—Veamos, una con quince minutos, ¡perfecto! aun estoy a tiempo, no estoy seguro de lo siguiente pero no me queda de otra, si todo va bien debería encontrarme con Dani en el parque como es de costumbre
Viernes por la tarde, un día tranquilo, nada fuera de lo común, los estudiantes regresaban a sus casas, los trabajadores salían a comer, el sol comenzaba su descenso y un cierto aire de optimismo y descanso dominaba en el transporte público, excepto para Derek quien se encontraba hundido en sus pensamiento a tal punto en que le comenzaba a doler la cabeza, ciertamente ya los indicios de aquel dolor le venían acechando desde el día pasado pero aquella tarde después de la leccion de moral que le había proporcionado su único amigo, el dolor incrementó, y ahora con el calor concentrado en aquel reducido espacio de metal ese pequeño malestar le atormentaba de una forma mucha más molesta.
Aún así, Derek no perdía de vista su meta principal en aquella tarde que era seguir la rutina de siempre con la vaga esperanza de que nada hubiera cambiado como él lo creía.
—Bien, ¡muy bien! una con treinta, es la hora de siempre, solo espero encontrar a Dani en el lugar de siempre, aquel lugar —decía para sí mismo en voz alta para intentar calmar sus nervios a la vez que trotaba y jadeaba un poco por el calor y la falta de aire que esto le provocaba— aunque... —pasando a hablar en su mente— aunque siendo honesto, vaya... no se que pueda pasar, por lo menos se que es mejor hablar en mi mente como ahora que hacerlo es voz alta, así no me preocupo por el aire y me concentro en que le diré a Dani si es que la encuentro en el bosque... ¡Ja!, bosque, un nombre raro para un lugar con un solo árbol, con tan poco espacio, por cierto, ¿Por que la llamamos así?, haber... ¡Ha sí!, ya recuerdo, yo le puse aquel nombre por que... espera, o tal vez fue Dani, ¡rayos!, no puedo creer que haya olvidado algo tan importante como eso
Tras bajar de autobús enfrente del parque de la ciudad, Derek comenzó a trotar en la misma dirección que solía hacerlo cada lunes y viernes, una vieja costumbre que tanto él como su hermana habían adquirido desde que Derek comenzó la escuela preparatoria.
Dada la personalidad solitaria y curiosa de Derek, el solía ir a explorar lugares de la ciudad de vez en cuando, siempre que tenía tiempo de sobra sin que nadie mas se enterase, pues si los Tutores lo hacían, sabia que le iría muy mal. Derek era el tipo de persona al que le incomoda la rutina monótona por lo que siempre que podía desviaba un poco su camino usual para ir en busca de algún lugar nuevo que le despertara curiosidad, algo apartado de lo común, algo de lo que muy pocas personas supieran de su existencia, conocer y descubrir era lo que más le emocionaba de adentrarse en sitios por lo general inaccesibles para él, y si lograba encontrar una casa o construcción abandonada era algo parecido a encontrar un tesoro enterrado, y si había plantas o maleza en esta, su alegría aumentaba mucho más.
Un día, cuando ya había explorado todos los lugares menos transitados de la ciudad, decidió darle oportunidad al parque de la ciudad, un lugar muy transitado por las personas, cosa que le había arrebatado el factor de misterio y soledad que tanto atraía a Derek, razón por la que no lo visitaba, pero aquel día, sin esperarlo encontró algo a lo que llamaría su refugio, y más tarde ¨El Bosque¨. Resulta que sin esperarlo Derek encontró una pequeña zona algo descuidada y olvidada por la personas donde la suciedad y agua estancada reinaban, cerca de una esquina del parque a un costado del pequeño lago artificial que ahí había, pero su curiosidad le llevó a adentrarse más y más con la vaga esperanza de encontrar aunque fuese el esqueleto de un animal o tal vez de una persona pero lo que encontró fue algo mucho mejor, algo completamente inesperado pues tras pasar por unos cuantos arbustos y esquivar dos o tres charcos de fango y moho, llegó a un pequeño espacio cercado por un muro de arbustos y otros árboles pequeños con un gran pino en el centro de este, la sorpresa fue grande, pues al contrario del exterior, aquel pequeño lugar mágico se encontraba completamente limpio, con flores de brillantes colores, una humedad que mantenía un clima perfecto y un árbol cuyas ramas se extendían suavemente en todas direcciones brindando una perfecta protección contra el clima externo creando su pequeño ecosistema donde el tiempo parecía no pasar.
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HERMANA ¡TU ERES MI PROPÓSITO! (EN PAUSA POR CORRECCIONES)
Novela JuvenilDerek, 18 años, un chico normal que no tiene un propósito en esta vida. Daniela, 20 años, una chica normal que no es el propósito de nadie en esta vida. Tres hermanos, uno mayor y dos menores mas dos padre que no saben si quiera controlarse a ellos...