Cortos para la página de Facebook.
MewGulf, Omegaverse.
Gulf está esperando a su primer bebé ❤️
No tienen orden de lectura, ni siguen una línea de tiempo.
"sigues enojado con Mew?" Sonó la voz de Mild desde el teléfono, Gulf lo tenía en altavoz, para poder seguir doblando la ropa que acababa de lavar para el bebé
"Algo así, te dijo algo?" Preguntó con curiosidad.
"Lo vi algo estresado hoy, por que discutieron"
"Nada en realidad, las hormonas me tienen loco, no puedo evitarlo" y era la pura verdad, había días en que el mismo no se soportaba, Mew debía de estar cansado de él.
"Mew entiende eso".
Después de terminar de hablar con Mild, decidió preparar una cena especial para Mew, para disculparse por sus cambios explosivos de humor.
Mew le mandó un mensaje, ya estaba cerca pero había olvidado llevar su llave, le pedía por favor a Gulf abrir la puerta por él, ya que había una lluvia, un poco abundante.
La sorpresa de Gulf al abrir fue encontrarse a Mew en la puerta con un ramo de flores, y una sonrisa preciosa.
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"Son para tí" Sonrió el mayor entregándole las flores a Gulf, y entrando a la casa cuando esté le dio espacio, cerrando el paraguas para dejarlo escurriendo en la puerta.
"Por que?" Preguntó Gulf sorprendido, no recordaba que fuera una fecha especial, a menos que haya olvidado nada.
"Por qué te amo" Respondió Mew dándole un cálido beso, que lo hizo estremecerse.
"No estas enojado?" Preguntó un poco tímido, aún invadiendo el espacio de Mew.
"Jamás, estoy agradecido contigo, por llevar a nuestro hijo" Mew acaricio su barriga, que ya era demasiado prominente.
"Pensé que estarías enojado, por mi humor" Dijo dejándose acariciar por Mew.
"Estás embarazado, los cambios de humor son normales" le dio otro beso.
"Te amo" Dijo Gulf tomando su mano y guiándolo al comedor, donde la comida esperaba por ellos, Mew era tan malditamente considerado con él, amaba tanto a su Alfa.
"Vaya, todo se ve muy bien" Mew beso su frente, y se sentó en su silla.
Y todo sabía muy bien, en realidad. Las horas practicando en la cocina habían valido la pena, o al menos eso pensó Gulf orgulloso de su propia comida.
