Niña inocente

66 2 1
                                    

Al despertarme me doy cuenta del peso de Harry encima de mí, su cabeza descansaba en mi cuello, mandando pequeñas ráfagas de aire causándome cosquillitas y escalofríos, sus piernas estaban entrelazadas a las mías, pase mi mano sobre su dura y desnuda espalda. En la madrugada se había despertado por el calor y tuvo que quitarse la camisa. Al principio se movió haciendo que parara de tocar, hasta que volvió a sus respiraciones profundas devolviendo mis pequeños movimientos a su espalda.

-Se siente bien-susurró sobresaltándome, èl se apoyó sobre sus codos para verme a los ojos.

-Hola-dije pasando mi mano por su mejilla, èl suspiró.

-Hola, novia hermosa-èl puso su frente contra la mía, cerré mis ojos y me deje llevar por sus respiraciones lentas, sus labios comenzaron a rodear mi rostro, su suave respiración rozaba con mi débil piel, sus labios se detuvieron en mi frente, dejando un casto beso sobre ellos.

-¿Es normal que teniéndote cerca necesite aun más de ti?-susurró pasando unas de sus manos por mi cabello. Cómo podría yo contestar eso. Yo me preguntaba lo mismo, yo también sentía lo mismo, era como el amor que podía sentir por èl era insuficiente, queriendo aun mas para llenarlo y saciarlo, que aun teniendo a pequeños milímetros de mi cuerpo, aunque estuviese así como estábamos ahorita, quería sentirlo aun más cerca.

-No te puedo responder a algo que ni yo puedo explicar-respondí mordiéndome el labio.

-Chicos-entró Dylan, viendo a Harry y su espalda desnuda sobre mí, èl quedó petrificado viéndonos, Harry sonrió y se levantó sentándose a mi lado. Yo me senté y suspiré deseando que no fuese a matar a Harry.

-Hermano, algún día tenía que pasar-habló Harry, realmente sin intenciones de salvar su trasero, Dylan sin pensarlo dos veces fue hacia Harry pero se detuvo cuando me puse frente a èl, tomándolo de los hombros, Dylan miraba a Harry con rabia, con ganas de acabar con su existencia. Puse mis dedos sobre su barbilla y lo obligué a mirarme.

-Dylan, hermano-no le quedó de otra que mirarme, pero sus instinto asesino seguía ahí viéndome a mi- No hemos hecho nada malo, solo estábamos hablando-èl se quiso zafar de mi agarre pero mantuve la fuerza…

-¿Hablando? ¿Desde cuando se habla uno encima del otro?

-Es una nueva técnica-contestó Harry, voltee la mirada y le puse mala cara.

-Dylan, créeme, no pasó nada-sus ojos se suavizaron al ver la inocencia de mis palabras.

-Dylan, sabes que primero te lo diría o al menos trataría…

¡Por fin dice algo coherente! (Quiere al menos salvar por esta vez su trasero)

-Ustedes me van a matar, debería echarte de esta casa y mandarte a la mierda-le habló a Harry-pero te salvas, uno porque no tienes a donde ir o tal vez si pero eso implica la dos que es la felicidad de mi hermana-solté a Dylan y lo abrace, èl suspiró y depositó sus dulces y duros brazos en mi cuerpo-Vamos a desayunar afuera, estamos esperando por ustedes, así que no tarden-dijo besándome la coronilla de mi cabeza-Y tu, tenemos que hablar.

-Sí, señor-bromeó mientras que se levantaba de la cama, me dio un rápido beso en mis labios y se fue con Dylan. Yo aproveché de ducharme y arreglarme, había decidido llevar unos shorts vaqueros a mezclillas junto con una camisa blanca, me puse mis vans rojas y me dejé el cabello suelto, el día estaba hermoso y sería un poco agradable sentir el sol nutrir mi cabello (Estas loca, es definitivo) Déjame, Willy. Al bajar solo se encontraban mi madre y Benja.

-Buenos días-dije abrazándolos a cada uno de ellos.

-Hola hija ¿Cómo amaneces?-preguntó Benja con una alegría en su rostro, yo asentí.

-Perfectamente ¿Y, ustedes?

 -Igualmente, creo que anoche fue unas de nuestras mejores noches ¿Verdad, amor?-mi madre tenía una sonrisa picara en su rostro, yo al darme cuenta de todo puse cara de asco y me estremecí

-¡Mamá!-chille imaginando pequeños partes, gracias a los cielos anoche quede muerta del sueño sino válgame Dios quien hubiese aguantado eso.

-Querías saber-se excusó mi madre sonriendo.

-¿Por qué no bajan-me quejé-Esperaré en el auto.

-Te acompaño, cariño-mi madre se levantó del sofá poniéndose a mi lado.

-Yo veré que hacen estos chicos-mi madre y yo salimos de la casa yendo al auto.

-Hija…

-Madre…-dije tomando su mano.

-Ya que estamos nosotras dos solas-hizo una pausa-¿Tú y Harry?

 -Yo y Harry…

-Aun eres mi niña inocente ¿Verdad?-al decir eso no dude en sonreír

-¿Quieres saber si aun soy virgen?-ella se sorprendió por mi sincera pregunta aunque no dudo en asentir nerviosa-Aun lo soy, creo que serias la primera en enterarse, creo que primero que las chicas-ella se tranquilizo pero no del todo.

-¿Han planeado tener relaciones?-suspire, recordando todos aquellos momentos en los que èl y yo hemos estado a punto de tenerlas.

-No lo hemos planeado pero no te mentiré, madre-nos detuvimos en el auto-hemos tenido muchas oportunidades-ella tragó era obvio que esto era incomodo.

-¿Me prometes que me dirás cuando suceda?

-Sí, eres mi madre tienes que saberlo…

-¿Qué te cuidaras? ¿Qué lo pensaras primero? -me interrumpió.

-Lo haré, te lo prometo-ella me miró y me dio un abrazo fuerte.

-Lamento no estar todos los días, cariño, se que necesitas a una madre a la que puedas hablar y contar cosas, aunque no estoy cerca siempre estaré al tanto de todo-escuchar sus palabras mis ojos se debilitaron, tenía un poco de razón cuando decía que la necesitaba de vez en cuando.

-No te preocupes, madre, se que debes hacerlo Dylan y yo estamos bien, nosotros seremos felices viéndolos a ustedes felices y sé que sus trabajos lo hacen-respondí inhalando el aroma de girasoles de mi madre.

-¿Por qué tardan tanto?

-No lo…-los chicos salían con una sonrisa en sus rostros, nosotras nos miramos y sonreímos igual. Como no cabíamos en el auto de mi madre, tuvimos que irnos en la camioneta de Dylan, Benja conducía, mi madre estaba de copiloto y yo estaba en medio de los dos chicos de mi vida, Harry me sostenía de la mano y Dylan trataba de molestar a Harry obligándolo a no tocarme mucho. En veinte minutos, la camioneta se detuvo frente a un pequeño restaurant de paso.

-Llegamos, niños-habló Benja mientras que apagaba la camioneta, todos nos bajamos inhalando y llenándonos de aquel hermoso sol. Al entrar había un cartel y en ella escrita “Venite ad me vos qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos”  era latín y debajo de ella su traducción que decía “Venid a mí todos los de estómago cansado y yo os lo restauraré”- Monsieur Boulanger.

-Vendré siempre para que siempre me restauren-dijo Dylan tocándose el estomago.

-Le quitas lo mágico a esto, hijo-contestó mi madre adentrándose al lugar, estaba lleno y para ser temprano estaba muy lleno, me preguntaba si realmente íbamos a comer aquí.

-Señores Alboran ¿Cómo se encuentran?-preguntó un hombre emocionado al ver a mamá y a Benja. Dylan sonreía al oír el apellido de Benja con el de mi madre.

-Señores Styles-susurró Harry en mi oído, distrayéndome de todo-Sra. Styles-volvió a susurrar.

-Chicos, no se queden ahí-Dylan me devolvió a la realidad.

-No suena nada mal-èl me tomó de la mano mientras que seguíamos a Dylan.

-Nada mal-tuvimos que bajar unas escaleras, cuando llegamos habían más mesas y muchas más personas, a un costado había una mesa para cinco personas con un pequeño cartel que decía “Reservado por la Familia Alboran” todos nos sentamos, dando inicio al mejor desayuno de toda mi vida.

All the love that I have.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora