Capítulo 5: El reloj de arena de la era de los dragones

153 16 25
                                    

Había pasado tan solo unas semanas, Gotenks ya tenía gran parte de su entrenamiento del ki listo, aprendió a volar y lanzar ráfagas de ki con facilidad. Ahora, ambos estaban donde Erhard, el cual estaba asombrado del cambio de la mapache

Erhard: Rayos, casi ni te reconozco. No te había visto en un buen tiempo. ¿Qué has estado haciendo? ¿Solo has estado luchando?

Raphtalia: Las personas de la posada me enseñaron buenos modales. Quería comer sofisticada mente como el señor Gotenks.

Erhard: Para ser honestos, al principio estaba un poco preocupado.

Gotenks: Se nota la confianza (-_-) *suspira* Al menos ya no tose más gracias a la medicina que le dí, come bien y su físico a mejorado mucho.

Raphtalia: ¡Dios, no lo digas así, por favor!

Erhard: Se ha vuelto grande, ¿no lo crees? Mira en lo que se ha convertido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Erhard: Se ha vuelto grande, ¿no lo crees? Mira en lo que se ha convertido.

Gotenks: ¿Eso crees? Encima estás sonriendo como si vieras a tu hija crecida.

Erhard pone una cara de aburrido

Erhard: Ah, eres un poco aburrido.

Gotenks: No me tomes por idiota, hasta yo me sorprendí. La gente aquí le regala cosas a cada rato. Ya sé que las niñas son lindas y todo pero coño, se pasan demasiado.

Erhard: ¿Eh... Chico? ¿Me estás diciendo que no sabes?

Gotenks: ¿Qué?

Raphtalia se acerca y le susurra a Erhard

Raphtalia: Señor, no hable sobre eso, por favor.

Erhard: ¿Eh? Sí, claro.

Gotenks: ¿Y cuál es el secreto entre ustedes que no me quieren decir?

Erhard: Nada chico, olvídalo. *Gotenks frunce el seño* Así que, ¿por qué están aquí hoy?

Gotenks: Verdad, es hora de conseguirle a esta mocosa un nuevo-

Raphtalia lo interrumpe agarrándole un brazo

Raphtalia: ¡Vinimos a comprarle al Señor Gotenks una nueva armadura!

Gotenks: Hey hey, ¿cómo así? Tú y yo no acordamos nada de eso, vinimos aquí por un arma para tí.

Raphtalia: No podría pedirle nada más que eso, pero le pido que reconsidere su propia seguridad, por favor. *le apunta con su dedo* ¡Siendo completamente honestos, olvidándonos de su escudo y de sus poderes, no pareces diferente del resto de los aldeanos!

Los héroes más jóvenes - RemakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora