XXVII. Huye De Él

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Me sentía impotente. ¿Qué rayos estaba ocurriendo? Mi mente no podía asimilar lo que estaba en esa libreta. ¿Por qué siquiera estaba el nombre de mi mamá? ¿Esa libreta era de YoonGi? Con el corazón desbocado, mis ojos picaban, tenía ganas de llorar, pero ni siquiera sabía por qué. Recogí la libreta del suelo y la guardé en su sitio.

Me alejé del cuarto de Min y bajé a la inmensa sala. Intenté prender la televisión, pero no podía. No encontraba el control y francamente no tenía ganas de ver tele, solo quería distraer mi mente de lo que había visto. ¿Acaso esa libreta era de todas las personas muertas? ¿Por qué mi padre estaba incluido? ¿Y mi madre...?

La puerta de entrada sonó y supe que Gi estaba de vuelta. Corrí al baño y me encerré. Me miré al espejo y vi que estaba decente, excepto por mis ojos. Estaban rojos, más no hinchados. Intenté lavarme, pero era en vano.

Salí de ahí, pero no vi a YoonGi. Intuí que estaba en la cocina por el sonido de platos y reposteros abrirse. Fui allí y lo vi moverse por la cocina acomodando la comida y sirviéndola en los platos que estaban apoyados en la isla.

—Hola —me sonrió fugazmente y volvió a su trabajo—. Creí que estabas durmiendo. No quise despertarte, iba a subir los platos para comer en mi habitación.

Intenté sonreír, pero no me salió. Creo que esbocé una mueca y YoonGi notó mi cambio de humor porque paró lo que estaba haciendo y se acercó a mí con ceño fruncido, marcando sus ojos verdes.

—¿Qué pasa, bebé?

Abrí la boca. De verdad, quería preguntarle acerca de ese libro. El por qué el nombre de mi papá aparecía ahí o el de mi mamá, pero de mi garganta no salió nada. Intenté de nuevo, pero mi voz sonó ronca.

—Es que...yo... estaba en tu habitación...y...y...

Min me miró con expresión de horror en su rostro.

—¿Apareció alguien? —su voz sonó furiosa—. ¿Viste a alguien...?

—No —Lo corté antes de que dijera más tonterías. Empezaba a impacientarme y quería saber las respuestas. No me iría de aquí sin conocerlas—. Encontré tu libreta.

Levanté la mirada para ver su reacción. Y fue de horror absoluto. Se había quedado helado. Sus ojos abiertos de par en par me miraban aterrorizados. Sip. Lo había descubierto.

—¿Por qué el nombre de mi papá está ahí? —pregunté en voz baja y con lentitud. Al ver que no respondía y sólo me miraba con sus grandes ojos verdes, volví a preguntar, pero mi voz salió en un grito—. ¿Por qué el nombre de mi padre y mi madre están ahí?

Lo empujé con fuerza y pareció reaccionar, pero no a tiempo porque dio tumbos hacia atrás y chocó con la isla de la cocina. Aproveché su momento de torpeza y corrí escaleras arriba y entré a su habitación. Me dirigí a su mesa de noche y saqué esa dichosa libreta. Escuché el estrépito de la puerta contra la pared y luego unas manos me tomaron del brazo deteniéndome.

—JiMin —La voz de YoonGi salió ronca por el esfuerzo—. JiMin. Escúchame. Déjame explicarte.

Lo volví a empujar para que me soltara, pero ni se inmutó. Estaba en guardia y no podía moverlo ni un centímetro. Con suavidad tomó el libro de mis manos y lo abrió en la letra P. Sus ojos se cerraron un breve instante y luego volvió a abrirlos.

Me miró con seriedad y habló antes de que yo explotara y lo golpeara.

—Jiminie —se acercó a mí, pero di un paso atrás lejos de él. Quería explicaciones sin que se me acercara. Suspiró y levantó el libro hacia mí—. Esto no es mío. Yo... lo encontré entre la cosas de mi padre y lo tomé por curiosidad. Me pareció extraño que todos esos nombres aparecieran en la libreta —Esto era muy duro para él y si era así para YoonGi, imagínate para mí. Los nombres de mis padres estaban escritos ahí—. Contacté con un amigo de la familia y me confesó que esos eran los nombres que mi padre... que él había... —Se detuvo un momento inspirando—, que él había matado.

Rompiendo el Corazón de Un Chico Malo || YoonMin || AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora