fiat nox ━ charlie dalton. ✓

xiv. conformidad

『 capítulo xiv. : CONFORMIDAD. 』

CATORCE DE NOVIEMBRE DE 1959.

EL SEÑOR KEATING HABÍA LLEVADO a sus alumnos al patios. Los chicos se quedaron parados con Keating frente a ellos. Había llamado a Cameron, Pitts y Knox al centro y les había pedido que caminaran en círculo por él.

—No hay notas en juego, caballeros. Sólo caminemos.—John gritó a los chicos, que no dudaron en seguir sus extrañas instrucciones.

Pitts se fusionó con Cameron y Knox cuando formaron una línea, sus pasos comenzaron a sincronizarse juntos a medida que pasaba el tiempo. Sus pisadas incitaron a sus otros compañeros de clase a aplaudir mientras soltaban pequeñas risas en un círculo.

—¡No lo sé, pero me lo han dicho!—Keating gritó, marchando junto a Cameron.

—¡No lo sé, pero me lo han dicho!—los chicos repitieron tras él, como lo habían hecho otras veces en clases de gimnasia.

—¡Hacer poesía es viejo!

—¡Hacer poesía es viejo!

—Izquierda. Izquierda. Izquierda, derecha, izquierda. Izquierda. Izquierda. Izquierda, derecha, izquierda. Izquierda. ¡Alto!—Keating exclamó en un salto mientras se volvía hacia los tres chicos.—Gracias, caballeros.—sonrió, y los chicos volvieron junto a sus compañeros.

—Si lo notaron, todos comenzaron con su propio paso, su propio ritmo.—señaló Keating, caminando lentamente hacia donde estaban Knox, Cameron y Pitts.—El Sr. Pitts se estaba tomando su tiempo. Él sabía que llegaría algún día.—dijo, imitando los largos pasos de Pitts con sus cortas piernas.—Sr. Cameron. Lo pude ver pensando, "¿Esto es correcto? Podría estar bien. Podría estarlo. Lo sé. Tal vez no. No lo sé".—murmuró, encorvándose y rascando su cabeza.—¡Y el  Sr. Overstreet, guiado por una fuerza más profunda. Sí. Sabemos eso. Está bien.—el hombre rió junto a sus alumnos.

—¡Y Eliza está aquí!—Keating exclamó mientras Eliza caminaba perezosamente hacia el patio, bostezando ruidosamente mientras se dirigía hacia donde Charlie y Neil. Charlie pasó un brazo alrededor de sus hombros, pero no hizo nada más, ya que no estaban solos.—A un sueño de distancia, ella nunca llegará aquí.

—Lo siento.—ella dijo a través de un bostezo.—Olvidé que íbamos a salir hoy.

—Te lo dije esta mañana.—él dijo y Eliza solo se encogió de hombros.—Ahora, no los traje aquí para ridiculizarlos. Los traje aquí para ilustrar el punto de conformidad. La dificultad de mantener sus propias creencias en contra de otras. Ahora, puedo ver en sus ojos algo como, "hubiera caminado distinto". Bueno, pregúntense... ¿por qué aplaudían?

Un silencio se apoderó de los chicos cuando Keating los dejó reflexionando sobre su punto, una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientras se alejaba.

—Todos tenemos una gran necesidad de ser aceptados. Pero deben confiar en que sus creencias son únicas, propias. Aún cuando otros piensen que son raras o impopulares.—afirmó y convirtió su voz en una imitación de oveja.—Aún cuando el rebaño comience a decir, "Eso es ma-a-a-a-a-lo." Robert Frost dijo, "Dos caminos se dividieron en el bosque y yo, yo tomé el menos transitado. Y eso ha marcado toda la diferencia". Quiero que encuentren su propio andar ahora su propia forma de caminar, andando en cualquier dirección. Cualquier cosa que quieran, sea orgulloso, tonto, lo que sea. Caballeros, el patio es suyo.—sonrió Keating, inclinando ligeramente un brazo en señal de que les dejaba todo el espacio.

Los chicos caminaron en el patio; algunos caminaban como lo hacían normalmente y otros, los más tontos, se habían tomado en serio la palabra de Keating y caminaban imitando gallinas u algún otro animal.

Keating se giró para ver a Charlie Dalton y su sobrina de pie.

—Sr. Dalton, Eliza, ¿se unirán a nosotros?—preguntó Keating con una pequeña sonrisa de complicidad en sus labios.

—Ejerciendo el derecho a no caminar.—Charlie dijo con una sonrisa su rostro.

—Gracias, Sr. Dalton. Justo ilustró el punto. ¡Nadar en contra de la corriente!

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