Recuerdo cuando sonreíste al verme y como tus labios se posaron en una de mis mejillas sonrojadas, te encantaba molestarme y ver cómo me enojaba cada vez que me contradecías, para después callarme con un beso a la par de tus manos en mi cintura.
Yendo a tiempos más lejanos, me gusta recordar esas pequeñas peleas para ver quién tenía la razón y tú voz en las palabras “Eres una pequeña niña berrinchuda” cuando te decía cosas que te hacían perder la paciencia.
Sé que amabas mis hoyuelos en las mejillas y como mis ojos se hacían pequeños al reír, lo amabas tanto como yo te amaba cuando te quedabas dormido en mis brazos y te despertaba con mis besos a cada dos centímetros de tu rostro.
Yo, yo estaba dibujada para ti en aquellos años, en aquellos meses, y tú estabas dibujado para mí, casi a la perfección, casi como un rompecabezas.
Al final no fue rompecabezas, todo fue rompecorazones.
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El recuerdo
Romansa¿Por qué no escribir recuerdos? Miedo. ¿De qué? de querer desear estar ahí, y no en el ahora.