1.ˀˀ Now || SeoWoong

（🍃）；ｕｎｉｃｏ

Era el momento. La oportunidad perfecta. Era ahora.

Por razones del destino, ambos habían terminado en la azotea de la escuela. SeoHo iba allí con frecuencia, puesto que la azotea no era solo eso, sino que también funcionaba como invernadero y el azabache era el único encargado de cuidar de las plantas que estaban allí.

Podaba los arbustos ornamentales, les ponía abono a las que daban frutas y verduras; y a las medicinales les quitaba la hierba mala que crecía en sus macetas. Ponía los desechos de comida en la caja para la composta, y regaba todas las plantas. Hacía todo eso él sólo, entre los descansos y las clases.

Le gustaba. Después de todo, no era realmente bueno en situaciones sociales y pensaba con frecuencia que las plantas eran más agradecidas que las personas. O al menos eso creía antes de tener a aquel rubio allí con él, dispuesto a ensuciar su uniforme para echarle una mano.

Era HwanWoong, el chico que habían transferido hace unas semanas, y el que observaba en secreto en medio de las clases. Mentiría si dijera que el chico no se veía emocionado, sus ojos grandes brillaban mientras veía los distintos vegetales, y aunque SeoHo sabía que ese era el castigo del más bajo por interrumpir la clase de biología, algo le decía que su compañero de clases no se sentía castigado.

—¿Me dejarás ayudarte? —preguntó con una gran sonrisa en su rostro, que dejaba ver su entusiasmo.

SeoHo no era de ponerse realmente nervioso o alterarse, pero en ese momento su cuerpo estaba en contra de él, provocando que su corazón latiera desfrenadamente, y un cosquilleo extraño recorriera su pecho. Aunque no era algo realmente desagradable. Esa sensación le daba ganas de sonreír.

—Si, claro.

Una sonrisa tímida acompañó la frase, la cual fue correspondida.

—Aunque —continuó, esta vez lo miraba serio—, promete que no harás nada sin preguntar antes.

—¡Sí, señor! —HwanWoong le regaló otra sonrisa resplandeciente.

SeoHo desabotonó la camisa de su uniforme, para luego doblarla y guardarla con lentitud magistral. El enérgico rubio a su lado imitó la acción.

Luego de que ambos adolescentes quedaran en unas franelas sin mangas, se dispusieron a cumplir las responsabilidades del invernadero. Ambos guardaban silencio, solo interrumpido por el más bajo de ambos de vez en cuando para preguntar acerca del abono, o acerca de cuanta agua debía utilizar en las plantas.

SeoHo se sentía un poco avergonzado compartiendo su mundo interno con alguien, y todavía más con el chico a quién espiaba en medio de las clases. Sus mejillas sonrosadas lo delataban.

El alto pelinegro no era alguien de amigos, es más, podía afirmar, sin ningún problema, que no tenía ninguno. No era que sus compañeros lo excluyeran, porque ellos lo invitaban a fiestas y él la mayoría de las veces asistía, sino que él no había encontrado aún a alguien que estuviera dispuesto a descubrir ese universo interior que tenía.

Pero eso no le molestaba, su madre y su hermano mayor eran suficiente compañía para él. Se sentía bien de esa forma, así que no tenía afán de ser popular, de pertenecer a un grupo o algo por el estilo.

Tenía buenas notas, no era el mejor del salón, pero era otra cosa que no le llamaba la atención. No era alguien realmente destacable, y estaba bien con eso. Había sobrevivido durante toda la secundaria de esa forma, cuidando plantas, con la reputación de un chico amigable, caballeroso e introvertido.

Y era feliz así. Mirando a los demás desde lejos.

Como ahora, que veía de reojo como HwanWoong regaba la enredadera de maracuyá, recordando el día en que él llegó a la escuela.