||Extra¹: Infancia||

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¿Cómo fue la Infancia de Gustabo?

Bueno, regresemos el tiempo al Capítulo 2: Nueva vida.

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–Te llevaré conmigo, ya no vivirás en las calles de esta ciudad–

El menor rápidamente que miraba por la ventana del coche policial, volteó a verlo con ilusión y esperanza en sus ojos azules.

–¿De verdad?–

El mayor sonrió con la vista atenta en el camino.

–De verdad Gustabín–

Hogar.

El menor entraba con timidez a la gran y elegante casa del mayor, curioseando con su mirada cada rincón.

Un sentimiento de calidez le comenzó a llenar haciendo a sus ojitos lagrimear, llamando la atención de Jack, quién siendo empático se agachó para abrazar al pequeño cachorro que se encontraba vulnerable.

–¿Porqué lloras cachorro?–

Dijo tratando de transmitir un sentimiento de paternidad en el pequeño rubio que trataba de limpiar sus lágrimas.

–P-porque ya no e-estoy solo–

Balbuceó en su pequeño llanto como pudo, dejando de limpiar sus lágrimas para abrazar con fuerza al Superintendente, quien cargó al menor que se aferraba a su cuello y ocultaba su rostro en el hueco de éste.

En ese preciso momento, un lazo se había comenzando a formar inconscientemente.

Un lazo de paternidad, el lobo del menor desde ese día reconocía al mayor como una figura paterna, y el lobo del mayor, como uno de sus cachorros que les fue arrebatados.

Primeros días.

Los primeros días del pequeño Gustabo viviendo con el Superintendente habían sido muy curiosos para el menor, por las mañanas era cuidado por una mujer llamada Michelle, y por las tardes el Super llegaba malhumorado, pero había notado que con tan solo recibirlo llamándole "papá" el rostro del mayor tomaba un pequeño brillo.

–Papá–

Dijo el pequeño asomándose por la puerta de la cocina, tenía harina en el cabello y un mantel rojo.

El alfa al escuchar esas palabras, quedó en un pequeño shock.

Le había dicho papá.

–Gustabo–

El mayor sonrió y se acercó para cargarlo.

–¿Michelle?–

Preguntó mirando al cachorro con harina en el cabello.

–Limpiando la cocina, te tenemos una sorpresa–

Dijo emocionado el chiquillo.

Jack entró por la cocina viendo a la hermana de su difunta esposa limpiar el suelo dónde había más harina, y la mujer igualmente estaba llena de harina.

–¿Pero qué ocurrió aquí?–

–Solo nos divertimos–

Dijo alzando los hombros Michelle, con una sonrisa cómplice hacía el pequeño que sonreía de igual forma.

El timbre del horno los hizo dirigir su vista a él.

–¡Decoremos todos juntos el pastel!–

Gustabo bajó de los brazos de Conway para dar saltitos a la mesa donde estaban las chispas, mangas pasteleras y cubierta para pasteles.

El Hijo Del Superintendente ≠Gustabowl≠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora