—¿Algo que declarar antes de proceder con las firmas necesarias para aprobar el proceso?
Desde donde estaba sentado, John no supo qué responder ante el hombre que realizaba el papeleo. Estaba más que nervioso, pero no podía demostrarlo, no cuando de cómo se mostrara dependía que fuera aceptado o llevado al psicólogo. Aún no cumplía la mayoría de edad y ya había mentido más de los años que viviría.
Frente a esta decisión, había varios sacrificios por los que pagar, uno de ellos era su cabello, se lo tendrían que cortar y eso era lo que más le dolía. ¿Dejar atrás a sus padres sin decirles? Eso le rodaba por el cuerpo como si fuera mantequilla. ¿Ocultar sus debates internos y que solo ocurrían en medio de la noche privándolo del sueño? De aquello se ocuparía en Afganistán.
Solo necesitaba un tiro de suerte. El olor del honor parecía conocerlo y llamarlo sin compasión, arrastrándolo dentro de sus fauces y devorándolo completamente hasta que solo quedara la esencia del intento de hombre que era. Los padres enviaban antes a sus hijos al ejército para enderezarlos. John tomaba ese rol y se dejaba llevar por lo que era su destino. Un destino que pensó haber cumplido hace años y cuyo sabor continuaba fresco en su boca.
Y no sabía el porqué.
Del destino solo conocía su nombre y que era más que seguro que se te otorgaba una parte de él cuando nacías, pero mientras crecía nunca se sintió en la necesidad de preguntarle al universo cuál era el suyo. Quizá se lo insinuó esa vez en el bosque cuando jugaba a las escondidas. Era como si las risas de él y sus hermanos resonaran en sus oídos.
Sus hermanos.
El viento de la primavera levantaba las hojas de los árboles, sus pisadas marcaban el camino por el que sorteaba varios troncos caídos. Escapaba de algo, no, escapaba de alguien. Lo perseguían y él, con su cabello rubio suelto y un diente recién caído, trataba de encontrar el mejor escondite. Sobre su cabeza seguramente había varios nidos, porque no pasó mucho para que pudiera escuchar el trinar de los pájaros.
—Ya llegó, ya llegó a cincuenta, ya viene en camino, ya está aquí —la ansiedad por ser encontrado recorrió su pequeño cuerpo en forma de energía que hacía que su pierna rebotara contra el suelo.
Un niño de su edad no debía estar paranoico.
Detrás de él, las pisadas sobre las hojas caídas le alertaron sobre la presencia de alguien más; sin embargo, no se volteó. En el momento en el que demostrara miedo, el teatro se vendría abajo, necesitaba mostrarse valiente.
Eso era lo que era él. Un niño valiente.
—¡Aquí está mi niño precioso! —los brazos de su madre lo rodearon desde atrás, levantándolo unos centímetros.
En segundos, el temor y angustia había pasado a ser alegría.
—¡Mamá! —se sacudió para que lo bajara— Se suponía que eras un monstruo.
—Ni siquiera tú te lo creerías, Jackie.
—¿Pero y el juego?
Eleanor iba a responder; en su lugar a su altura lanzó unos pétalos que había recogido mientras perseguía a su hijo. Una especie de corona de flores improvisada se formó sobre el cabello rubio del niño.
—Eres adorable. ¿Quieres regresar a la casa?
John negó.
John no tenía nada que declarar ante el sargento que le estaba haciendo la entrevista.
John no tenía hermanos con los que jugar a las escondidas.
John no era rubio, ni un niño y tampoco estaba contento en su situación actual.
Él necesitaba escapar y eso haría. Y si la suerte lo acompañaba quizá lograba algo más.
Ese recuerdo lo persiguió incluso cuando le dieron en la pierna y estuvo recuperándose para luego regresar a su país. También lo acompañó cuando no dio explicaciones y se mudó a Nueva York. Incluso se coló en su subconsciente y ni siquiera se cuestionó por qué era rubio cuando su cabello no podía ser más rizado y oscuro.
Tal vez solo en sus recuerdos podría volver a ese bosque donde había sentido la chispa. Tal vez ese era el destino de John Laurens en el siglo XXI.
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N/A A ver que en todo el día esto fue lo único que se me ocurrió y como es costumbre hago one-shots basados en el AU que tengo con Bar y generalmente son medio canon, así que este también medio lo es hasta que Bar lo apruebe (love you). Y eso es todo. Gracias.
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In the Winter's Trail - one shots lams
DiversosEsta es una colección de historias, algunos cuentos y por lo general one-shots de parejas que rondan a menudo en mi cabeza. Adéntrate a mi mundo si te atreves, quedas advertido. Para más información, revisar el índice. Incluye: • Lams • Kingbury • H...