Me desperté de buen humor. Era sábado e iba a ir a pasear con mis amigas. Me levanté de la cama de un salto y subí la persiana. Entonces, me di cuenta que estaba lloviendo.
—¡No!—exclamé.
Busqué mi celular en el desorden que era mi habitación. Lo tomé y mandé un mensaje al grupo de las chicas de la clase 1-A. Me respondieron al instante, confirmando mis sospechas: se cancelaba la salida de hoy.
"Mierda," pensé.
Me vestí, me calcé las zapatillas y bajé las escaleras.
—Buen día, mamá—dije al entrar a la cocina.
Ignoré a Hisoka, quien estaba comiendo galletitas en la mesa.
—Buen día, T/N—respondió mamá, con una sonrisa. —No hay salida hoy, ¿eh?
—No, se canceló—le dije. —Las chicas me acaban de avisar.
"Mierda," volví a decir para mis adentros. "Tendré que quedarme en casa, y con Hisoka. A menos..."
—¡Má!—exclamé. —Voy al supermercado. ¿Qué te traigo?
—Nada, mi amor. —Mi mamá se rió. —No necesitamos nada.
Asentí, decepcionada.
—Má, voy a mirar una película—dijo Hisoka. Luego, limpió lo que había ensuciado y salió de la cocina.
—¿Por qué no vas y miras la película con Hisoka, T/N?—me sugirió mi mamá.
—No sé. Creo que voy a volver a mi habitación...
—¡No! Anda. Ve al living y mira una película con tu hermano.
Busqué otra excusa u otra alternativa, pero no se me ocurrió nada.
—Está bien—dije.
Agarré unas galletitas y salí de la cocina de mala gana. Ya en el living, me senté junto a Hisoka en el sillón. Estaba mirando Pulp Fiction.
Me enganché al instante. Antes de que me diera cuenta, ya había pasado tres horas.
—¡¿Y así termina?!—grité al televisor. —¡No te explican nada!
Hisoka se rió suavemente.
—Es así. Yo ya la había visto.
—¿Y qué había en el baúl del auto?
—No lo dicen.
—Ya sé, pero ¿qué piensas que es?
—No tengo idea, honestamente.
—¡Agh! ¡Qué frustración!—solté.
Hisoka se rió de nuevo.
—¿Y tú de quién te ríes?—le dije. —Ni siquiera sé por qué te estoy hablando.
Me crucé de brazos y levanté la barbilla.
—Pareces una niña pequeña.
—Pero no lo soy.
—¿Ves? Ahí me hablas otra vez.
—Cállate—murmuré.
—Sé que sí quieres hablar conmigo, T/N—dijo Hisoka.
—No es cierto.
—Deja de engañarte, ¿sí?—Hisoka hizo una pausa por unos segundos, pensativo. —Te extraño, honestamente.
Yo no sabía qué decir, así que me quedé callada. Era extraño en mí: yo siempre tenía algo para acotar.
—Ya entendí—balbuceó Hisoka, y se levantó del sillón. —No vas a perdonarme.
Me levanté de un salto y, en un acto reflejo, lo abracé. Él me devolvió el abrazo: me estrujó fuerte entre sus brazos.
—¿Vamos a jugar videojuegos y a charlar?—sugirió Hisoka.
Nos separamos.
—Sí—dije. —Y te voy a ganar. Vamos.
Hicimos una carrera escaleras arriba. Yo le gané por una milésima de segundo. Los dos reímos y entramos a su habitación, donde estaba la consola. Nos acostamos boca abajo en su cama.
Mientras jugábamos, conversábamos. Después de varias semanas, tengo con quien desahogarme y con quien ser yo misma. Se siente liberador.
En cierto momento, hablamos de Bakugou:
—Lo estuve pensando—dije—y no me molesta que seas amigo de Bakugou. Sino que lo traigas a casa sin siquiera avisar. Lo sentí como una invasión.
—Lo siento.
—Te he perdonado—le dije a Hisoka. —Pero necesito que me digas algo.
—Dime.
—¿Por qué ser amigo de una persona tan horrible?
—Bakugou no es horrible—me respondió. —Lo parece, sí. Pero es buena persona, tiene valores, aunque a veces se ponga agresivo e impulsivo. Además, tiene su propia forma de demostrar su cariño. Ya lo descubrirás.
—¿A qué te refieres?
—Tengo mi teoría de que ustedes dos podrían llevarse muy bien. Son parecidos. Sólo tienes que dejar de pensar en él como tu "maldito enemigo".
—Como digas—murmuré, restándole importancia.
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Agridulce [Bakugou x reader]
Fiksi PenggemarBakugou y tú son enemigos desde la infancia. ¿Qué pasará cuando Bakugou y tu hermano mellizo, la persona más importante en tu vida, se conviertan en mejores amigos?