Una niebla gris estaba presente en todo Procolo, la bruja había hecho su trabajo. Solo quedaba irnos.
-Mi rey lo esperare con las puertas abiertas- le di una pequeña sonrisa a Dante mientras avanzaba hacia Ágata quien me esperaba en la puerta principal.
-Solo serán algunos días, dejo todo en tus manos amigo mío- le di un suave apretón.
-Mi nieto- ante mi estaba la antigua reina, mi abuela. La ultima de ese reinado, mi abuelo había muerto ya hace tiempo y con ello la vida de mi abuela se iba poco a poco-Tú eres mi nieto, tú eres mi hijo y ningún hijo mío se ira sin mi bendición.
-No es necesario abuela- bese sus manos arrugadas- Volveré, mejor vuelve a esa dulce cabaña que a la primera que busque cuando vuelva será a ti.
-No digas tonterías, acércate- sentí sus manos pasar por todo mi rostro- Tus ojos negros miraran criaturas inimaginables. Tu cabello oscuro y sedoso será tocado por vientos desconocidos. Tu bella piel dejara de sentir los lamentos de tu reino. Tus colmillos filudos desgarraran el cuello del ser que osé desafiarte- Sentí la dulce voz de mi abuela, el susurro de la despedida, un cantico antiguo que todo rey debía recibir de su madre antes de la guerra. Y ella no lo estaba haciendo- Ve hijo mío y regresa victorioso, yo estaré aquí esperándote.
Bese sus dulces manos. Sus ojos negros me miraban con amor y temor, sus miles de cabellos blancos, el tiempo ya había llegada a la puerta de mi abuela- Volveré y te traeré la cabeza del desgraciado que se atrevió a ponerte intranquila mi querida abuela.
Me acerque hacia la puerta.
-El susurro de la despedida- la escuche murmurar- es hermoso. Sera mejor irnos ya.
...
Pude ver como todos estaban inquietos, podía olor su miedo a kilómetros. Lucio estaba caminando junto a una pequeña niña rubia, nunca conocí a su Luna, pero suponía que esos cabellos dorados habían salido de su madre. Nunca tuve algún inconveniente con el lobo supremo, lo consideraba un rey justo. En comparación con Electra, los muertos eran una de las razones por la cual los lamentos eran más intensos, muchos de ellos no respetaban el convenio con los humanos.
Sentí como unas pequeñas manos tomaban mi pierna. La hija de Lucio era encantadora, nada que ver con su duro padre.
-Tus ojos son negros, lindos- Si, era un encanto. Le devolví la sonrisa- Papi, yo quiero un novio con ojos negros- Bien, sino me mataba el usurpador, Lucio lo haría.
-No creo que debas pensar en eso pequeña o sino mis lindos ojos negros ya no se abrirán- Escuche un gruñido de parte de Lucio, será mejor alejarme unos pasos de su hija ¿Cómo te llamas?
-Becca, mantente alejando de mi hija demonio- Los celos de los lobos si que eran raros, vamos soy mucho mayor que su hija. No soy un pedófilo.
-Papi malo, gruñir no es educado- Vi como los hombres del lobo supremo se tensaban al ser regañado por su hija, increíble.
-Pero hija, tu eres muy pequeña...- Sera mejor alejarme. Me acerque a Telma, sus ojos raros estaban enfocados en el bosque, una sirena fuera del mar. La tristeza estaba reflejada en sus ojos.
Estaba a centímetros de tocar su brazo cuando se lanzo a mis brazos. Telma era como una hermana pequeña, nos habíamos conocidos desde pequeños y desde ahí no nos habíamos separados. Sentí pequeñas gotas en mi hombre, las sirenas eran muy lloronas.
-Llorona- sentí un pequeño golpe de su parte- No creo que sea bueno que te vean llorar los demás, no se merecen ver tus raros ojos de pez lleno de agua.
ESTÁS LEYENDO
Camino al Caos
FantasíaLos oscuros habían vivido en la ignorancia durante toda su existencia, adorando a dioses que solo los crearon por castigo a su desobediencia. Ahora que la puerta de la verdad estaba abierta tenían dos opciones luchar por lo que aman o seguir al usur...