Capítulo Único

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Disclaimer: Mo dao zu shi y sus personajes no son de mi propiedad, créditos a su respectivo autor. 💖

Lo miró anonadado

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Lo miró anonadado. Estaba seguro de que ese ser sentado frente a la ventana abierta, con la luna nívea rodeada de una capa de matices coloridos dando en su cara, se sintió casi tan confundido como él.

Aunque era magnífico, con la elegancia de un cisne.

Esa melodía que tarareaba la había escuchado antes, estaba seguro. Como nunca, decidió acercarse al muchacho que yacía allí, con su mirada fija en el espacio vacío del cielo azabache, sin ápice de luces más que la grácil Selene, como una bailarina de ballet, con la sutileza suficiente para no reflejar su propia figura y alertar al muchacho frente a él.

La melodía seguía sonando. La rítmica de Do I wanna know? era algo que solía reconocer con lentitud, dado que más de una vez, uno de sus compañeros gustaba de cantarla.

No comprendía la necesidad del chico por hacer todos esos movimientos, o incluso qué hacía en ese cuarto oscuro. Desconocía el por qué de sus movimientos de manos y brazos, que fluían en combinaciones indistintas, conectando con mucha exactitud, y era ajeno al frenesí con el que una y otra vez repetía los pasos.

-¡Maldición! –Bramó la voz imperante, y si Lan XiChen creyó que esa figura distinguida en esa silla, frente a esa pequeña mesa plegable de color gris, sujetando su barbilla le había sorprendido antes, entonces definitivamente tembló cuando la resonancia de su voz dio con sus sentidos , porque era simplemente... inexplicable.

"Dios Santo..." pensó, por no emitir algún improperio inadecuado e imitar al chico que pareció notar su presencia "algo tarde" continuó en su mente, tratando de poner su mejor sonrisa para poder agradar a su cita de esa noche.

De todas maneras, era primera vez que se sintió tan lúcido después de las tres de la mañana, o esa era la hora que daba el reloj detenido en la muralla, y los relojes de los alrededores que daban una vista tétrica y escalofriante al sitio.

"3:17" lucía impávido, sin miedo alguno, estático en ese minutero desagradable. Otro insomnio sin sensación somnolienta y demasiadas tristezas sobre sus hombros.

-¿Y tú? –Bramó, con esa voz que parecía tener el poder del mando absoluto.

Repentinamente estremecido, tragando pesado y con su manzana de adán reflejando sus dudas, se atrevió a dar un paso más al frente, acercándose a la mesa que, a esa corta distancia, develaba el polvo y su mala condición.

-Huan. Lan Huan. –Dijo, sintiéndose un poco culpable porque evidentemente, nunca usaba ese nombre, nadie tenía el honor de llamarlo así, ¿y él simplemente soltaba esa palabra al primer muchacho de presencia dominante?

[Mo dao zu shi] Silent Night (XiCheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora