—Recuerdo cuando Itachi me mostró el sharingan por primera vez —habló de repente Sasuke, llamando la atención de su hermana y de Naruto quienes lo miraron con intriga y sorpresa. Sasuke sonrió cerrando sus ojos, casi tratando de recordarlo en su mente y explicarlo con más calma. —. En ese momento, no entendía que quería decir cuando dijo que tendría esos ojos en el momento que conociera el dolor y ahora lo entiendo. Desperté el sharingan cuando supe lo que había pasado con el clan.
—¿A qué se debe esto ahora, Sasuke? —preguntó Kiyomi con curiosidad dejando a un lado si razón de comida. Naruto por otro lado también quería saber ya que pese a ser amigo de Sasuke, había tanto que no conocía de él.
—Cuando Itachi tocó mi frente no entendía tampoco por qué lo hizo cuando le hablé de las técnicas. Ayer, durante mi entrenamiento, vi a un ANBU, no era de Konoha por supuesto, pero solo pude ver como sacaba su kunai del cuerpo de una chica. Ella si era de Konoha. Cuando se fue, me acerqué para ayudarla y me dijo que agradecía tener a alguien que le diera consuelo antes de morir. Cuando me di cuenta, mi cuerpo se movió solo y encontré al ANBU para enfrentarme con él, al momento de hacerlo, de mis ojos salieron llamas color negro...
—Amaterasu —dijo de inmediato su hermana. —¿Como es posible...?
—Fue Itachi. Cuando tocó mi frente y dijo que no habría una próxima vez se refería a que era la última vez que me enseñaría una técnica.
Naruto comprendió lo que ocurría, una técnica como esa sería de mucha ayuda para Sasuke. No le agradaba escuchar en absoluto como fue que se enteró de ella, pero las cosas entre las aldeas seguían por un camino por el cual estaba harto de ver y sentir que todo lo que Itachi y Shisui hicieron fuera en vano. Akatsuki tampoco era un tema fácil de manejar en ese momento y solo estaba concentrado en estar listo para cualquier amenaza.
La ayuda de Sasuke era esencial a partir de ahora pero aún no sabía cuál era su objetivo. Esa sensación seguía dentro de él y debía saberlo a como diera lugar.
—¿Cuál es tu propósito? —se atrevió a decir el rubio. La mirada de Sasuke se dirigió a él y mantuvo esa sonrisa.
—Seguir el camino de mi hermano.
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Las esperanzas de volver a ver a Itachi se habían ido hasta que apareció frente a ella mientras llevaba en sus manos algunos víveres. Sus ojos estaban muy abiertos y tiró lo que había en sus manos para ir a donde se encontraba.
—Creí que nunca te volvería a ver de nuevo.
—Perdóname si te preocupé.
—¡No digas eso! —respondió casi intentando regañarle, pero en una situación como esa, no podía hacerlo y es que su felicidad estaba a flor de piel. —Me salvaste, nada en esta vida podría saldar mi cuenta contigo.
—No tienes que pagarme, nada... —sonrío un poco apenado por aquello.
—Estoy feliz por ver que aún puedo lograr hacerte sentir avergonzado.
—Pero ese es mi trabajo. —participó Shisui detrás de Izumi haciendo que esta saltara del susto y pronto la risa de Shisui era bastante escandalosa, Izumi se quejó dándole golpes que no le harían nada de daño e Itachi lo miraría aún con pena.
—Shisui, tampoco creí verte, me alegra que estés bien. Espero cuides a Itachi por mí.
—No te preocupes, eso hago. —sonrió ampliamente y se puso al lado de Itachi para seguidamente tomar su mano de forma casual. Izumi notó eso y su sonrisa se hizo mayor entendiendo que Shisui no dudaría en protegerlo.
Luego de eso, Izumi le pidió a Itachi que se acercara antes de que ambos pudiesen partir rumbo. Itachi bajó un poco su cabeza e Izumi puso sus manos para evitar que el mayor de ellos pudiera verlos; al separarse Izumi le guiño e Itachi cerró sus ojos asintiendo y ambos rápidamente se marcharon.
—¿Qué te dijo? —preguntó inmediatamente, Itachi bajó la cabeza dudando en responder o no. —¿Es algo malo, cariño?
—No es nada malo, Shisui —habló bajo. —. Dijo que, si alguna vez llegáramos a casarnos, ella quiere ayudarnos...
—Oh por Dios, dime que es una broma —soltó Shisui asombrado. Itachi negó sin siquiera poder mirarle. —. Bueno, al menos la idea de casarnos no fue solo mía.
