Estamos corriendo a través del jardín, esquivando a cientos de estudiantes que cruzan de un lado a otro. ¿Así son todas las fiestas?
—¡Dense prisa! —ordena Asher a la vez que corre hacia la calle para buscar el auto. La imagen de él besando a esa chica detrás del árbol no sale de mi mente.
Seguimos corriendo hasta llegar a la acera, donde Reese se encuentra alarmado, mirando a todos lados. Al visualizarnos nos apresura a subir al auto.
—¡Juro que nunca olvidaré este día! —grita Summer.
Yo tampoco.
Reese nos abre la puerta y entramos. Él se sienta al frente mientras Asher enciende el auto. Yo miro por la ventanilla el desastre que se formó. Personas corriendo de un lado a otro, marchándose en sus autos y las sirenas de las patrullas acercándose. Oh, por Dios.
—¡Vamos! ¡No tenemos tiempo! —Reese lo apresura viendo también el desastre.
Un choque por detrás, seguido del crujido de un vidrio roto, nos empuja ligeramente. Me sujeto del asiento del frente para evitar golpearme la cara. Asustada observo que todos bien y no haya ninguna ventana rota. Los nervios se disiparon y ahora tiene miradas de asustadas.
—¡Qué mierda fue eso! —Chilla Summer, sosteniendo su pecho.
—¿Estás bien? —Los ojos de Reese recaen sobre mí. Asiento con la cabeza.
No le ponemos cuidado a lo qué pasó y preferimos marchamos. No nos detenemos hasta llegar a la casa. Asher se estaciona y suspiramos pesadamente. Una puerta se abre, pero no me muevo de mi lugar. Con los ojos cerrados y el corazón latiendo a mil, pensando en lo que acaba de pasar. La voz de mi amiga rubia interviene.
—Chicos —Su voz suena angustiada—, tienen que ver esto.
Algo anda mal. Abro los ojos y noto que los tres están afuera mirando un lado de la camioneta. Salgo y me uno a su inspección.
Me llevo las manos a la boca al ver la abolladura y la luz trasera rota del auto. El golpe no es grande, apenas una hendidura. Se puede reparar.
—Maldición, George va a matarme —Se lleva las manos a la cabeza. Si nos mataba por el golpe, lo haría por recogernos en la comisaría.
Pienso en una solución que nos saca del problema, pero George sale de la casa, acompañado de Kristal. Ambos nos observan desde la puerta. Caminan hacia nosotros y no sabemos qué hacer. Sus ojos reflejan confusión, pero a medida que se acerca, mira la parte trasera del auto y sus ojos cambian a enojo.
Estamos en graves problemas.
—Exijo una explicación —La expresión dura es acompañada por su tono serio y demandante.
Me apresuro a hablar, pero Summer me gana.
—Señor, lo lamento mucho.
¿Qué?
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Mi último deseo ©
Lãng mạnGrace lidia con la muerte de su madre, mientras trata de no enamorarse de su nuevo vecino. ♡♡♡ «A veces perder, significa ganar». La madre de Grace muere el mismo día en que su padre, aquel que nunca ha visto, aparece. Su vida cambia al tener que m...