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Los días pasaban y la tristeza aumentaba. No sabia como salir de ahí. Lo único que el quería era estar bien. Necesitaba ayuda, pero no sabía cómo pedirla.

El pensaba que si se guardaba todo dentro de él estaría bien, pero eso solo lo empeoraría.

Claro, ¿Cómo iba a estar bien? La persona que más amaba y la persona que le brindaba felicidad lo dejó. No sabia cómo, ni por qué. No había una razón.

Cada día se preguntaba que era lo que había hecho mal, cual fue su error. Preguntó y preguntó pero nadie contestó.

Estaba asustado, no tenía a casi nadie, pensaba que ya nada tenía sentido, y probablemente no lo tenga.

Sus amigos lo habían rechazado, una y mil veces.
No sabia que hacer, estaba perdido.

Trataba de buscar una escapatoria pero no la
encontraba, pensaba que ese era su final.

Solo quería volver a sentirse amado, protegido, cuidado.

Tenía que comenzar a depender de él mismo, pero palabras como "Perdón por no ser suficiente" Paseaban por su mente constantemente.

— Tengo miedo de perderte, aunque ya lo hice. Temia que encontrarás a alguien más, pero ya la encontraste. —

Sus días eran siempre los mismos: Pensar y pensar hasta quedar cegado por el dolor.

— Estoy perdido en el caos de mi mente, ¿Algún día podré salir de ahí? —

Recordaba los apodos que el le decía. Su típica manera de llamarlo, aún lo hacía.

¿Acaso no se daba cuenta?

— ¿Fue todo una mentira? —

— Espero que encuentres a tu amor. Espero que encuentres tu alma gemela. Espero que lo hagas muy feliz, tal como  me lo hiciste a mí. —.

— Por favor, no lo lastimes, no como a mí.
Valoralo. No es bonito el sentimiento de
tristeza de alguien que amas. —

— Solo estoy tratando de superarlo... —