1 • Llegada, desayuno y trajes de baño.

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—Ruby, todos te están viendo... —Masculla mi madre con vergüenza y enfado mirando a todos lados.

—Pss que no me miren. —Respondo indiferente dandole una calada a mi cigarro.

Resulta que ahora esta prohibido sentarse en el piso. Además... ¿Por qué hay tanta gente en un aeropuerto a las 10 de la noche?. De todas formas estoy acostumbrada a que me miren raro, aunque soy más simple que el agua.

Morena de cabello negro rizado corto hasta por encima de los hombros -peinado de lado-. Sudadera negra y un Jean azul claro con unas vans negras.

—¿No puedes fumar parada?.

Le doy una mirada cansada a mi madre y esta bufa con fastidio sabiendo que no me hará pararme de aquí.

— ¿Cuándo putas se supone que va a venir George a buscarnos?.

—Coño, Ruby. Te he pedido que dejes de decir groserías.

-¿Vas a seguir con eso?. -Espeto con cansancio. Siempre es lo mismo.

— Sí, hasta que dejes de hacerlo.

— Pues espera sentada porque de pie te vas a cansar. —Pienso en voz alta antes de llevar mi cigarro otra vez a mis labios mientras ella rueda los ojos ante mis palabras.

— ¿Cuándo vas a ser más femenina?. —Reclama y yo solo me encojo de hombros con indiferencia.

La definición de femineidad para mi madre es ser delicada, no decir groserías, y tener una actitud correcta hacia los demás.

Bah, eso conmigo no va.

Aveces soy muy femenina vistiendome y aveces soy muy hombre, pero mi personalidad es la misma: una hija de perra sin sentimientos.

— Hasta que por fin... —Expresa mi madre y subo mi vista hacia el lugar donde mira.

Un hombre alto de no más de 40 años de cabello negro con algunas canas esparcidas, y de no ser por estas, George pasaría por un hombre de 30.

Este le planta un beso a mi madre y yo ruedo los ojos. George me saluda y yo le sonrio. Nos conduce hasta su camioneta negra y nos sumimos en un viaje hasta su casa, en el cual va hablando con mi madre sobre el viaje y temas triviales y yo voy en el asiento de atrás mirando por la ventana y pensando en qué hacer con mi nueva vida.

Luego de graduarme a los 17, la idea de elegir solo una carrera y estudiarla por muchos años no me llamo en nada la atención. Prefiero directamente trabajar.

Luego de unos 30 minutos estacionamos frente a una gran casa de claro aspecto lujoso y moderno, lo cual me hace chillar internamente pues, ¿cuantas veces en la vida se puede vivir en una casa así?.

George lleva nuestras maletas adentro y ¡wow!. Esto es demasiado bello...

—¿Tienen hambre?. ¿Quieren que le pida a Grace que cocine algo para ustedes?.

¿A quién?.

— No te preocupes. Estamos cansadas. —Rechaza mi madre con una sonrisa consoladora.

George sube nuestras maletas por las escaleras de madera y me indica mi cuarto primero dejando la maleta dentro luego de abrir la puerta.

— Si tienes hambre puedes prepararte lo que gustes en la cocina... — Me informa y yo le doy un débil "gracias" con una sonrisa forzada.

Una vez cerrada la puerta, le paso seguro y me lanzo boca abajo sobre la cama.

¿Que hago primero?. Ordenar mi ropa me da flojera... ¿Bañarme?, no todavía no...

¿MI ESTUPIDO HERMANASTRO ES UN PLAYBOY? | ✏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora