❝ ¿ ꜱᴏʟᴏ? ❞

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Tallando su piel con la suave esponja, quito el olor a sudor que había conseguido por correr más de una cuadra, dejando un suave olor a ese jabón de chocolate que tanto le gustaba. Una vez pasaron los minutos correspondientes, enjuago aquel tratamiento capilar que se había aplicado al inició del baño, el cual tenía un suave olor a fresas.

Se sentía un postre con aquellos olores en su cuerpo, pero no le importaba. Amaba los productos de aseo personal con aromas frutales y delicias.

Una vez la espuma se deslizo por todo el cuerpo hasta quedar en las baldosas del baño gracias al agua, cerro la llave para enrollar una toalla en su cintura y salir.

Encontrándose en su habitación vislumbro su figura frente al espejo. Al fin tenía el estómago plano por el que tanto había trabajado en el gimnasio y agradeció el no sacar musculatura, sentía que no le venían, aunque si tenía unas leves marcas de tono muscular en sus brazos y vientre.

Enfocándose en su rostro, sonrió ante su reflejo. No era vanidoso, pero se sentía atractivo y esa era la idea del día de hoy, debía ver y sentirse encantador para la cita que tenía este día.

Guiñándose a sí mismo, comenzó a buscar la ropa que usaría mientras repasaba la foto de su cita una y otra vez dentro de su cabeza.

Exacto, no conocía al chico en persona, solo a través de aquella aplicación tan conocida para conocer gente con la intención meramente de tener un encuentro, ya sea para conocerse y congeniar, o para algo más intimó.

Claro que Naruto no la ocupo por ninguna de estas razones. No, claro que no. Él solo quiso ocuparla por la sencilla razón de que no le apetecía en lo más mínimo pasar su cumpleaños solo. Porque sí, aquel día, diez de octubre, era su cumpleaños. Y no era que no tuviera amigos. Él tenía bastantes, pero en su país. Ahora se encontraba por viajes de negocios en el extranjero, sin ningún familiar o conocido en esa gran ciudad, y las video llamada o mensajes que recibía no le eran suficiente para llenar aquel sentimiento de soledad que le invadía al estar solo el día de su nacimiento.

Con sus pantalones negros puestos, un cinturón café al igual que sus zapatos, y una camisa semi transparente color negro con estampados de flores celeste sobre ramas, termino por untar un poco de gel para algunos pelos locos que no le agradaban, dejando un estilo perfectamente desordenado que le caracterizaba.

Aplicando un bálsamo labial, para darle brillo a sus labios color sandia, tomo su billetera junto a su celular y emprendió rumbo. No quiso bañarse en perfume ya que le encantaba el olor que su cuerpo emanaba gracias a su jabón y tratamiento anteriormente aplicado.

Llegando diez minutos antes de la hora programada, se sentó en la barra de aquel bar, la cual estaba hecha de madera al igual que el asiento donde estaba, dándole un aspecto rustico al lugar sin quitarle la elegancia que este poseía. Su celular vibro en aquel momento, obligándole a sacarlo de aquel bolsillo por la curiosidad de saber quién le había hablado.

Era su cita avisando la llegada al lugar acordado.

Informando su ubicación en la barra, Naruto paso sus manos por su frente, acomodando un poco los rubios cabellos que caían sobre esta. Se encontraba algo ansioso y temeroso, rogaba con todas sus fuerzas que la persona fuera igual a la foto de su perfil, y que no fuera otro sujeto o una fotografía antigua.

Porque, aunque no tuviera intención de intimar con aquella persona, no le agradaba en lo más mínimo las mentiras. Y si el hombre llegaba siendo un tipo totalmente distinto a como aparece en su perfil, iban a tener problemas.

— ¿Naruto?

La voz desconocida, ronca y anodina, le hizo girar sobre el taburete, encontrándose con el hombre, que para su suerte era el de aquella foto.

❝ ¿Solo? ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora