Danel
— ¿Dónde estabais? —pregunta Micaela cuando estamos de vuelta en el campamento.
—Dando una vuelta —respondo.
—Estáis calados —nos señala a Summer y a mí.
Miro hacia abajo para verme. Es verdad, estoy calado. A continuación, también le echo un vistazo a Summer. Está como yo, empapada.
— ¡¿Pero dónde os habéis metido?! —se asombra Mars, que acaba de llegar de estar con los otros.
—Dando una vuelta dicen —contesta Mica por nosotros.
—Ya, seguro, estos han estado... —miro a Mars para que no diga nada que no deba decir y cambia enseguida de tema—. Bueno, ha sido un largo juego —se refiere a la búsqueda del tesoro que acabamos de realizar—, ¿por qué no vais a cambiaros? Vais a coger frío si seguís así.
—Tienes razón, me voy a cambiar —le digo—. ¿Me dejas las llaves de la habitación? —le pido.
—No, no, te acompaño —me mira con cara de "tenemos que hablar".
Asiento y dejo que me acompañe.
—Tú también deberías ir a ponerte ropa seca, Summer —le aconseja mi compañero de habitación.
—La verdad es que sí —toca su pelo mojado.
Mars se aproxima a mí y me invita a ir con él a la primera planta empujándome con su mano por la espalda. Nos alejamos de los demás poco a poco. Hasta que ya no pueden oírnos, Mars no me dice nada.
— ¿A tu amigo del alma sí que le contarás qué es lo que realmente habéis estado haciendo, no?
—No hemos estado haciendo nada, Mars —le contesto enfadado porque sé que no me cree.
—Venga, sabes que yo guardo bien los secretos, amigo mío. Cuéntamelo —y termina con una sonrisita para intentar convencerme de contarle algo que no hemos hecho y que le apetece escuchar.
—Mira, ha empezado a llover, nos hemos ido a un portal, le he confesado mis sentimientos y nos hemos liado, fin de la historia.
— ¡Vamos! ¡Lo sabía! ¡Sabía que conseguirías decirle que te gustaba!
No ha pillado que no soy de ese tipo de chicos.
—Mars, no hemos hecho nada de eso. Te lo he dicho para que dejaras el tema porque es verdad que no hemos hecho nada de lo que tú crees.
No se esperaba lo que le acabo de decir, me lo muestra con su mirada.
—Pues vaya...
Cuando llegamos a nuestra habitación, Mars se sube en la cama de arriba y empieza a observar cómo me quito la camiseta para ponerme otra seca.
—¿Con ese cuerpazo cómo no le vas a molar a Summer?
—No tengo cuerpazo, Mars.
—Da igual lo que pienses, lo importante es lo que veo yo. Y yo veo... —me mira de arriba a abajo—. Que es imposible que no le atraigas a nadie. Si yo fuese tú, me las llevaba a todas.
—No soy de esos, además, ¿para qué quieres ilusionar a tantas? Solo conseguirías mala fama.
—Vamos a ver, ¿a ti te gusta Summer, no? Pues aprovecha todo lo que tienes y a por ella.
—Pero no quiero perderla.
—No la vas a perder si de verdad es una amiga —insiste Mars—. Si es verdad que no quiere nada contigo, te lo dirá y seguiréis tan bien.
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93 días de Verano ✔️
Novela JuvenilSummer es una chica sin amigos que apenas se habla con la gente. Acaba el curso y merece tener el Verano libre para hacer lo que quiera por sus buenas notas. Pero en cuanto llega un mensaje del instituto diciendo que gracias a ellas puede pasar el V...