesto mirando hacia abajo. El duende me llega a la cadera — En cuanto a ti, no debes hablar con los chicos.
— Pero me iba a ayudar. — dice abrazándose a unos libros que se ven del mismo peso de ella, o más.
— Ayudar a colgarte de las bragas, niña. No hables con Austin ni con sus amigos, ¿entendido?
— ¿Él te gusta? — me pregunta en vos baja.
— ¡No, él no me gusta...!
— Oh, porque una compañera de mi otra escuela me decía que no hable con un niño porque era el niño que le gustaba. — me explica.
— Tu compañera era una tonta.
Suelta una risilla ante mi comentario.
— En fin, no hables con nadie y no acepte la ayuda de nadie. — le advierto. Ella asiente con cara de corderito.
— ¿Me ayudas con mi casillero? — me pregunta con la misma cara.
Asiento y tras darle dos golpes en el cerrojo la puerta se abre. Duende se apresura a dejar sus libros para tomar otros.
— Gracias. — dice con una sonrisa.
— Si, como digas.
— No te agrado, ¿verdad?
Me la quedo mirando. No entiendo porqué pero su sola presencia me molesta, me incomoda.
— Eres un duende nerd, y los duendes como esos me desagradan. — le contesto haciendo una mueca.
— Está bien, tu eres una grandulona grosera y grandulonas como esas me desagradan.
Abro la boca ante su respuesta, resulta que el duende tiene lengua.
— Duende. — escupo.
— Grandulona. — dice con el mismo tono.
La ignoro y me doy la media vuelta, no vale la pena seguir con este absurdo duelo de insultos. Llego hasta mi casillero y tomo mi botella de agua del interior del mismo para luego darle un largo trago.
— Nos vemos en literatura, grandulona. — me dice el duende al pasar por mi lado.
Me atraganto con el agua.
Si será...
N/A: muy buenas tardes damas y caballeros. Espero que todos se encuentren bien.
¡¡Por fin pude actualizar, canejo!! Si, yo también lo celebro porque puedo hacerlo cada 80 años.
Capítulo dedicado a la amorosa de ccalista19, espero que disfrutes de estas dos y que tengas mucho éxito con tus nuevos proyectos <3
¡No olviden que pueden pedir sus dedicatorias, sin miedo! Pueden hacerlo a través de Instagram (@mstake404) donde también tenemos un grupo de chat.
Un beso grande como un elefante y nos vemos en los comentarios.
ESTÁS LEYENDO
Dos caras
Short StoryCara es una persona que se define como un "espíritu imparable", una chica "sin limites". También es alguien que no conoce otro mundo que no sea el de su habitación con sus enciclopedias y muñecas. Cara odia las mañanas, y Cara las disfruta. Cara t...